Año I – Primera Edición – Editorial: 000000049 [1]
El Cisne Negro [2]
El Diario Digital de la Historia y de la Geopolítica
Martes 25 Octubre de 2.011.
(RIP-QEPD)
Tu Crees Que Me Matas …
Ha conclúido La Operación ´Odisea del Amanecer´. Los mujaidines mercenarios de la CIA han capturado Sirte. El consejo de transición se muda de Bengazi a Trípoli. Kuwait se hará cargo de las exportaciones del crudo, y siga el baile. La noche está en calma y la OTAN descanza, el músculo duerme y la ambición trabaja, para quedarse con el maldito petróleo, off course.
Ha muerto El Emir de Fezán, que no quiso ser rey, porque en sus años mozos se enamoró de Nasser y del socialismo nacional árabe (el nacional socialismo musulmán = el nazismo del desierto), instaurando la república de la nada, porque no había absolutamente nada, excepto chacales británicos y escorpiones cipayos. [3]
Nadie podrá negarlo jamás. Libia le debe a él, y sólo a él, el haberse convertido en una nación, justa, libre y soberana, además de opulenta, armada hasta los dientes y rebelde ante el capital occidental, de la mano de una unión soviética que jamás lo amó, pero que ya no está, igual que él.
La falsa revolución de los jazmines, o si se prefiere, la primavera árabe, ha triunfado nuevamente y, mientras de oro negro vuelve a fluir hacia el poniente, los demonios mercenarios de la hermandad musulmana y de al qaeda se adueñan de la pobre Libia, para instaurar el marxismo islámico (el islamismo marxista = el fundamentalismo = el salafismo = la revolución islámica), pero disfrazada de democracia constitucional pro occidental, claro está (¡qué polaid!).
Si, pero hasta que se saquen la careta y estalle la guerra del cuervo, digo, porque puede irse todo al cuerno, de Africa, claro está.
En otras palabras que bien podrían ser del Dr. Muhammar Al Khadaffy: Tu crees que me matas y yo que te suicidas.
Y si me dijeran que estoy muy equivocado, respondería que veremos, veremos y pronto lo sabremos.
[1] La libre expresión y la segura circulación de la información contenida en el presente documento se halla jurídicamente garantizada por la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 (Art. 19), la Constitución Nacional de la República Argentina de 1994 (Art. 14), la Ley Nacional N° 26.032 de 2005 y el Código Penal de la Nación (Arts. 153 y 155).
[2] Para uno de Los Siete Grandes Sabios de Grecia (Solón) El Cisne Negro es la alegoría de un hecho que es teóricamente posible, pero que todos creen que es prácticamente improbable, pues si ocurriera sería castastrófico.
[3] El Sultanato de Libia era un reino internamente dividido en tres emiratos (Tripolitania, Cirenaica y Fezán). En 1968, Khadaffy heredó de su padre el emirato de Fezán, mientras se doctoraba en la Universidad de Londres. Regresó a su pais y fue nombrado miinistro de defensa nacional por su magestad. Los organizadores del golpe de estado que derrocó a la monarquía pro británica lo encumbraron a él, por pertenecer a la alta nobleza libia que, recién coronado, declaró la abolición de la monarquía y la instauración de la república, con él como presidente provisional, que declaró la nacionalización del petróleo, creó la empresa estatal de energía y estableció una alianza estratégica con la Unión Soviética en el marco de la guerra fría (1969). Acto seguido, maniobró para poner en vigencia una constitución nacional y llamó a elecciones, que ganó con el 82% de los votos. Jamás dejaron de haber elecciones en Libia durante su gobierno, y siempre lo reeligieron, nunca con menos del 50%, porque veían en su nasserismo una especie de república turca, pero árabe y africana, obvio. No importa lo que ahora diga la propaganda occidental. Ahí está la historia para desmentirla. A principios de 1975, en plena crisis enegética mundial, Khadaffy recibió como visitante ilustre al entonces ministro de economía judío y gramscista de la Argentina justicialista, Dn. José Ber Gelbar (a) Don José, estableciendo una alianza táctica para la provisión de carne y cereales argentinos a cambio de petróleo y gas natural libio.
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