miércoles, 4 de enero de 2012

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Año I – Primera Edición – Editorial: 000000048  [1]

El Cisne Negro [2]
El Diario Digital de la Historia y de la Geopolítica
Lunes 24 de Octubre de 2.011.

In Midium Veritas Est
Por Rubén Vicente

A pesar de sus treinta y nueve, Ema es una mujer enequívocamente conservadora (chapada a la antigua que le dicen), pero como la gran mayoría de las féminas de este país, ella se entretiene en el almuerzo con las novedades de la farándula, incluyendo a las estrellas del pop (es increible, se sabe todo sobre los artistas, qué chulula, je jé).

Desde su oficina, la semana pasada me mandó un e mail con un artículo adjunto, agregándole su comentario: "Honrar el cuerpo y mostralo así, sin pudor… Es una provocadora, y non sancta. ¿Quién te va a respetar así? Seré una antigüedad de pensamiento, pero no la entiendo ni la entenderé. Te amo. Besos".

Si, porque Lady Gagá dice que ella honra su cuerpo, afirmando que el sexo no es algo insignificante, y sosteniendo que a ella no le agrada entregarse fácilmente al amor carnal, disgustándole las relaciones ocasionales y prefiriendo las estables (Ema dice que está en pareja desde hace tres años con un tipo que yo ni sé quién es, sorry darling). A la noche de aquel día le toqué el tema, dándole mi opinión:

Mirándola desde mis flamantes cincuenta y cinco yo digo, primero, que esta pibita de veinticinco está bastante linda, considerando el total de la población femenina mundial. Segundo, que si hoy día no te exihibís livianista ante las cámaras, no te mira ni el loro y sólo podrás conseguir empleo en el canal católico, que no lo ven ni los chupasirios, obvio.

Tercero, que una figura emblemática así llama la atención de la juventud, pero del mundo entero, off course. Cuarto, que su mensaje es induscutiblemente antisistémico (léase: cuasi revolucionario), frente a los estereotipos institucionalizados de la sexualidad sin freno, de las drogas, del alcohol, de la anorexia, de la bulimia y de la violencia, que se ve en los medios de comunicación social de hoy día, incluyendo todas las modalidades que tienen que ver con la mujer (la música, la moda, el deporte, la cocina, las novelas, la ciencia, el periodismo, la política, etc., etc.).

A mi vizabuela, Inés Barrueco de Vicente, también le gustaba reflexionar por escrito. Ella se sentía indignada a principios del siglo veinte, pensando que todo se estaba relajando mal, añorando con nostalgia los viejos tiempos de la inquisición española, que defendía a ultranza la ética de las mujeres bien nacidas, criadas y educadas que, por una simple denuncia del marido, torturaba a la cónyuge para que confiece su infidelidad, antes de condenarla a la hoguera por adultera, para que su alma se purificara por el fuego del cielo, y no se pudriera por las llamas del infierno que la hicieron traicionar su juramento sagrado. Ese es el otro extremo.

Por eso, en materia de sexualidad, femenina o masculina, yo coincido con Lady Gaga, porque digo ni tan calvo ni tan peludo pues, como decían los romanos, en el medio está la verdad (in midium veritas est), en la que se basa la mesura, que no es poca cosa, aunque Ema no haya quedado demasiado convencida con mi argumento (si, vos aprovechás para mirale…. No podés, ja ja já).

Y si me dijeran que estoy muy equivocado, respondería que veremos, veremos y pronto lo sabremos.


[1] La libre expresión y la segura circulación de la información contenida en el presente documento se halla jurídicamente garantizada por la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 (Art. 19), la Constitución Nacional de la República Argentina de 1994 (Art. 14),  la Ley Nacional N° 26.032 de 2005 y el Código Penal de la Nación (Arts. 153 y 155).

[2] Para uno de Los Siete Grandes Sabios de Grecia (Solón) El Cisne Negro es la alegoría de un hecho teóricamente posible, pero que todos creen que es prácticamente improbable, pues si ocurriera sería castastrófico.

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