jueves, 27 de diciembre de 2012

469 Historia (Argentina)


Año II – Primera Edición – Editorial: 00000469 [1]

 

El Cisne Negro [2]
El Diario Digital de la Historia y de la Geopolítica
Miércoles 26 de Diciembre de 2.012.




Cocheros Eran los de Antes II
Por Rubén Vicente 

Desde El Destierro de 1913, una apreciable cantidad de cocheros comunistas españoles se radicó en La Argentina, consiguiendo empleo en el municipio de las grandes ciudades de nuestro país (Buenos Aires, Rosario, Santa Fé, Tucumán, Mendoza, Córdoba, Bahía Blanca, Mar del Plata y La Plata) que, vía los cocheros, comenzaron a experimentar la influencia ideológica de las doctrinas de izquierda (el radicalismo, el anarquismo, el socialismo, el comunismo), identificándose con las posiciones políticas de El Partido Socialista Argentino (PSA), liderado por su secretario general, Dr. Juan Bautista Justo (a) El Médico. 

En 1917, en el marco de La Gran Guerra Mundial, los cocheros comunistas españoles de La Argentina adhirieron espiritualmente a la segunda revolución rusa del mes de marzo (la revolución menchevique = la revolución republicana = la revolución democrática = la revolución impura), como así también, a la tercera revolución rusa de octubre (la revolución bolchevique = la revolución comunista = la revolución pura), comenzando a participar de las primeras reuniones del nuevo Partido Socialista Internacional (PSI), liderado por su secretario general, Agte. NKVD C-3 Dr. Orestes Ghioldi, quien se ha exhiliado en el Brasil, luego de La Semana Trágica de enero de 1918. [3] 

En 1920, la sección argentina de El Partido Socialista Internacional (PSI) cambió su nombre por el nuevo de El Partido Comunista Argentino (PCA), cuyo secretario general era el Agte. Ghioldi, que ordenó a todos sus adherentes y simpatizantes extranjeros que tramiten sus cartas de ciudadanía argentina, que organicen nuevos sindicatos y que se afilien al PCA. Desde 1922, el servicio de inteligencia de La Unión Soviética (NKVD) comienzó reclutar agentes secretos (C-3´s) en los cinco continentes (Oceanía, Asia, Africa, Europa y América), incluyendo a La Argentina, incluyendo los cocheros comunistas españoles de nuestro país, con el objetivo de que trabajen para la revolución mundial.  

Desde 1923, trabajando para el PCA, los cocheros comunistas españoles de nuestro país, la mayoría de ellos, agentes secretos del NKVD soviético, cumplieron la misión revolucionaria de acobachar en sus hogares y de transportar de un lado a otro, pequeñas partidas de armas, municiones y explosivos, de origen y fabricación belga, adquiridos por La Unión Soviética y exportados clandestinamente a La Argentina, para preparar la revolución mundial en nuestra nación.  

Desde entonces, comenzaron a ser lugares de reunión de los espías soviéticos importantes locales comerciales de Buenos Aires como, por ejemplo, Los Treinta y Seis Billares, La Confitería La Giralda y El Teatro Avenida, con eje en La Avenida de Mayo del barrio porteño de Monserrat, como así también, de La Costanera.    

A partir de 1925, La Unión Soviética comenzó a girar fondos al PCA, que organizó una red financiera informal, destinada al otorgamiento de créditos blandos, a favor de los agentes secretos del NKVD en nuestro país, es decir, de los cocheros españoles comunistas, para que aprendan a manejar y para que adquirieran la propiedad de los modernos colectivos porteños, que eran automóviles de seis pasajeros (Los Ford A). 

Pero también, para que conformaran las sociedades de componentes, cuyos vehículos comenzaron a circular por las calles de los cien barrios porteños (100), que integraban las veintiocho circunscripciones electorales metropolitanas (28), cumpliendo misiones generales de reconocimiento, de relevamiento, de ambientales y de entrevistas operativas, para La Delegación Buenos Aires del NKVD, que funcionaba en el lugar de la antigua sede de la embajada rusa, que figuraba legalmente como desocupada (¿?). 

