jueves, 26 de enero de 2012

140 Geopolítica (Mundial)

Año I – Primera Edición – Editorial: 00000140 [1]

El Cisne Negro [2]
El Diario Digital de la Historia y de la Geopolítica
Miércoles 25 de Enero de 2.012.


La Espiritualidad en el Tercer Milenio
Por Rubén Vicente

Yo no sé si los que tienen más de cincuenta años de edad y se criaron fuera de la selva de cemento se acordarán, pero yo si. En el exterior de cada casa, los propietarios construían pequeñas grutitas, empotraban una imagen religiosa católica apostólica romana, instalaban una puertita enrejada, ponían un pequeño candado y la hacían bendecir por un sacerdote, de modo tal que esa construcción cumpliera la función de protección del hogar y, a la vez, era el altar doméstico, pues nadie se iba de casa sin persignarse ante ella y, si estaba afligido, se paraba ante él a rezar, o si le iba bien, agradecía las bendiciones recibidas (léase: la hornacina).

Pensando en tiempos pasados, y no tanto, me pregunto a dónde fue a parar esa religiosidad casera, doméstica, hogareña, tan sana para el alma, porque cada cual se sentía parte del universo creado y gobernado por Dios, a través de cosas muy sencillas, diarias y cercanas.
Los altares domésticos vienen de lejano tiempo de los egipcios, que ellos fueron los que inauguraron esa tradición que pasó al paganimo romano y al cristianismo y que, afortunadamente, estoy más que convencido que no murió con mis padres, sino que continúa viva en las casas de toda zona que no haya sido devorada por la selva de cemento.
Entonces todo parece ser como dice Khalil  Gibrán, que las grandes ciudades deshumanizan el alma, pero yo pienso que no tanto, si verdaderamente es cierto que nada se pierde y que todo se transforma.
Pregunta: ¿Cuál es el altar doméstico de los que vivimos en las grandes ciudades? ¿Ante qué rezamos cada mañana? ¿Dónde nos ponemos en alfa, sentados en vez de arrodillados, para unirnos con el universo desde nuestro hogar …?
Efectivamente, es así, y por eso, yo no le temo a la deshumanización de la sociedad industrial (la sociedad de consumo), porque estoy conciente de que estamos saliendo de ella, y estamos entrando en la sociedad post industrial (la sociedad del conocimiento = la gnosis) que, sólo por ahora, es conocida  con el nombre de la civilización dos punto cero que, guste o no, es un invento del occidente cristiano, y no judío, budista o musulmán, claro está.
Aquellos que están muy metidos en temáticas tan fascinantes como el estudio de la wika, de las profecías mayas, de los manuscritos del mar muerto, del misticismo nazi, de la masonería o de los platos voladores, comiéndose cuanta basura se publica en la web, están en una busqueda angustiante, que trata de develar los misterios del pasado y del presente, pero sobre todo, del futuro, que es el porvenir, claro está.
Y si esa búsqueda no es una manifestación esotérica individual o en su caso colectiva, yo me pregunto la esoteria dónde está. Y obvio, todo eso va cambiando las creencias (el dogma = el credo), y también, los usos, las prácticas, las tradiciones y las costumbres, es decir, la liturgia, por llamarla de algún modo, siendo que el credo, la esoteria y la liturgia son las tres partes componentes de toda religión, pasada, presente y futura, claro está. 
Por eso yo creo que, de alguna extraña manera, Silicon Valley viene a ser algo así como el Vaticano, Bill Gates representa a Jesucristo, Steve Hob a San Pedro, Microsoft a la iglesia católica, Google a la protestante, Hotmail sería la misa, Facebook sería el santoral, la tablet es el rosario, y así con todo.
Nunca antes la humanidad estuvo tan contectada en tiempo real, y nunca antes los individuos que la conformamos estuvimos más sólos en la busqueda de algo más, sin saber verdaderamente qué es…
Eso para mi no es otra cosa que sentimiento religioso puro, y por eso no le temo ni al futuro ni a la deshumanización de la humanidad, pues esta es en opinión la espiritualidad en el tercer milenio, y nada más, claro está.
Y si me dijeran que estoy muy equivocado, respondería que veremos, veremos y pronto lo sabremos.

                                                               


[1] La libre expresión y la segura circulación de la información contenida en el presente documento se halla jurídicamente garantizada por la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 (Art. 19), la Constitución Nacional de la República Argentina de 1995 (Art. 14),  la Ley Nacional N° 26.032 de 2005 y el Código Penal de la Nación (Arts. 153 y 155).

[2] Para uno de Los Siete Grandes Sabios de Grecia (Solón) El Cisne Negro es la alegoría de un hecho que es teóricamente posible, pero que todos creen que es prácticamente improbable, pues si ocurriera sería catastrófico.

1 comentario:

  1. Excelente la descripción de la creencia religiosa basada en la computación, las comparaiones precisas y acertadas; buenisimo!!!

    ResponderEliminar