miércoles, 4 de enero de 2012

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Año I – Primera Edición – Editorial: 000000051  [1]

El Cisne Negro [2]
El Diario Digital de la Historia y de la Geopolítica
Jueves 27 de Octubre de 2.011.




Marcando La Zeta de Zorro
Por Rubén Vicente

Una de las grandes creaciones de Walt Dysney en la década de los cincuenta del siglo pasado fue El Zorro, protagonizado por Guy Williams, quien desempeñaba el papel de Don Diego de la Vega, que era el hijo de un próspero hacendado español de la provincia de Monterrey, perteneciente a la república federal de México, que era una de las más importantes de toda América (dicho en clave norteamericana:el hemisfério), obviamente, después de la primera, que eran los EEUU, claro está.

La serie televisiva, que hizo las delicias de varias generaciones, transcurría en un momento de la historia muy particular, cuando los EEUU, bajo La Doctrina Monroe, públicamente antieuropea, pero subrepticiamente neo imperialista (América para los Americanos), subvertían el orden institucional interno mexicano, con el propósito de provocar la cesesión de las provincias aztecas septentrionales de Texas y de California, a través de la captación de elementos locales de dudosa lealtad (los traidores a la patria =  los cipayos), agrupándolos en una sociedad secreta, que recibe el tradicional nombre de El Aguila que, no por casualidad, sino por causalidad, es la rama estadounidense histórica de la masonería mundial (la venerable hermandad azul = la masonería inglesa = la masonería anticatólica = la masonería antipapista = la masonería satánica) que, en los EEUU, es el alma del Partido Nacional Demócrata (PND), que sustenta al actual gobierno de Barak Obama (a) Martes Negro. [3]

En ese contexto, El Capitán Monasterio es un oficial mexicano cooptado por El Aguila y Don Diego de la Vega (a) El Zorro es, sin que el guión de la serie lo explicite, un miembro de la francmasonería universal y, a la vez, un agente secreto del gobierno de España, interesado en aprovechar la debilidad mexicana, justamente, para recuperar México para la corona ibérica, igual que el resto de América Latina (el patio trasero), claro está. Bajo esa comprensión, vayamos ahora a la actualidad, para poder darnos cuenta de que la ficción televisiva no hizo más que reflejar una realidad histórica que aún cotinúa en plena vigencia, en el escenario geopolítico de el hemisferio. Veamos:

Las sociedades anónimas que administran las bolsas de valores del México DF, de Bogotá, de Lima y de Santiago, acaban de suscribir un convenio privado en cuya virtud las mismas pasan a integrar una red bursatil única en la que, lógicamente, se negociarán los billetes, las letras, las acciones y los bonos de los cuatro países (México, Colombia, Perú y Chile), nominando esas operaciones internacionales en pesos (mexicanos, colombianos o chilenos) o en soles (peruanos), y ya no más en dólares estadadounidenses como hasta ahora (¿cómo?).

Es que aunque la propaganda goebbeliana de Washington diga que el billete verde se fortalece, igual que el bono de la hiperpotencia planetaria, gracias a La Operación Twist, mientras el metal amarillo pasa la vergüenza del tercer milenio, dándole la razón, pero sólo por ahora, al peladito Bernanke; lo cierto es que, justamente, los países latinoamericanos más chupamedias de los johnnies, oh causalidad, ahora resulta que salen a decir, pero sin decirlo con todas las letras (léase: sin querer queriendo), que no quieren saber más nada con el dólar en la maldita bolsa única del asia-pacífico latinoamericano, y se acabó, bajo el lema: no, thank you.

Con los despelotes que hay en Grecia, la noticia parece una pavada, y por eso El Cronista de la semana pasada lo publicó en un recuadrito chiquito, que ni se ve, justo abajo de una nota, que sí se ve, sobre la inseguridad que pone en jaque los negocios aztecas, más que nada por Los Zetas, claro está. [4]

Oficialmente, el gobierno de Felipe Calderón es un solo hombre con el de Barak Obama en materia de lucha contra el narcotráfico, el lavado de dinero, el financiamiento del terrorismo y el terrorismo (las amenazas globales), pero eso no implica que en la práctica la cosa funcione necesariamente bien, ni en lo policial, ni en lo judicial, ni en lo político, ni en lo diplomático.