En 1928, Hipólito Yrigoyen estableció relaciones con La Unión Soviética de Stalin y pactó el refinamiento de hidrocarburos sovieticos a través de YPF, que comenzó a exportar naftas a la primera potencia comunista de la historia universal, autorizando paralelamente la organización de las primeras líneas regulares de colectivos, en número de doce (12). 

A partir del golpe de estado de 1930, el servicio de informaciones del ejército argentino comienzó a extorsionar a los espías soviéticos bajo vigilancia discreta, para que colaboren con la dirigencia del nuevo Partido Nacional Socialista Obrero Argentino (PNSOA), liderado por el Cap. EA ® Ing. Emilio Kunkelin, cumpliendo misiones vinculadas con la delación de sus camaradas, fungiendo como una suerte de espías dobles que, desde entonces, trabajaban para El III Reich de Adolf  Hitler, transformándose en espías dobles nazi-comunistas (¿¿¿???), lo cual, visto con ojos actuales, era un contrasentido ideológico en términos, aunque no tanto. [4] 

Ello fue así, hasta la firma de El Pacto Roca Runciman de 1933, cuando el gobierno nacional, a través de la MCBA, concesionó el servicio de transportes públicos de la capital federal a favor de la firma Corporación General de Transportes de la Ciudad de Buenos Aires SA, que era una subsidiaria vernácula de una empresa de capitales británicos. 

En ese contexto, sobrevienó la expropiación de todos los colectivos de las casi cincuenta líneas que tenían a su cargo la prestación del referido servicio, empleándose las indeminizaciones de ley en la compra de autos de alquiler (léase: los taxis) con licencia de circulación en los municipios del Gran Buenos Aires, motivo por el cual, desde entonces, el comunismo se hizo fuerte en estamentos laborales y patronales de los transportes públicos de pasajeros del conurbano. 

¿Y cómo sé yo todo esto? Sencillo, porque estudié exhaustivamente el contexto histórico en el que desenvolvió la vida mi abuelo, que yo estoy más que convencido que él fue el Agte. NKVD C-3 Dn. Santiago Vicente Barrueco (1887-1940), que nadie sabe bien en mi familia menos yo, por qué se suicidó en La Plaza San Martín, ingiriendo una ampolla de cianuro (sic), dejando en herencia una casa en Ciudadela y cuatro taxis con licencia de circulación en el Gran Buenos Aires, después de le expropiaran un colectivo de la Línea 4, que hoy es la Línea 132, claro está. 

Y si me dijeran que estoy muy equivocado, responderia que veremos, veremos y pronto lo sabremos.


[1] La libre expresión y la segura circulación de la información contenida en el presente documento se halla jurídicamente garantizada por la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 (Art. 19), la Constitución Nacional de la República Argentina de 1995 (Art. 14),  la Ley Nacional N° 26.032 de 2005 y el Código Penal de la Nación (Arts. 153 y 155).  
[2] Para uno de Los Siete Grandes Sabios de Grecia (Solón) El Cisne Negro es un hecho teóricamente posible que todos creen que es prácticamente improbable, pues si ocurriera sería castastrófico. 
[3] El primer servicio de inteligencia de estado de Rusia (La Okhrana) fue creado a finales del siglo dieciocho. El segundo que creado en el siglo diecinueve, y fue exclusivamente policial (La Checa). El tercero fue el comunista (La NKVD), creado por Lenin y puesto a cargo de su primer director general (Stalin). En 1954, el NKVD fue desdoblado, en un servicio de inteligencia miliar (El GRU) y en otro servicio de inteligencia civil (El KGB). El GRU conserva su nombre, pero El KGB lo cambió en 1991, por el nuevo de El Servicio Federal de Inteligencia (SFI), que por convenio entre las naciones ex soviéticas, tiene jurisdicción sobre el territorio nacional de todos los estados miembros de La Comunidad de los Estados Independienes (CEI), obviamente, liderada por Rusia.
 
[4] Véase El Cisne Negro (Editorial 351).

miércoles, 26 de diciembre de 2012

468 Historia (Argentina)


Año II – Primera Edición – Editorial: 00000468 [1]

 

El Cisne Negro [2]
El Diario Digital de la Historia y de la Geopolítica
Miércoles 26 de Diciembre de 2.012.





