Año I – Primera Edición – Editorial: 000000047 [1]
El Cisne Negro [2]
El Diario Digital de la Historia y de la Geopolítica
Domingo23 de Octubre de 2.011.
El Santo Crimen de Piedad
Va Jesús a toda velocidad en una Ferrari, con Pedro de copiloto. De pronto, un peatón se cruza y Jesús lo atropella. Asustado, Pedro le dice: "Jesús, vámonos antes de que se den cuenta". Tranquilo Pedro, dice Jesús mientras sale de la testa rosa. Se acerca al accidentado y le ordena con voz estentórea: "Lazaro: levántate y anda". El peatón no se mueve, y entonces Jesús se acerca, lo mira y dice: “Vamos Pedro, que este no debe ser Lázaro”, ja ja já. (ay, qué gracioso que es Vicente).
No. Ahora en serio. El capítulo 11, versículo 39 y subsiguientes de El Evangelio de San Juan refiere: "39. Y dijo Jesús: Quitad la piedra… Marta, la hermana del que se habia muerto, le responde: Señor, ya hiede, pues es el cuarto día. 40. Jesús le dice: ¿No te he dicho que, si creyeres, verás la gloria de Dios? 41. Entonces quitaron la piedra de donde el muerto había sido puesto. Y Jesús, alzando los ojos arriba, dijo: Padre, gracias te doy que me has oído. 42. Que yo sabía que siempre me oyes; mas por causa de la compañía que está alrededor, lo dije, para que crean que tú me has enviado. 43. Y habiendo dicho estas cosas, clamó á gran voz: Lázaro, ven fuera. 44. Y el que había estado muerto, salió, atadas las manos y los pies con vendas; y su rostro estaba envuelto en un sudario. Díceles Jesús: Desatadle, y dejadle ir".
Según se tiene entendido, esa fue la primera resurrección obrada por Nuestro Señor Jesucristo. Luego vino la de La Hija de Hairo, y finalmente la suya propia, después de morir como un perro en la cruz, claro está.
Pregunta: ¿Cuál es el sentido de la resurrección? Respuesta: Es un misterio, en el que creemos los cristianos, porque el cuerpo va a la tumba y el alma al cielo, al infierno, o al purgatorio, según el prontuario del candidato, obvio.
Lo que si sabemos, es que la vida es un don divino, que sólo Dios nos la debe quitar, sea directamente, o a través de su ministro, que es el juez que la impone como pena legalmente establecida para los asesinos, los secuetradores, los violadores y los ladrones, igual que como les ocurrió a los que pendían de la cruz a ambos lados de Nuestro Señor Jesucrito, porque ese es el orden sagrado de las cosas santas (aguante la pena de muerte). [3]
Bajo esa comprensión, no son moralmente válidas ni jurídicamente respaldables la eugenesia intrauterina (el aborto), ni la muerte médicamente inducida (el santo crimen de piedad = la eutanasia).
Estamos demasiado ateos, porque queremos garantizarle a las mujeres que puedan destruir la vida humana que llevan en sus vientres, sólo porque no quieren tener hijos, o pretendemos legislar a favor de los enfermos terminales, para que mueran en forma supuestamente digna; aunque existan los anticonceptivos o el closidol, claro está.
Es un ansia denegerada por matar. Es Satanás que coopta la mente de nuestros legisladores falsamente progresistas y de nuestros jueces pseudo garantistas que, en realidad, no son más que demonios del reino de las tinieblas, pero con toga, claro está.
Inexorablemente, el mundo marcha sin prisa pero sin pausa hacia la tercera guerra mundial (el holocausto nuclear = el armagedón = el apocalipsis) que quizás sea la última, y nosotros vivimos estos últimos tiempos previos a ella, haciendo un culto del llanto y del rechinar de dientes que la precede.
Preparémonos entonces, porque se acercan años aciagos. No nos vayamos nosotros también por el barranco institucional, hacia el abismo espiriual del que no se vuelve. No apoyemos el ateismo satánico de las leyes genocidas. Ven Argentina, levántate y anda, que hoy tienes la oportunidad de profundizar el cambio, o de cambiarlo todo, lo mismo da.
Y si me dijeran que estoy muy equivocado, respondería que veremos, veremos y pronto lo sabremos.
[1] La libre expresión y la segura circulación de la información contenida en el presente documento se halla jurídicamente garantizada por la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 (Art. 19), la Constitución Nacional de la República Argentina de 1994 (Art. 14), la Ley Nacional N° 26.032 de 2005 y el Código Penal de la Nación (Arts. 153 y 155).
[2] Para uno de Los Siete Grandes Sabios de Grecia (Solón) El Cisne Negro es la alegoría de un hecho teóricamente posible, pero que todos creen que es prácticamente improbable, pues si ocurriera sería castastrófico.
[3] Jesús de Nazareh se quejó de muchas cosas, empezando por la hipocrecía de los fariseos, siguiendo por la avaricia de los mercaderes del templo y terminando en la poca fe de sus propios apóstoles, pero aún pendiendo del madero patibular, no se le escuchó ni una sola palabra para cuestionar la moralidad de la pena de muerte, ni la suya ni la de los ladrones que murieron a su lado. ¿Verdad?
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