miércoles, 4 de enero de 2012

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Año I – Primera Edición – Editorial: 000000039  [1]

El Cisne Negro [2]
El Diario Digital de la Historia y de la Geopolítica
Sábado 15 Octubre de 2.011.



La Subversión de las Instituciones
Por Rubén Vicente

Treinta siglos de evolución han dado como resultado la convergencia entre el capitalismo, el liberalismo, la democracia, el patriotismo y el cristianismo, en un sistema de ideas (la ideología) que es propia del Occidente (europeo y norteamericano), que bien podríamos referenciar con el nombre de el occidentalismo.

Durante el siglo veinte, la ideología occidentalista fue infructuosamente cuestionada por el socialismo nacional (el nacional socialismo = el nazismo) del III Reich y por el socialismo internacional (el marxismo = el comunismo) de la Unión Soviética, dando lugar a la segunda guerra mundial y a la guerra fría.

En ese contexto, el paradigma ideológico del occidentalismo es Gran Bretaña que, desde el punto de vista institucional, se rige por la monarquía constitucional parlamentarista, federal y laicista.

Bajo esa comprensión, los grandes maestros del derecho constitucional británico (Locke, Hume, Bolingbroke, Blackstone, etc.), abogan por el mantenimiento de la tradición politica (el conservadorismo = la derecha), opuesto a las doctrinas de izquierda (el liberalismo, el radicalismo, el anarquismo, el socialismo y el comunismo), que son toleradas y parcialmente aceptadas por el sistema de las islas de La Rubia Albión.

A diferencia del liberalismo, esas tres últimas corrientes de izquierda confluyen tácticamente en el laborismo que, bien mirado, no es más que una suerte de nazismo británico, obviamente despojado de sus componentes fanáticos, racistas y reaccionarios de cuño alemán (el totalitarismo = el antisemitismo = el genocidio).

Dentro del espectro laborista campea el anarquismo que, en lo relativo a la mujer, se traduce en el feminismo, cuyo objetivo abierta y lealmente declarado es la subversión de las instituciones de la familia, de la propiedad y del estado (sic), para su reemplazo por otras nuevas no autoritarias, sino más bien, viceralmente libertarias o, si se prefiere, convencionalistas, derivadas del contrato social de Rousseau (ver Wikipedia).

La diversidad sexual, la igualdad de la mujer, el amor libre, el amor plural, el compañerismo amoroso, la educación sexual, el control de la natalidad, la salud reproductiva, la maternidad responsable, el voto femenino y la participación de la mujer en la política son las principales ideas que sustentan el discurso antihegemónico machista de la revolución sexual por la que brega el feminismo que, como dijimos, se inscribe en el anarquismo, que vive dentro del laborismo, tanto británico como occidental en su conjunto, bajo la forma de la social democracia alemana, del socialismo francés, del eurocomunismo italiano, del socialismo obrero español o del democratismo estadounidense.

Y del feminismo surgen las doctrinas post contemporáneas extremas, que desarrollan aún más el discurso libertario en lo relativo a la diversidad sexual, básicamente traducida en la legitimación del homosexualismo, del transvestismo y del transexualismo, que son el alma de las nuevas leyes de matrimonio civil entre personas del mismo sexo y del derecho de adopción de las parejas homosexuales y transexuales.

Todo ese cambio de mentalidad feminista, anarquista, laborista y en definitiva, occidentalista, pero de izquierda, está efectivamente causando la subversión las instituciones de la familia, de la propiedad y del estado, en un momento histórico crucial en el que, paralelamente, asistimos al enfrentamiento entre el oriente budista-musulmán y el occidente judeo-cristiano, mientras en el Occidente (europeo y norteamericano) presenciamos la crisis mundial, que pone en vilo al capitalismo, a la democracia, al patriotismo y al cristianismo.

Todo esto no es casual sino casual, porque el izquierdismo es la enfermedad infantil del comunismo, según afirmaba un tipo de izquierda sin cuento como era el camarada Lenin.

Qué saldrá de todo esto, sólo Dios lo sabe. No sé por qué, pero en este momento de reflexión sobre la vinculación entre el sexo y la política, a mi me viene a la cabeza que su hijo único, Nuestro Jesucristo, que  fue un ultra revolucionario que fue cruxificado y que regresará a la tierra bajo la forma del cristo del futuro (tá parakletos = de paraclitum = el paráclito), dijo que él vino al mundo a destruir la obra de la hembra (sic)  [3], y que un anarquista de libro como fue John Lennon, dijo que la mujer es lo negro del mundo (sic), pero después de casarse en segundas nupcias con una ultra feminista como Yoko Ono y antes de convertirse en un martir de la juventud acratista, pacifista y globalifóbica. Y si, por algo será, claro está. [4]

Y si me dijeran que estoy muy equivocado, responderia que veremos, veremos y pronto lo sabremos.



[1] La libre expresión y la segura circulación de la información contenida en el presente documento se halla jurídicamente garantizada por la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 (Art. 19), la Constitución Nacional de la República Argentina de 1995 (Art. 14),  la Ley Nacional N° 26.032 de 2005 y el Código Penal de la Nación (Arts. 153 y 155).

[2] Para uno de Los Siete Grandes Sabios de Grecia (Solón) El Cisne Negro es la alegoría de un hecho teóricamente posible, pero que todos creen que es prácticamente improbable, pues si ocurriera sería castastrófico.

[3]  Jesús dijo a Salomé: He venido al mundo a destruir la obra de la hembra, mientras vosotras las mujeres seguís engendrando... Podemos comer la hierba, pero no de la más amarga. Cuando holleis las vestiduras del pudor, varón y  hembra dejarán de ser como fueron creados (El Evangelio de los Coptos, III, 6, 45 – 142 d.C.).

[4] La mujer es el negro del mundo/Sí ella es… piensa sobre eso/La mujer es el negro del mundo/Piensa en eso y haz algo al respecto/Nosotros hacemos su pintura, su cara y su baile/Si ella no fuera una esclava, diríamos que ella no nos ama/Si ella es real, decimos que está tratando de ser un hombre/Mientras la soltamos, pretendemos que esté con nosotros/La mujer es el negro del mundo… Sí lo es/Si no me crees, échale un vistazo a la que está contigo/La mujer es la esclava de los esclavos/Ah sí… mejor sal a gritarlo/La hacemos responsable y les damos a nuestros niños/Y entonces la dejamos, por parecer una gorda y vieja mamá gallina/Le decimos que el hogar es el único lugar en el que ella debe estar/Entonces nos quejamos de que es demansiado ingénua para ser nuestra amiga/La mujer es lo negro del mundo.. Sí lo es/Si no me crees, échale un vistazo a la que está contigo/La mujer es la esclava de los esclavos/Sí, eso es… Sal a gritarlo/Nosotros la insultamos todos los días en la televisión/Y nos espanta porque no tiene confianza ni agallas/Cuando es joven la matamos para sea libre/Mientras le decimos que no es tan inteligente si la soltamos por ser tan tonta/La mujer es lo negro del mundo… Si lo es/Si no me crees, échale un vistazo a la que esta contigo/La mujer es la esclava de los esclavos/Si no me crees, échale un vistazo a la que está contigo/Y si me crees, es mejor que salgas a gritarlo… (John Lennon – 1971).




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