El Cisne Negro [2]
El Diario Digital de la Historia y de la Geopolítica
Sábado 5 de Noviembre de 2.011.
San Ignacio de Loyola
La Mano de Satanás
Por Rubén Vicente
Hay mucha gente que no lo sabe, porque se la pasa mirando el futbol para todos, el canal venus y Tinelli. Pero hay otra gente que, además de divertirse un poco, quiere entender, cómo es posible que el mundo esté como está, incluída la Argentina. Veamos:
Luego de transcurridos más de doscientos años desde la abolición de la orden de los monjes guerreros (los templarios), en 1564 el papa emitió la bula constitutiva de La Compañía de Jesús (los jesuitas), que fueron autorizados a evangelizar los cinco continentes (Oceanía, Asia, Africa, Europa y América), pero en las condiciones que sea posible (sic).
En 1734, los dominicos, que evangelizaban en latín, se presentaron ante el tribunal del santo oficio de la inquisición en Roma, formulando una acusación contra los jesuitas, que lo hacían en japonés, chino, árabe, ruso, alemán, danés, inglés, francés, italiano, portugués, castellano, inuit, nahuatl, quéchua, guaraní y yagán, de incurrír en herejía. ¡Jesús, María y José¡
Sin embargo, la denuncia dominicana se centraba en las actividades económicas de las reducciones jesuíticas asiáticas orientales, dedicadas al cultivo de la amapola adormidiera y a la elaboración artesanal del mekonio y del opio, que trastorna la mente de los pueblos, y que era colocado en el mercado de Shangai, controlado por los judíos del oriente (los colis), que exportaban la mercancía narcótica a los quirófanos militares y a los fumaderos civiles de Londres, gracias a los invalorables servicios de La Real Compañía de Navegación, Colonización y Comercio de Las Indias Orientales de Calcuta (the british company = la british), mayoritariamente perteneciente a la corona (51%), siendo el narcotráfico un negocio de estado, además de eclesiástico, claro está. Right?
Bueno… Resulta que El Vaticano trató la denuncia con su estilo sempiterno, es decir, en absoluto secreto mortal (la omertá), llamándola públicamente con el nombre de La Cuestión de los Ritos Chinos, que concluyó en 1759, con una bula de prohibición de evangelizar en ninguna lengua que no fuera el latín eclesiástico, y se acabó la milonga, perdón, el minué, porque desde entonces, nadie les entendería nada, y todos dejarían de comprarles (léase: la ruina jesuítica, pero en el nombre del padre, del hijo y del espíritu santo, amén, ora pro nobis, dominus obiscum, requiem in pace, ja ja já).
Siendo así, el prior general de la orden de ese entonces, fray Lorenzo Ricci (a) El Papa Negro, la hizo fácil, porque de la misma forma (la omertá), ordenó a sus monjes orientales fingir que abandonaban los hábitos, para convertirse al budismo zen y transformarse en los financistas de la construcción de El Templo de Shao Lin, que continuó haciendo negocios con la british, pero como si nada pasara. ¡Saltamontes…!
La trampa llegó a oidos de los monarcas católicos de Francia, de España y de Portugal, que se chivaron mal, pero muy mal, y ordenaron la disolución de la orden jesuítica en todos sus dominios, también mundiales (1769). Pero fray Lorenzo la hizo fácil otra vez, mediante tres ideas verdaderamente magistrales.
La primera fue maniobrar exitosamente ante la santa sede, para que las reducciones jesuíticas de los imperios francés, español y portugués, pasaran a ser administradas por los salecianos, que venían cultivando en sus misiones apostólicas la remolacha y la caña de azucar, elaborando artesanalmente sus derivados glúcidos (la melaza y el azucar, negra, roja y rubia), con la ventaja impune de que la negra era del mismo color del opio. No sé si me explico. [3]
La segunda fue maniobrar para sumar a la alta dirigencia jesuítica en la masonería mundial (la vererable hermanadad azul = la masonería inglesa = la masonería anticatólica = la masonería antipapista = la masoneria maligna = la masonería satánica = la contra).
Y la tercera fue maniobrar para que los monjes jesuitas de Francia obtuvieran autorización de el cardenal primado de la iglesia católica apostólica romana de la nación francesa, para constituir la nueva orden de los molotinos, que obtuvieron de su magestad, Luís XVI (a) El Satanista, la entrega del ex templo jesuítico nacionalizado de San Jacobo de París, de donde a los molotinos de esa parroquia, les vino el nombre de los jacobinos, que fueron los monjes negros de la segunda revolución francesa republicana de Robespierre (1793-1797), que mandó a casi toda la oposición pro monárquica a la guillotina, incluyendo a Luis XVI y a María Antonieta, pero en el sagrado nombre de la libertad, de la igualdad y de la fraternidad, claro está. ¡Qué reverendos hdmp, por favor¡
En otras palabras, el narcotráfico al poder, de la mano robespierista de quien menos podía esperarse, que es La Mano de Satanás. [4]
Y si me dijeran que estoy muy equivocado, respondería que veremos, veremos y algún día lo sabremos, o no.
[1] La libre expresión y la segura circulación de la información contenida en el presente documento se halla jurídicamente garantizada por la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 (Art. 19), la Constitución Nacional de la República Argentina de 1995 (Art. 14), la Ley Nacional N° 26.032 de 2005 y el Código Penal de la Nación (Arts. 153 y 155).
[2] Para uno de Los Siete Grandes Sabios de Grecia (Solón) El Cisne Negro es la alegoría de un hecho que es teóricamente posible, pero que todos creen que es prácticamente improbable, pues si ocurriera sería castastrófico.
[3] La incorporación de sustancias que permiten elaborar el azucar blanca, de caña o remolacha, es una innovación tecnológica escandinava de la primera mitad del siglo diecinueve.
[4] Su eminencia reverendísima, el señor arzobispo de la arquidiócesis de Buenos Aires, presidente de la conferencia episcopal argentina y cardenal primado de la iglesia católica apostólica romana de la nación argentina, Msr. Dr. Dn. Jorge Bergoglio, es un monje jesuíta que, además, era uno de los papables en 2005. Bajo esa comprensión, se entiende claramente por qué no fue elegido por el colegio cardenalicio que armó cuidadosamente Juan Pablo II, y por qué El Pingüino y La Reina están contra Monseñor Bergoglio, porque bussines are bussiness, ecleasiásticos o de estado, lo mismo da, claro está. Dont you see?
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