Año I – Primera Edición – Editorial: 000000142 [1]
El Diario Digital de la Historia y de la Geopolítica
Viernes 20 de Enero de 2.012.
Al Otro Lado del Mississippi
Rubén Vicente
En el siglo quince, Inglaterra formaba parte del Sacro Imperio Romano de la Nación Alemana (La Gran Alemania = Das Reich = El Imperio de los Mil Años = 800-1815 = La Primera Proto Unión Europea). Durante esos cien años, las disidencias religiosas y políticas desembocaron en el estallido de La Guerra de las Dos Rosas (1480-1485), a partir de la cual, el reino comenzó a ser gobernado por la nueva dinastía católica apostólica romana de los Tudor.
Enrique VII, Enrique VIII e Isabel I fueron los monarcas que protestaron ante Roma por no haber sido incluídos en el reparto de áreas conquista, colonización, evangelización e institucionalización (las áreas de redención) no europeas (Oceanía, Asia, Africa y América), pero también, fueron los grandes artífices del surgimiento de La Iglesia Cristiana de la Nación Inglesa (La Iglesia de Inglaterrra = La Iglesia Anglicana), que se sumó al proceso de La Reforma (luterana o calvinista), siendo entonces Inglaterra una nación partidaria de La Reforma Protestante.
En 1607, su magestad, el monarca de los reinos de Escocia y de Inglaterra, Alte. RKM ® Dr. Jacob Stuart (a) Jacobo I Estuardo (a) El Católico, autorizó a sir Walter Raleigh a comandar una expedición naval inglesa sobre la costa centro-este de América del Norte, en abierta violación de la soberanía de España sobre El Nuevo Mundo (Las Tierras de Colón = Colonia = Colombia = Columbia = Las Tierra de Américo Vespucio = América), y de Francia, autorizada por La Santa Sede a conquistar, colonizar, evangelizar e institucionalizar (la redención francesa) esas descomunales extensiones, pero en nombre y por cuenta del gobierno de Madrid.
Fue entonces, cuando la corona inglesa se autoproclamó unilateralmente soberana, en una zona que recibió el nombre de La Tierra de María (Maryland), estructurando para ella un ente gubermamental dotado de autonomía interna (léase: la colonia), que fue la primera de una serie de trece colonias (New Hampshire, Rodhe Island, Connecticut, Massachussets, Pennsylvania, Dellawere, New Jersey, New York, Virgina, Maryland, Carolina del Norte, Carolina del Sur y Georgia), que luego conformarían una federación intercolonial (la anfictionía), que primero recibiría el nombre de La Nueva Inglaterrra (The New England) y luego el de Los Estados Unidos de América (The United States of América = The US = Los EEUU).
Inmediatamente después del reconocimiento de la independencia por parte de Gran Bretaña (1789), los EEUU se lanzaron a la conquista, la colonización, la evangelización y la institucionalización (la redención) de las tierras británicas allende Los Montes Apalaches (El Pie del Monte Occidental = El Pedemonte del Oeste = Le Piedmont Occitane = The West Piedmont), estableciendo las nuevas fronteras naturales del Atlántico Noroccidental, de Los Grandes Lagos, de El Golfo de México y de la margen oriental de los ríos Missuri y Mississippi, proceso que concluyó en sólo doce años (1801).
Dos años más tarde (1803), el presidente demócrata de los EEUU, Dr. Thomas Jefferson, pactó con el sacro emperador (Napoleón Bonaparte), la transferencia de los derechos de soberanía delegada de Francia a favor de los EEUU, en las vastas tierras extendidas entre el Mississippi y Las Rocallosas (léase: Las Tierras Luisinas = La Luisiana = El Medio Oeste = The Middle West).
Desde entonces, con el apoyo del ejército norteamericano (The US Army), los colonos estadounidenses descendientes de ingleses, comenzaron a presionar a los antiguos colonos franceses, de idéntica religión protestante y, más precisamente, calvinista (les higueneaux = los hugonotes = los galicanos) para que les vendieran sus tierras a precio vil o, en su defecto, que se organizaran casamientos mixtos entre varones anglicanos y mujeres galicanas, y viceversa, surgiendo entonces una población mixta, de origen franco-inglesa y de religión protestante, pero de ciudadanía estadounidense, básicamente dedicada a la ganadería, la agricultura, la explotación forestal y las agroartesanías de la construcción, de la alimentación, la de indumentaria y de la farmaceútica.
En 1842 fue suscripto El Compromiso de Missuri, en cuya virtud, los estados del norte de los EEUU declararon en forma conjunta la abolición de la esclavitud, que persistió en los estados del sur.