Cocheros Eran los de Antes I
Por Rubén Vicente 

Primero fue la caza, luego la domesticación de animales y depués la ganadería. Pero no fue sino hasta que la ganadería estuvo bien avanzada que comenzó la del caballo, fundamentalmente empleado en usos militares (la caballería), la primera de las cuales fue la romana, que concibió la idea de que los caballos fueran utilizados como bestias de carga en las carretas transportadoras de las provisiones o de los heridos en combate. 

En casi todos los caserios, aldeas, villas, burgos y ciudades romanas el uso de carretas tiradas por caballos para transportar provisiones y heridos se extendió a los esclavos y a los gladiadores, inventándose las cuadrigas. Eso de que los patricios viajaban en carruajes tirados por caballos (los coches) y conducidos por los esclavos (los cocheros) data de la última centuria del imperio romano y se extendió espacial y temporalmente durante la vigencia del imperio bizantino, desde donde pasó al imperio musulmán, luego al sarraceno y finalmente al tártaro. 

Recién en la segunda mitad del siglo diecisiete, el municipio de París organizó una nueva repartición púbica, encargada de prestar el primer servicio de transporte público de pasajeros en carruajes tirados por caballos (los coches) y conducidos por empleados municipales (los cocheros libres). Durante la primera mitad del siglo dieciocho, todas las capitales europeas tenían servicios municipales de cocheros y, durante la primera mitad del siglo diecinueve, tales servicios fueron concesionados a favor de los particulares (léase: las personas y las empresas). 

En España, el primer servicio público de cocheros fue prestado por el municipio de Madrid, a partir de 1815. Servicios del mismo tipo fueron organizándose en las capitales de provincia, incluyendo Salamanca, desde 1830.  

En 1860, ya bajo la impronta ideológica del anarquismo extremo (léase: el socialismo) se organizó una asociación civil sin fines de lucro, estructurada como una mutual, que recibió el nombre de El Montepío de Los Cocheros de Valencia, cuyo sistema de cobertura de contingencias médicas y legales de los afiliados y de sus cónyuges e hijos ya estaba generalizado para 1880 en toda España, incluyendo  la ciudad de Salamanca, donde funcionaba La Unión de Cocheros de Salamanca (UCS). 

Ya bajo la influencia de la ideología del socialismo extremo (léase: el comunismo), en 1910, se conformó una asociación civil sin fines de lucro, que nucleaba a todas las mutuales, a modo de federación nacional, que recibe el nombre de La Unión Española de Cocheros (UEC), con sede en la ciudad de Madrid, estructurada como un auténtico sindicato laboral, que se organizó fundamentalmente con el objetivo no declarado de manifestar públicamente su descontento con el ruido ensordecedor de los automóviles y con la conducta agresiva de los conductores, con los que se enfrentaron cada vez más habitualmente en la vía pública, insólitamente armados con los látigos y con las manibelas, respectivamente, forzando la intervención de la policía nacional, para restaurar la tranquilidad pública alterada por los incidentes callejeros. 

En 1911, La Unión de Cocheros de Salamanca (UCS) declaró su adhesión a la Unión Española de Cocheros (UEC). Desde entonces, todo el staff sindical de la UCS se posicionó a favor de la ideología del socialismo extremo (léase: el socialismo ciéntífico = el socialismo ateo, clasista y combativo = el socialismo internacionalista = el marxismo = el comunismo). En 1912, la Unión de Cocheros de Salamanca (UCS), convocó tres paros de actividades por veinticuatro horas (3), en demanda de la jornada laboral de ocho horas y de mejoras salariales. 

En enero de 1913, la UEC organizó el primer paro general, de alcance nacional, por tiempo indeterminado, con movilización en la vía pública y con finalidades revolucionarias (léase: la huelga), desatando la indignación de los pasajeros habituales, de la policia que protagonizaba actos de represión de la protesta, del gobierno que ordenó razzias domiciliarias y de los jueces, que procesaran y condenaran a prisión y hasta de expulsión del país de los revoltosos, en función de la legislación de residencia vigente en ese entonces (léase: el destierro).  

