sábado, 14 de enero de 2012

87 Historia (Argentina)

Año I – Primera Edición – Editorial: 00000087  [1]

El Cisne Negro [2]
El Diario Digital de la Historia y de la Geopolítica
Sábado 3 de Diciembre de 2.011.


El Buen Pastor
Por Rubén Vicente

Ya sé que cada ser humano es único e irrepetible, pero Marcelo Prandi (Sagitario - 55) es un tipo verdaderamente muy pero muy especial. Lo conocí en  el primer año de colegio secundario de curas en Castelar (El Instituto Inmaculada).

Estatura mediana, delgado, de buen porte, piel morena, cabellos lacios y ojos oscuros, y una mirada ansiosa y alegre, pero a los pocos meses lo bautizaron el cabezón y, desde entonces, jamás ha dejado de serlo, claro está.

Él no se daba mucho conmigo, pero yo lo admiraba, porque era buen alumno en una institución exigente, en la disciplina y en las materias. Teníamos una relación cortés pero distante. Difícil no era, ni para mi ni para nadie, llevarse bien con él, porque si algo tuvo siempre Marcelo es don de gente, o si se prefiere, pasta de diplomático.

Terminamos el colegio y cada uno por su lado, hasta que el alma mater afectiva del grupo de egresados (Sergio Sacheri (a) Sacho- Tauro 54), empezó a convocar asados anuales en su casa, a los que aún asistimos diez de los treinta de esa camada, que alternamos en una pizzería que es cinco estrellas (Plaza Alem), porque te cobran ré barato, pero porque no te sirven nada como la gente, ja ja já.

Y el tiempo fue pasando y un día Marcelo se casó con una rubia preciosa, por la iglesia anglicana (¿¿??). Después me enteré que él, siendo argentino, se crió en los EEUU, que acá trabajó como ejecutivo en Cinzano y en Johnson & Johnson, y que un día se fue con la mujer y los hijos a trabajar allá, creo que en la mega fábrica de muebles de su tío, o algo por el estilo, pero bien, off curse.

Luego del cambio de milenio, cuando todos en el grupo ya teníamos panza y peinábamos canas, reaparece Marcelo, convertido en el lider de una parroquia protestante, de su villa lacustre de Mahopac (Condado de Putnam - Estado de Nueva York), a cincuenta minutos en  auto de La Zona Cero (ups). ¿Qué te dio por la religión cabezón?

Y si, porque verdaderamente es un contrasentido en términos, porque no se puede ser un pastor de Dios y ser, a la vez, un hincha de los diablos rojos de Avellaneda, ja ja já.

Pero a mi no me importaba, porque el año pasado fue el peor año de toda mi vida. Mal en la salud, mal en el dinero y pésimo en el amor. Le pedí a Dios que me llevara, pero no, y tampoco me dio bola el diablo, porque yo no quería vivir, pero ni un segundo más, por eso de la depresión que le dicen.

Otro amigo de sagitario me dio los consejos de un verdadero padre, pero yo no tenía consuelo en ese otoño inolvidable.

Y llegó la noche helada del diez de junio, y yo fui sin ganas al asado. Y no sé por qué, pero le conté mi situación… Marcelo actuó como si fuera un neurocirujano con una urgencia quirúrgica. Me metió en un cuartito del quincho de Sacho y rezamos una oración que él decía y yo repetía. No pasó nada, pero dos semanas más tarde, creer o reventar, pero me empecé a sentir un poquititito menos mal, y un mes después, dejé de tener ganas de morirme, aunque todavía yo no tuviera ganas de vivir, claro está.

Desde entonces, para mi él es mi amigo y mi pastor a distancia, aunque yo sea católico y bostero, porque siento que él está objetivamente bastante más cerca del mismo Dios en el que ambos creemos, aunque Marcelo diga que él nos ama a todos por igual. [3]

A mediados de este dos mil once, de casi completa resurrección espiritual, porque Dios me puso al lado a Ema, le empecé a enviar mis artículos de El Cisne Negro, y él los comenta y yo le respondo, generándose una relación cibernética distinta a la de los asados o de la pizzería, porque me cuenta historias de su ministerio que son lecciones de pura vida y de puro amor cristiano, pero de verdad.

Y me acaba de sorprender. Marcelo tiene un amigo argentino viviendo allá, que fue afiliado comunista y que habla pestes de absolutamente todos los ismos, habidos y por haber, incluyendo el kirchnerismo, obvio.

El pastor le mandó un artículo mío y el tipo salió los tapones de punta, asegurando que las generalizaciones ideológicas son un dislate, irritándole más que ninguna, la que proviene de tercer mundo, que se considera la víctima del imperialismo (léase: el tercermundismo). Pobre, ni siquiera se dio cuenta que él no es comunista sino anarquista, claro está.

Siendo así, le pedí a Marcelo el e mail de El Zurdito de la Zona Cero, para seguírsela a muerte, porque amo debatir sobre filosofía política y me encanta que me lean en la hiperpotencia planetaria, pero la verdad, es que nada de todo esto de la pareja, del periodismo y de mi nueva felicidad, que creía inalcanzable a mi edad, sería posible sin la oración tan constante como silenciosa de El Buen Pastor, y quería compartirlo con todos ustedes para que lo sepan. Por eso hoy quiero inciar esta jornada primaveral sudaca diciéndole:

¡Feliz Cumple Años Cabezón¡

Y si me dijeran que estoy muy equivocado, respondería que veremos, veremos y pronto lo sabremos.



[1] La libre expresión y la segura circulación de la información contenida en el presente documento se halla jurídicamente garantizada por la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 (Art. 19), la Constitución Nacional de la República Argentina de 1995 (Art. 14),  la Ley Nacional N° 26.032 de 2005 y el Código Penal de la Nación (Arts. 153 y 155).

[2] Para uno de Los Siete Grandes Sabios de Grecia (Solón) El Cisne Negro es la alegoría de un hecho que es teóricamente posible, pero que todos creen que es prácticamente improbable, pues si ocurriera sería castastrófico.

[3] No es cierto. Facundo Cabral decía que Dios respeta al que trabaja, pero que ama a los que cantan, y los pastores protestantes cantan, no como los seglares católicos no practicantes, que cantábamos para nuestra banda de rock nacional en los 70´, pero que ahora tenemos la garganta destruida por el faso, y sólo cantamos en la ducha, já.

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