sábado, 7 de enero de 2012

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Año I – Primera Edición – Editorial: 00000064 [1]

El Cisne Negro [2]
El Diario Digital de la Historia y de la Geopolítica
Jueves 10 de Noviembre de 2.011.




La Transparencia de las Instituciones IV
Por Rubén Vicente

En el tercero de esta serie de artículos, vinculados con la intención de profundizar el modelo y de transparentar las instituciones, pero en función de las bases y puntos de partida para la organización nacional vicentista, que es alberdiana-sampayista, tomé el tema de la política administrativa que nos merecemos tener los argentinos, basada en los principios de la excelencia y de la jerarquía, pero resguardando el interés nacional y popular, si de lo que se trata es de volver a figurar antes de veinticinco años (2027) entre las diez primeras naciones del mundo, superando largamente a México y a Brasil.

Suponiendo que los lectores hayan leído esos tres artículos anteriores y que compartan las ideas allí propuestas, en este cuarto quiero abordar en tema de la política financiera que también nos merecemos tener, y que es ultra factible.

Primero. Quien quiera dedicarse al negocio del dinero, deberá depositar la mitad de su capital inicial en el Banco de la Nación Argentina (50%), siendo esa su reserva eternamente intocable y permanentemente incrementable vía inteses acumulados (el encaje total), salvo en caso de quiebra. La otra mitad del capital debería ser prestable a tasas de mercado.

Segundo: La quiebra obligará al banco a restituir al cliente la totalidad del capital depositado, pero los intereses serán cancelados sólo si fuera posible, de modo tal que nadie salga arruinado, aunque la entidad quebrada no opere nunca más ni sus accionistas, directivos y síndicos puedan volver al mercado del dinero jamás, bajo el principio de que los banqueros quebrados son muertos civiles para el mercado financiero.

Tercero: Las tasas cubrirán el costo total del servicio de que trate, de modo tal que el cliente no tenga sorpresas ni pérdida ninguna con su banco. Por cada unidad de moneda prestada serán exigibles dos en garantía. Todo desposito en la banca off shore nacional será sin garantias de ningún tipo, bajo el principio de que las inversiones son la regla y la timba es la excepción.

Cuarto. Los bancos no podrán operar en los mercados bursátil ni asegurador, y viceversa, ni tampoco podrán operar esas entidades con derivativos, de ninguna clase.

Quinto. El mercado de capitales se nutrirá, exclusivamente, de los fondos provenientes de las ganancias corporativas de las empresas extrafinancieras (léase: las empresas productivas), bajo el lema inversiones ultra-sanas, con el efecto timba cero en la economía real.

Sexto. Por excepción, las ganancias corporativas de los bancos, de las agencias de bolsa y de las aseguradoras que operen en nuestro medio podrán colocarse, exclusivamente, en las sedes del paraiso financiero nacional, y las ganancias corporativas de las entidades off shore vernáculas serán depositadas, sin excepción, en el BCRA, bajo el lema de el capital argentino es sólo argentino.

Y séptimo. Nuestro sistema anti lavado se basará fielmente en El Sistema Panamá. [3]

Y si me dijeran que estoy muy equivocado, respondería que veremos, veremos y pronto lo sabremos.




[1] La libre expresión y la segura circulación de la información contenida en el presente documento se halla jurídicamente garantizada por la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 (Art. 19), la Constitución Nacional de la República Argentina de 1995 (Art. 14),  la Ley Nacional N° 26.032 de 2005 y el Código Penal de la Nación (Arts. 153 y 155).

[2] Para uno de Los Siete Grandes Sabios de Grecia (Solón) El Cisne Negro es la alegoría de un hecho que es teóricamente posible, pero que todos creen que es prácticamente improbable, pues si ocurriera sería castastrófico.

[3] En 1999, se llevó a cabo el III Congreso Mundial de Prevención de Lavado de Dinero en Panamá. La entonces directora general de la Unidad de Inteligencia Fianciera (UIF) de Panamá, Lic. Victoria Fige, dijo públicamente que: “El Grupo de Acción Finaciera Internacional (GAFI) acaba de incorporar a Panamá a la lista blanca. Eso significa que hemos dejado de ser una cueva de ladrones y nos hemos convertido en una nación apta para las inversiones sanas, sin que la comunidad internacional siga censurándonos por nuestro régimen de paraiso financiero. El presidente Valladares es el autor político de esa transformación, haciéndole comprender al mundo que una cosa es la circulación anónima pero transparente de dinero limpio y otra muy distinta es la circulación turbia de dinero sucio, procedente de las distintas modalidades del crimen organizado. Nuestro sistema es draconiano con los lavadores de dinero, pero no por eso Panamá dejará de ser un lugar seguro para los inversores financieros que quieran colocar en nuestra banca off shore su dinero de procedencia legal, manteniéndolo a salvo de la voracidad monetaria y fiscal de los gobiernos que no aman las instituciones de la demoracia constitucional ni respetan los derechos fundamentales de la persona humana…” Si no se entendió, se podria decir esto mismo en jeringoso, pero no creo que haga falta. ¿Verdad?.

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