Y si me dijeran que estoy muy equivocado, respondería que veremos, veremos y pronto lo sabremos.

[1] La libre expresión y la segura circulación de la información contenida en el presente documento se halla jurídicamente garantizada por la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 (Art. 19), la Constitución Nacional de la República Argentina de 1995 (Art. 14),  la Ley Nacional N° 26.032 de 2005 y el Código Penal de la Nación (Arts. 153 y 155).  
[2] Para uno de Los Siete Grandes Sabios de Grecia (Solón) El Cisne Negro es un hecho teóricamente posible que todos creen que es prácticamente improbable, pues si ocurriera sería castastrófico.
 

martes, 25 de diciembre de 2012

467 Geopolítica (Mundial)


Año II – Primera Edición – Editorial: 00000467 [1]

 

El Cisne Negro [2]
El Diario Digital de la Historia y de la Geopolítica
Martes 25 de Diciembre de 2.012.




El Nuevo Frankenstein
Por Rubén Vicente 

En el marco general de La Guerra Fría (1946-1991), y en el especial de La Guerra Irak-Irán (1980-1988), el neokeinesianismo militar de los EEUU pretendió financiar La Iniciativa de Defensa Estratégica (léase: la guerra de las galaxias), con una giga emisión de dólares sin respaldo en metálico (léase: la hiperinflación), por un monto equivalente al PBI de ese entonces, desatando La Crisis del Oro de 1982. [3] 

Sobraban mega toneladas de dólares billete, tanto en los EEUU como en el mundo entero (orbis). Vía compras y contrataciones, el gobierno de Washington inyectaba la mayor parte en las empresas de producción para la defensa, pero el sobrante era invertido en la compra de bonos del tesoro, y la inflación interna era contenida vía el aumento de las tasas de interés. 

Esa estrategia monetaria causaba un efecto magia, porque los grandes inversores institucionales globales y los bancos centrales de los cinco continentes, quisieron creer la mentira de que el billete verde no se debitaría; empezando a cacarear que la demostración de que ello era así, era la fortaleza de la demanda de los bonos americanos, y remataban con el argumento del supuesto bajo nivel de crecimiento del índice de los precios al consumidor de la primera potencia capitalista (léase: la baratura). 

En otras palabras, la contextura intrínsecamente psicótica del neokeynesianismo militar, que hasta entonces había discurrido por el nivel mínimo de la demencia (léase: La QE), se agravó, alcanzando el grado intermedio de el delirio (léase: los derivativos), pero sin que nadie en el mundo lo supiera, estaba por alcanzar, muy rápidamente, el grado máximo y gravísimo de la locura (1983). 

En efecto, inmediatamente después de La Crisis del Oro de 1982, los grandes bancos estadounidenses (léase: los portaviones), dejaron de contratar historiadores y filósofos de mediana edad, como era tradicional desde los tiempos de George Washington, y empezaron a contratar a jóvenes matemáticos, especializados en análisis matemático, y ultra especializados en el análisis matemático de los sistemas cibernéticos. 

Querían que ellos, que eran nóbeles académicos de las universidades más prestigiosas, dejaran los claustros, para sumergirse en la apasionante galaxia del dinero, en la fascinante constelación de las finanzas, en el alucinante sistema solar de la bolsa, y en el planeta críptico los los fondos de inversión de alto riego (the hedge funds) que controlan el mercado mundial de los derivativos. 

No por casualidad, sino más bien, por causalidad, la mayoría eran egresados de la Warton Schooll, de la facultad de ciencias exactas de la Universidad de Pennsylavania, que era el cenáculo de pensamiento (the think tank) de la doctrina de la economía solar, que es la sucesora de la doctrina de la economía sin dinero de Karl Gessell, que provocó la hiperinflación alemana de mil novecientos veintitres. Ups. 

El resultado fue que esos pibes de La Warton diseñaron unos algoritmos, que les permitían a los portaviones intermediar en centenas de miles de operaciones de compra o de venta de derivativos, pero ya no más por día, sino por segundo. 

