El Diario Digital de la Historia y de la Geopolítica
Jueves 22 de Diciembre de 2.011.
En el Nombre del Padre,
del Hijo y del Espíritu Santo
Por Rubén Vicente
Hay gente muy poderosa y que sabe mucho de estas cosas, pero que se maneja con un muy pero muy bajo perfil, que sostiene que en el año quince de la era cristiana, Emmanuel Julius Ferrer (a) Ieshua Barrabas (a) Jesús de Nazareth (a) El Galileo (a) El Rabí (a) Nuestro Señor Jesucristo (32), junto a su segunda mujer, Salomé III Coatas (a) Miriam de Magdala (a) La Nieta de Herdodes (a) Santa María Magdalena (30), se convirtieron en los felices padres de segundo hijo varón (el segundón), que fue circuncidado como judío y bautizado como católico, bajo el nombre de Johannes Julius Ferrer (a) Janos Barrabás (a) Iochanan Bar Koshba (a) San Juan Apostol.
Juan hizo la primaria en la gran sinagoga de Nazareth y el secundario en la de El Templo de Jehová de Jarusalén (El Tercer Templo = El Templo de Herodes = El Ex Templo de Satanás). Se graduó como bachiller en el año treinta y tres y, luego de participar de La Última Cena, vio morir a su padre en la cruz romana, recibiendo de su madre, la noticia de la resurrección.
Al año siguiente, la sagrada familia abandonó el proconsulado de Palestina en forma dispersa y subrepticia. En ese contexto, San Juan Apostol se radicó en la isla de Patmos, que era una provincia del proconsulado de Grecia. Sesenta años más tarde, cuando tenía exactamente setenta y cinco años de edad (90 d.C.), San Juan Apostol publicó dos obras: 1) El Evangelio Según San Juan; y 2) El Libro de la Revelación (El Apocalipsis).
Refiere que él, que se describe a si mismo como un hombre de cabellos blancos y de lengua filosa, que usa una túnica larga de color azul celeste y se apoda el cordero, es el lider espiritual del heptarcado cristiano (las siete iglesias), que son las de Sardes, Laodicea, Éfeso, Esmirna, Pérgamo, Tiaitira y Filadelfia.
Cuenta que tuvo una visión divina, en la que le fue revelado que él era el único ser capaz de abrir El Libro de los Siete Sellos, que le fue entregado por su padre resucitado (¿?). [3]
Lo abrió y los primeros cuatro sellos representaban a cuatro jinetes montados sobre sus caballos blanco, amarillo, rojo y negro, que traerían el hambre, la pestes, la guerra y la muerte. El quinto sello representa un poder inmenso, que desatará cataclismos universales, que vendrán por la tierra, el agua, el aire y el sol.
El sexto sello contiene el número de Lucero del Alba (Lucifer = Satanás = La Bestia), que es el seiscientos sesenta y seis (666), y el séptimo permite escuchar el sonido de las siete tropetas, que serán siete guerras mundiales (7), de las que renacerá el demonio Belzebú, que enviará a la tierra a un súcubo nacido en el año del dragón, que vendrá al mundo a matar a la mujer que estará dando a luz pero, como no logrará su cometido, siendo auxiliado por dos bestias de su laya infernal, que también fracasarán, porque luego de los grandes dolores y de las infinitas penas del parto, finalmente, nacerá El Cristo del Futuro (tá paracletos = de paraclitus = el paráclito), que ya está entre nosotros. [4]
Él será protegido por dos aliados, mientras los ejércitos del mundo entero (orbis) se reunirán en Meggido. Los enemigos del paráclito se retirarán para reagruparse en Isín (Babel = Babilón = Babilonia = Bagdad). El paráclito les tenderá el cerco sobre esa ciudad de la prostitución, que languidecerá por inanición, rindiéndose los ejércitos, que serán echados al lago de fuego, mientras el dragón quedará encerrado allí por mil años, pero se liberará, escapará y volverá a reunir a las naciones, lideradas por Gog y por Magog, sobreviniendo entonces, el combate final (el armagedón), donde el dragón será definitivamente vencido, sobreviviendo sólo ciento cuarenta y cuatro mil soldados elegidos, liderados por tres ángeles, que comandarán La Masacre de Meggido.
Jerusalén será liberada por el paráclito, para conducir El Juicio Final, que concluirá en El Día del Señor. Los santos serán llevados al paraiso. Los domonios serán lanzados al abismo insondable. Y los tibios serán puestos en el purgatorio, hasta que estén listos para entrar en el reino de los cielos (de regnum dei). Y todo ocurrirá en el nombre del padre, del hijo y del espíritu santo, y nada más, claro está. [5]
Y si me dijeran que estoy muy equivocado, respondería que veremos, veremos y pronto lo sabremos.
[1] La libre expresión y la segura circulación de la información contenida en el presente documento se halla jurídicamente garantizada por la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 (Art. 19), la Constitución Nacional de la República Argentina de 1995 (Art. 14), la Ley Nacional N° 26.032 de 2005 y el Código Penal de la Nación (Arts. 153 y 155).
[2] Para uno de Los Siete Grandes Sabios de Grecia (Solón) El Cisne Negro es la alegoría de un hecho teóricamente posible, que todos creen que es prácticamente improbable, pues si ocurriera sería castastrófico.
[3] Si somos cristianos, no tenemos por qué dudar de que San Juan Apostol haya recibido El Libro de los Siete Sellos de manos de su padre resucitado, es decir, de Nuestro Señor Jesucrito. Sin embargo, yo creo que San Juan Apostol estableció contacto espiritual con su padre gracias al uso de las drogas alucinógenas de uso corriente en aquella época, como eran el opio chino, la marihuana indostaní o la muscaria escandinava, cuyo nombre indistinto en el occidente romano era el de pharmaton, habitualmente empleado por los médicos como anagésico, o por los cirujanos como anestésico, vía La Ruta de la Seda, claro está. Ello en nada afea en nada la belleza sublime de la inspiración de San Juan Apostol, pero la explica desde una óptica no cristiana y, por ende, aceptable para todos.
[4] La primera guerra mundial fue La Guerra de los Treinta Años (1618-1648). La segunda guerra mundial fue La Guerra de Sucesión Española (1702-1715). La tercera guerra mundial fue La Guerra de Sucesión Austríaca (1740-1748). La cuarta guerra mundial fue La Guerra de los Siete Años (1762-1769). La quinta guerra mundial fueron Las Guerras Napoleónicas (1793-1815). La sexta guerra mundial fue La Gran Guerra Mundial, es decir, la mal llamada Primera Guerra Mundial (1914-1918). Y la séptima guerra mundial fue La Segunda Guerra Mundial (1939-1945). Siendo así, las siete guerras mundiales predichas por El Apocalisis ya se han suscitado, restando El Combate Final (¿?) que, en mi modesta opinión, bien podría ser La Tercera Guerra Mundial (el holocausto nuclear = el armagedón = el apocalipsis = 2014-2017).
[5] Es bien sabido que el día que enseñaron matemáticas yo falté ja ja já. Sin embargo, sintiéndome El Hombre de Neanderthal versión Galicia, digo que me pica que el número 2014, que corresponde al año que yo creo que estaremos al borde, y repito, al borde de la tercera guerra mundial; cuando lo divido por el número de la bestia (666), me da tres coma cero veinticuatro (3,024), donde tres es el número de la justicia, según Pitágoras, el cero en la nada y el veinticuatro es algo así como ocho veces tres. Yo no sé que signifique eso, pero se me antoja seguir urgeteando con esto, nada más que porque me resulta divertido, y no perjudico a nadie. ¿Verdad?
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