sábado, 7 de enero de 2012

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Año I – Primera Edición – Editorial: 00000066 [1]

El Cisne Negro [2]
El Diario Digital de la Historia y de la Geopolítica
Sábado 12 de Noviembre de 2.011.




La Transparencia de las Instituciones V
Por Rubén Vicente

En el cuarto de esta serie de artículos, vinculados con la intención de profundizar el modelo y de transparentar las instituciones, pero en función de las bases y puntos de partida para la organización nacional vicentista, que es alberdiana-sampayista, tomé el tema de la política financiera que nos merecemos tener los argentinos, basada en los principios de garantía total y especulación cero, pero resguardando el interés nacional y popular, si de lo que se trata es de volver a figurar, antes de veinticinco años (2027), entre las diez primeras naciones del mundo, superando largamente a México y a Brasil.

Suponiendo que los lectores hayan leído esos cuatro artículos anteriores y que compartan las ideas alli propuestas, en este quiero abordar la política tecnológica que también nos merecemos tener, y que es ultra factible.

Primero. El pivote ú-ni-co del verdadero crecimiento nacional será la alta tecnología, total y exclusivamente vernácula (la innovación puramente nacional), que abaratará más que sustancialmente los costos de producción de la industria argentina, rural y urbana, civil y militar. [3]

Segundo. Las investigaciones y los desarrollos (I+D) de la tecnología argentina se financiarán, exclusivamente, con las inversiones de capital vernáculo, surgidas de las ganancias corporativas de las entidades operantes en el régimen off shore de la nación, articulando el aparato financiero nacional con el aparato tecnológico nacional, cimentando el naciente Complejo Estratégico Nacional (CEN), exactamente igual que el que poseen las grandes potencias.

Tercero. Será políticamente prioritaria la alta tecnología militar estratégica, vinculada con las armas de disrupción defensivas y  con las armas de destrucción masiva ofensivas, bajo el lema francés del siglo diecinueve (armémonos para la paz). [4]
Cuarto. Las profesiones de ciéntifico o de ingeniero militar deben garantizar una vida material más que acomodada, arbitrando los mecanismos destinados a lograr una lealtad sin límites a la nación, penalizando toda defección con la muerte, bajo el tipo criminal de traición a la patria, sin excepción. [5]

Y quinto. La Argentina debe posicionarse como una gran potencia tecnológica mundial, que haga de la transferencia uno de las cuatro principales fuentes de ingresos nacionales, vía cobro de derechos (los royalties), junto con los alimentos, la energía y los armamentos;  aspirando a ser el cerebro de servicio selectivo del gran músculo de la mano de obra calificada que es la industria brasileña, en el marco de la complementariedad de nuestras economías y de la integración latinoamericana que ambas naciones pretenden forjar. [6]

Y si me dijeran que estoy muy equivocado, respondería que veremos, veremos y pronto lo sabremos.


[1] La libre expresión y la segura circulación de la información contenida en el presente documento se halla jurídicamente garantizada por la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 (Art. 19), la Constitución Nacional de la República Argentina de 1995 (Art. 14),  la Ley Nacional N° 26.032 de 2005 y el Código Penal de la Nación (Arts. 153 y 155).

[2] Para uno de Los Siete Grandes Sabios de Grecia (Solón) El Cisne Negro es la alegoría de un hecho que es teóricamente posible, pero que todos creen que es prácticamente improbable, pues si ocurriera sería castastrófico.

[3] Tener una moneda sana, un sistema tributario alentador de la producción (porque sólo cobra impuestos a la propidad la tierra y gabelas a la importación competidora, like Corea del Sur), una administración pública eficiente y un sistema financiero apto para hacer buenos negocios y generar grandes capitales de riesgo propios, es la precondición necesaria para tener financiamento casi ilimitado, que se puede invertir en nuestra propia tecnología, abaratando un cincuenta por ciento nuestros costos de producción (50%), y  tornando a nuestra industria auténticamente competiva e independiente, justamente, en la era de la globalización postcontemporánea (like Japón). En otras palabras, propongo un sistema japonés que, en sólo veinte años (1945-1965), convirtió a una nación reducida a cenizas en un milágro económico y diplomático, capaz de vencer, nada más ni nada menos, que la mentada imbatibilidad norteamericana (1980-1990). ¿O no?

[4] Las armas de disrupción defensivas son de diversas clases (cibernéticas, criptológicas, robóticas, misilísticas, magnéticas, indetectables e invisibles), y las armas de destrucción masiva ofensivas son las químicas, las biológicas y  las nucleares (QBN), utilizables exclusivamente en caso de ataque de una gran superpotencia misilístico nuclear (like United Kindom), incorporando esa autolimitación nacional al texto de nuestra ley fundamental (como hizo Japón en 2009, supuestamente, para lidiar con  Corea del Norte, y nadie dijo esta boca es mía).

[5] Debemos dejar de tener un país gobernado por abogados, y confiarselo a los científicos y los tecnólogos con visión nacional y popular, pero con cabal conciencia de que vivimos en un mundo globalizado, articulando nuestros propios intereses con los objetivos mundiales de mantenimiento de la paz, la seguridad y la cooperación internacionales, especialmente, con las grandes potencias garantizadoras de la democracia constitucional y defensoras de los derechos humanos (like EEUU, Gran Bretaña, Francia, Alemania, Israel y Japóon). No existe contradicción, tal como se verá al abordar la temática de la política diplomática.


[6] Un reciente estudio de la Univerisidad de San Pablo refiere que el cincuenta y cinco por ciento de la tecnología subyacente en la industria nacional brasileña es extranjera (55%)y, más precisamente, estadounidense, cuando podria ser tranquilamente argentina, independizando económicamente al Mercosur, del mismo modo que son económicamente independientes la Asociación de las Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), que tiene tecnología japonesa para la industria china, o la Unión Europea (UE) que tiene tecnología austríaca para la industria alemana. Lo expuesto se desarrollará al abordarse la temática de la política comercial.

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