A esto, los periodistas especializados en el mercado bursatil norteamericano, lo empezaron a llamar con el nombre de las negociaciones de alta frecuencia (the hight frecuency trading =  Las HFT´s). 

El ente gubernamental regulador del mercado bursatil estadounidense (SEC), estaba controlado por ténicos de formación ultra monetarista, que no querían saber absolutamente nada con intervenir para regular, a pesar de que se daban cuenta de que las HFT´s, que se sumaban a el mercado de la nada (léase: los derivativos), eran las dos partes de un Frankenstein, que terminaría por independizar a los empleados de los portaviones de sus directorios, y a éstos de los accionistas. 

Y Frankenstein se levantó de la camilla muy rápido, causando las crisis bursátiles de 1987, de 1993, de 1995 y de 1997. Recién entonces, la SEC tomó cartas en el asunto, pero light, porque se limitó a exigir a los portaviones que explicaran cómo funcionaban las HFT´s y qué hacían con los derivativos. En base a esas explicaciones, que estuvieron a cargo de esos pibes matemáticos, la SEC emitió la primera resolución administrativa reguladora, que no tipifica prácticas delictivas ni establece penas, es decir, que no concibe a Frankenstein como un mounstruo, o en todo caso, lo considera un mounstro amigable. 

Es todo muy largo de explicar y arduo de entender para nosotros que somos los simples mortales, pero el que nos desaznó fue Frank Partnoy, cuando en 2002 publicó su libro titulado con el nombre de Codicia Contagiosa, que tiene un subtítulo que dice lo dice todo: La Plaga Que Amenaza Desde Sus Cimientos Los Mercados Financieros y La Economía Mundial (sic). ¿Está? 

Para hacerla corta, te digo que Las HFT´s y los derivativos (léase: el nuevo frankenstein bursatil global) es el gran reponsable de la quiebra de Lehman Brother´s, de la crisis mundial, y de los defaults de Islandia, de Irlanda, de Grecia, de Italia y de España, que se están haciendo enemas con los derivativos que les inyectaron los portaviones vía las HFT´s. 

Ah, y lo de la Libor es la nueva aparición de Frankenstein, pero no será la última, a menos que el futuro gobierno de los EEUU (léase: Barak Obama), haga algo para matar al mounstro que, evidentemente, ha dejado de ser amigable, obvio. 

Y si me dijeran que estoy muy equivocado, respondería que veremos, veremos y pronto lo sabremos.

[1] La libre expresión y la segura circulación de la información contenida en el presente documento se halla jurídicamente garantizada por la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 (Art. 19), la Constitución Nacional de la República Argentina de 1995 (Art. 14),  la Ley Nacional N° 26.032 de 2005 y el Código Penal de la Nación (Arts. 153 y 155).
 
[2] Para uno de Los Siete Grandes Sabios de Grecia (Solón) El Cisne Negro es un hecho teóricamente posible que todos creen que es prácticamente improbable, pues si ocurriera sería castastrófico.
 
[3] Ese año, en sólo cinco semanas (5), el oro pasó de treinta y cinco dólares la onza (1 OT= U$S 35,00) a ochocientos cincuenta dólares (1 OT = U$S 850,00), implicando una devaluación del billete verde contra el metal amarillo del dos mil cuatrocientos veintiocho por ciento (2.428%). Conste.

lunes, 24 de diciembre de 2012

466 Geopolítica (Mundial)


Año II – Primera Edición – Editorial: 00000466 [1]

 

El Cisne Negro [2]
El Diario Digital de la Historia y de la Geopolítica
Lunes 24 de Diciembre de 2.012.





El Universo Multidemensional
Por Rubén Vicente 

Los gusanos suelen perforar las manzanas abriendo, justamente, los agujeros de gusano. Así fue como los llamó Albert Einstein, cuando intentaba explicar fenómenos muy complejos que ocurren en el universo y que, en su época, sólo podían ser descriptos mediante ecuaciones matemáticas, que eran inentendibles hasta para los propios matemáticos. [3] 

Años más tarde, el Prof. Germann Weyl de la Universiad de Gotinga logró una formulación matemática completa de la teoría de los agujeros de gusano de Einstein, a la que prefirió llamarla con el nombre de La Teoría de Cuerdas.  