Y le digo más, la DEA está cada vez más sospechada de pretender quedarse con los negocios más lucrativos de la región, en perjuicio de Los Zetas, que se pudrieron de ser leales a un gobierno corrupto y cipayo de los intereses del gran hermano del norte, y pasaron a la clandestindad, posicionándose como los nuevos archienemigos mortales de la democracia constitucional de los herederos de Hernán Cortez y de Moctesuma, empezando a hacer caja para ellos mismos y financiando un futuro gobierno invisible, que será visible cuando las circunstancias de modo, tiempo y lugar lo permitan, obvio.

Y se ve que Los Zetas quieren lavar la guita en Chile, porque la izquierda combativa le está haciendo hervir el bocho a los indignados trasandinos, que están rompiendo todo, nada más que porque dicen que quieren la maldita universidad gratuita, haciéndole frotar las palmas de las manos de los carabineros hasta dejárselas coloradas, porque están pegando a más no poder, mientras El Palacio de la Moneda, oh casualidad, sale a decir que quiere regular la simplificación de los trámites bursátiles, que en buen cristiano significa laxar los controles, porque ya se sabe que a caballo regalado no se le miran los dientes, claro está. Éramos tan pobres… ja ja já.

Estoy diciendo que Los Zetas están el guerra contra la DEA y que ambos contendientes pugnan por el control exclusivo y excluyente de la red única bursatil de México, Colombia, Perú y Chile, pero los dos interesados están tratando paralelamente de dejar arafue (léase: afuera) al pobre El Tío Sam, que controla el dólar que esos cuatro grandes zanguangos de la patria grande ahora resulta que no desean emplear más en sus transacciones bursátiles inequívocamente antinorteamericanas, y nada más, claro está (habrase visto, faltaba más).

Pará Vicente: ¿Vos estás sugiriendo que la DEA hace sus propios negocios espúreos a espaldas del gobierno del que depende? Respuesta: No. Yo sostengo que La Casa Blanca soló cobra la parte de las ganancias del pacto ancestral (léase: el peaje presidencial), y si estalla el escándalo, la que pagará los platos rotos será obviamente la DEA, o mejor México, o mejor aún, Los Zetas, off course. Total…

Siendo así, la guerra civil mexicana continuará y las inversiones de la DEA y de Los Zetas circularán por la red única bursatil latinoamericana occidental, recalentando la política en México, Colombia, Perú y Chile, cuyos gobiernos serán gradualmente cada vez menos pro-norteamericanos, para la gloria de Pekín, Moscú, Riad y París y de sus aliados tácticos azetecas (los zetas), que continuarán operando, obviamente, marcando la zeta de zorro, y nada más, claro está.

Y si me dijeran que estoy muy equivocado, respondería que veremos, veremos y pronto lo sabremos.


[1] La libre expresión y la segura circulación de la información contenida en el presente documento se halla jurídicamente garantizada por la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 (Art. 19), la Constitución Nacional de la República Argentina de 1994 (Art. 14),  la Ley Nacional N° 26.032 de 2005 y el Código Penal de la Nación (Arts. 153 y 155).

[2] Para uno de Los Siete Grandes Sabios de Grecia (Solón) El Cisne Negro es la alegoría de un hecho que es teóricamente posible, pero que todos creen que es prácticamente improbable, pues si ocurriera sería castastrófico.

[3] La archienemiga mortal esotérica de la masonería mundial es la francmasonería universal (la venerable hermandad roja = la mesonería colorada = la masonería escocesa = la masonería francesa = la masonería vaticana = la masonería católica = la masonería papista = la masonería sagrada = la masonería divina) que, en los EEUU, es el alma del Partido Nacional Repubicano (PNR), liderado por El Clan Bush. Esta puja se torna visible en los juegos de guerra militares, donde se enfrentan a los azules contra los colorados. Conste.
[4] Los Zetas eran la fuerza especial de la Policía Nacional Mexicana (PNM), hasta que un apreciable número de sus altos jefes pasó a la clandestinidad, pasando a integrar El Cartel de los Zetas, que hace caja para si mismo con los tráficos ilícitos (las drogas y las armas), con la trata de personas (los incodumentados, la prostitución, los secuestros extorsivos,  etc.) y con el reciclaje de capitales espúreos (la evasión fiscal, el contrabando, el lavado de dinero y el financiamiento del terrorismo), transformándose en el nuevo enemigo público de la nación azteca, pero también, de la supremacía hemisférica de los EEUU, amenazada por los cuatro oponenes extrahemisféricos de Washington (4), que son China, Rusia, Arabia Saudita, Francia y sus bloques (ASEAN, CEI, OPEP y UE), en el marco de La Guerra Mundial Contra el Terrorismo (léase: La Segunda Guerra Fría – 2001-2011).

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