viernes, 20 de enero de 2012

125 Geopolítica (Irán)

Año I – Primera Edición Simulada – Editorial: 00000124 [1]

El Cisne Negro [2]
El Diario Digital de la Historia y de la Geopolítica
Viernes 13 de Enero de 2.012.



No Se Puede Servir a Dos Amos…
Por Rubén Vicente

… pues amarás a uno y aborrecerás al otro, dicen Los Santos Evangelios (es palabra de Dios, te alabamos señor). Y si, puede que así sea, pero lo cierto es que Amir Mirza Hekhmati es un persa, de religión islámica, al que le fue concedida la ciudadanía estadounidense y, después de incorporarse al US Marine Corp., tuvo participación en la guerra mundial contra el terrorismo (la segunda guerra fría), en los campos de batalla de Afganistán y de Irak, para luego ser reclutado por la CIA, con el objetivo de infiltrarlo, nada más ni nada menos, que en el aparato de inteligencia de la república islámica de Irán.

Hekhmati partió desde Nueva York. Su visa de ingreso a Irán dice que iba a visitar a sus abuelas paterna y materna, pero fue detenido, procesado y condenado a muerte por un tribunal militar, bajo el cargo de ser un satanista combatiente (sic) que, en farsí, se dice mohareb.

En Teherán, los diarios andan diciendo que Hekhmati confesó voluntariamente, pero en Washington aseguran que, además de ser víctima de imputaciones completamente falsas, se le ha negado asistencia diplomática y defensa jurídica apropiada, arracándole la confesión mediante tortura.

Primero que si es persa, es ciudadano iraní hasta que se muera, negándosele su condición de ciudadano estadounidense, y por ende, no corresponde ninguna clase de asistencia diplomática, siendo suficientemente apropiado que la protección de los derechos en juicio esté a cargo del defensor oficial, como ocurriría en los EEUU si se tratara de un sospechoso de terrorismo, under de patriot act.

Y segundo, bajo la ley coránica (la sharia), la tortura es un instrumento válido para obtener la confesión del reo, que es la misma tortura que la CIA aplica en las cárceles clandestinas que funcionan en toda Europa, pero sin ley que la respalde, claro está.

Por tanto, es jurídicamente legítimo, a la luz de la sharia, considerar que Amir Hekhmati es un satanista combatiente, y que por ello, sea condenado a muerte, porque ya sabemos, no se puede servir a Dios y a Satanás, claro está.

Y si me dijeran que estoy muy equivocado, respondería que veremos, veremos y pronto lo sabremos.




[1] La libre expresión y la segura circulación de la información contenida en el presente documento se halla jurídicamente garantizada por la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 (Art. 19), la Constitución Nacional de la República Argentina de 1995 (Art. 14),  la Ley Nacional N° 26.032 de 2005 y el Código Penal de la Nación (Arts. 153 y 155).

[2] Para uno de Los Siete Grandes Sabios de Grecia (Solón) El Cisne Negro es la alegoría de un hecho que es teóricamente posible, pero que que todos creen que es prácticamente improbable, pues si ocurriera sería castastrófico.

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