viernes, 20 de enero de 2012

124 Geopolítica (Suiza)

Año I – Primera Edición – Editorial: 00000123 [1]

El Cisne Negro [2]
El Diario Digital de la Historia y de la Geopolítica
Jueves 12 de Enero de 2.012.



Se Acabó El Mundo
Por Rubén Vicente

La semana pasada, la prensa publicó un artículo en el que daba cuenta que el parlamento de la república federal de Suiza ordenó la iniciación de un sumario parlamentario (léase: el pre juicio político) destinado a esclarecer los hechos, a identificar a los protagonistas, a deslindar sus responsabilidades y a imponer las sanciones que en definitiva correspondan, respecto al accionar de la Dra. Kashya Hildebrand, que habría invertido una suma de francos equivalente a quinientos mil dólares estadounidenses billete (U$S 500.000,00 = 0,5 MD´s), registrando sólo tres semanas más tarde, ganancias extraordinarias y, además, exhorbitantes.
La Dra. Hildebrand trabajó durante la última década del siglo veinte como gestora del mercado de divisas para una firma neoyorkina (léase: la casa de cambios) y, en los últimos diez años, estuvo casada con el actual presidente del directorio del banco central helvético, es decir, el Banco Nacional de Suiza (BNS), Dr. Phillipe Hildebrand, a quien los medios masivos de comunicación social del país de los relojes kú kú, sindican como el proveedor de información privilegiada a su mujer, justo tres semanas antes de que el BNS decretara la puesta en vigencia de un tipo de cambio fijo entre el dólar, el euro y en franco, que favorece al dólar, frente a las monedas europea y suiza.
En la víspera, el Dr. Hildenbrand renunció a su cargo, supuestamente, porque: "Las sospechas sobre mi conducta no cesarán, y la credibilidad institucional es el principal activo del BNS" (sic).

Pasemos esto en limpio. Desde el siglo dieciseis, en absolutamente todo el territorio nacional de la república federal de Suiza rige un sistema de paraiso financiero, que se caracteriza por cinco institutos legales convergentes. El primero es es de la absoluta confidencialidad de la información empresarial. El segundo es el de la excención total tributaria sobre las operaciones financieras (bancarias, bursátiles y previsonales). El tercero es el secreto bancario total. El cuarto es el secreto tributario total. Y el quinto es la banca de inversión extraterritorial (the off shore banking).

Bajo semejante régimen jurídico (el paraiso financiero), todo juez del planeta tierra que le requiera a un banco suizo información sobre alguna persona o empresa, recibirá invariablemente la misma respuesta, y es que la legislación en vigencia obsta a su difusión (sic), implicando la misma un crimen de lesa financieridad, y andá a cantarle a Mongo. No sé si me explico.

Sólo por excepción, luego del 11-S, el gobierno suizo puso en vigencia un decreto que le ordena a los bancos dar información a los jueces requirentes cuando los mismos investiguen casos vinculados con el narcotráfico o el terrorismo, y nada más, claro está. [3]

Y además, en 2010, como recontraexcepción, el gobierno de Berna dispuso levantar el secreto bancario sobre cinco mil cuentas norteamericanas abiertas en bancos de Suiza, investigadas por presunta evasión fiscal, pero sobre un total de cincuenta y cinco mil, es decir, sólo respecto de diez por ciento solicitado por Washington (10%), nada más que para preservar las relaciones bilaterales suizo-estadounidenses (sic).

Y Phillipe, pobre Phillipe (cuánto te habrán pagado para que lo hagas), no tuvo mejor idea que suministrarle a su mujer una información que no sólo es privilegiada para los bancos, sino que también, es confidencial hasta para el gobierno (léase: es secreto de estado), incurriendo en un crimen drásticamente castigado por la ley helvética, nada más que porque sin paraiso financiero Suiza, sencillamente, dejaría de existir como nación, y nada más, claro está.

En otras palabras, nada más ni nada menos, que el presidente del directorio del banco central helvético, rompió el sistema vital de su nación (traición a la patria), que es la mayor cueva de piratas institucionalizada del mundo entero (orbis). Dicho de otro modo, se acabó Suiza, que es lo mismo que decir se acabó el mundo. Y después no me digan que no se los avisé con suficiente antelación al veintiuno de diciembre de 2012 (el fin del mundo, según las profecías mayas). ¿Verdad?

Y si me dijeran que estoy muy equivocado, respondería que veremos, veremos y pronto lo sabremos.


[1] La libre expresión y la segura circulación de la información contenida en el presente documento se halla jurídicamente garantizada por la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 (Art. 19), la Constitución Nacional de la República Argentina de 1995 (Art. 14),  la Ley Nacional N° 26.032 de 2005 y el Código Penal de la Nación (Arts. 153 y 155).

[2] Para uno de Los Siete Grandes Sabios de Grecia (Solón) El Cisne Negro es la alegoría de un hecho que es teóricamente posible, pero que que todos creen que es prácticamente improbable, pues si ocurriera sería castastrófico.

[3] Bajo esa comprensión, los bancos no pueden informar cuando las causas judiciales versen sobre delitos conexos al narcotráfico y al terrorismo, incluyendo todos los demás tráficos ilícitos o fenómenos vinculados con el reciclaje de capitales espúreos (ej.: el financiamiento del terrorismo).

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