Sólo cuatro años más tarde (1846), el congreso de los EEUU aprobó un proyecto de ley en cuya virtud sobrevino la declaración de existencia material, de constitución formal y de soberanía interior de El Estado de Iowa, con capital en la ciudad de Des Moines, cuya legislatura, controlada por una mayoría demócrata, mantuvo a rajatablas la vigencia la institución de la esclavitud de los indios, a la vez que se negó terminantemente a autorizar la compra de esclavos negros.
Durante La Guerra de Secesión (1860-1865), Iowa se incorporó a La Conferación de los Estados de América del Norte (The North America States Confederation), que resultó derrotada. Por eso, las siguientes elecciones generales le dieron la victoria al Partido Nacional Republicano (PNR), que gobernaría en Washington DC casi ininterrumpidamente hasta bien entrado el siglo veinte.
Desde entonces, el gobierno de Des Moines comenzó a alentar la inmigración nórdica no inglesa (galeses, escoceses, irlandeses, suecos, noruegos, daneses, alemanes, suizos, holandeses, belgas, luxemburgueses y austríacos), con la condición de que profesaran la religión protestante (el luteranismo o el calvinismo). A partir de ese momento, la economía fundamentalmente agroartesanal del estado de Iowa comenzó a cambiar, importándose capitales y tecnología nórdica, sobre la base de la cual, las agroartesanías tradicionales se convirtieron en las nuevas agroindustrias (alimentación, indumentaria, construcción, farmaceútica y fundiciones).
Y en 1880 se tendieron vías férreas y telégrafos que facilitaron la importación de herramientas, de máquinas, de motores, de instrumentos y de mano de obra calificada básicamente germana (los obreros alemanes), que fueron los artífices de la nuevas industrias estaduales de la cerveza, de la harina de maiz (la polenta), del aceite de maiz y del alcohol de aceite de maiz (el etanol).
Más de ciento cuarenta años más tarde (2011), mientras persiste La Crisis Mundial (el efecto jazz = la gran rescesión = la segunda gran depresión) y continúa La Guerra Mundial Contra el Terrorismo (léase: La Segunda Guerra Fría), con epicentros bélicos en Afganistán, Irak, Somalía y Libia, el estado de Iowa cuenta con una superficie de ciento cuarenta y seis mil kilómetros cuadrados (146.000 Km2); con una población de tres millones de habitantes (3.000.000 Hab.), definiendo una densidad demográfica de veinte coma cinco habitantes por kilómetro cuadrado (20,5 Hab./Km2), cuyo Producto Bruto Interno (PBI) ascendió en 2010 a ciento veintinueve mil millones de dólares (129 MMD´s = 0,12 BD´s), implicando entonces un producto bruto per capita del orden de los cuarenta y tres mil dólares (U$S 43.000,00). [3]
El noventa por ciento de la población es de origen nórdico y profesa el protestantismo (90%) y, de ese total, el setenta y cinco por ciento (75%) está inscripto en los registros electorales de los dos grandes partidos políticos estadounidenses (republicanos y demócratas).
Como es tradicional en la historia estadounidense, en la ciudad de Des Moines tiene lugar cada cuatro años la primera asamblea nacional republicana (el caucus), en cuyo contexto, los electores de Iowa eligen a uno de los postulantes para candidato a la presidencia de los EEUU, dando comienzo al proceso electoral estadounidense, conocido como La Primarias.
Las primarias de Iowa son un símbolo para todos los norteamericanos (republicanos y demócratas) pues ese es el estado más rural de la unión americana, y marca la tendencia en toda la región de El Medio Oeste, es decir, al otro lado del Mississippi.
Y si me dijeran que estoy muy equivocado, respondería que veremos, veremos y pronto lo sabremos.
[1] La libre expresión y la segura circulación de la información contenida en el presente documento se halla jurídicamente garantizada por la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 (Art. 19), la Constitución Nacional de la República Argentina de 1995 (Art. 14), la Ley Nacional N° 26.032 de 2005 y el Código Penal de la Nación (Arts. 153 y 155).
[2] Para uno de Los Siete Grandes Sabios de Grecia (Solón) El Cisne Negro es la alegoría de un hecho que es teóricamente posible, perro que todos creen que es prácticamente improbable, pues si ocurriera sería catastrófico.
[3] Equivalentes a unos quince mil pesos por mes ($ 15.000,00/M), contra los dos mil doscientos ochenta de la Argentina ($ 2.280).
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