Weyl decía que las partículas elementales (los quantos), tienen masa, peso y volumen, y por eso, son materia pero, en realidad, se están materializando y desmaterializando constantemente, de modo tal que, cuando tales partículas se desmaterializan, se convierten en energía pura, que a su vez, se transforma en ondas y en rayos, que son como filamentos muy delgados, que vibran en determinadas frecuencias o longitudes de onda, como las cuerdas de una guitarra, razón por la cual, concluyó que las partículas elementales tienen la forma de filamentos o, si se prefiere, de cuerdas, que vibran en cuatro dimensiones (el largo, el ancho, la profundidad y el tiempo), o mejor, en seis dimensiones (largo, ancho, profundidad, pasado, presente y futuro). 

Durante La Guerra Fría (1946-1991), los profesores Theodore Kaluza y Oskar Klein, también de la Universidad de Gotinga, elaboraron las ecuaciones matemáticas de La Teoría Kaluza-Klein, también conocida como La Teoría de Super Cuerdas. 

La misma implica unificar los conceptos físicos de la gravedad y del magnetismo, traduciéndolos en términos genéricamente matemáticos y específicamente geométricos, planteando la existencia de seis dimensiones supra atómicas (largo, ancho, profundidad, pasado, presente y futuro), más otras cinco que están en el nivel infra atómico (léase: las dimensiones subatómicas).
 
Esas cinco dimensiones subatómicas, que reciben el nombre genérico de las branas, forman parte del reino desconocido de la refracción negativa, es decir, del reino de lo invisible (la invisibilidad). 

Ya en 1993, en base a la teoría de super cuerdas de Kaluza-Klein, el Prof. Gerard Hooft,  de la Universidad de Utrecht, planteó El Principio Holográfico, en cuya virtud, la información de una dimensión extra visible es como una curvatura del espacio-tiempo, con una sola dimensión espacial (la unidimensionalidad). ¡Es chino mandarín arcaico¡ ¿No? 

Bajo esa comprensión (léase: el principio holográfico), el universo está conformado por dieciseis dimensiones o branas (16), que son la de los rayos, las ondas, la luz, el calor, el movimiento, la masa, el peso, el volumen, el largo, el ancho, la profundidad, el pasado, el presente, el futuro, la gravedad y el magnetismo. 

En otras palabras, sin que Marcelo Tinelli ni siquiera lo imagine, todos nosotros (léase: la humanidad), a través de nuestros grandes sacerdotes de la postmodernidad (léase: el matemáticos), estamos marchando rumbo a lo desconocido, que es el conocimiento de el universo multidimensional, que nos hará sobrepasar todas las fronteras, superando largamente las fantasías más increibles de Isaac Asimov.

Y si me dijeran que estoy muy equivocado, respondería que veremos, veremos y pronto lo sabremos.

[1] La libre expresión y la segura circulación de la información contenida en el presente documento se halla jurídicamente garantizada por la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 (Art. 19), la Constitución Nacional de la República Argentina de 1995 (Art. 14),  la Ley Nacional N° 26.032 de 2005 y el Código Penal de la Nación (Arts. 153 y 155).
 
[2] Para uno de Los Siete Grandes Sabios de Grecia (Solón) El Cisne Negro es un hecho teóricamente posible que todos creen que es prácticamente improbable, pues si ocurriera sería castastrófico.
 
[3] Einstein visitó la Argentina en 1925, dando conferencias en la Universidad de Buenos Aires. Durante un reportaje ofrecido al diario La Nación, se quejó públicamente de que los grandes profesores de matemáticas de la UBA no lo entendían cuando intentaba explicarles las ecuaciones de la teoría de la relatividad general vinculadas con los agujeros de gusano.

domingo, 23 de diciembre de 2012

465 Geopolítica (Mundial)


Año I – Primera Edición – Editorial: 00000465 [1]

 

El Cisne Negro [2]
El Diario Digital de la Historia y de la Geopolítica
Domingo 23 de Diciembre de 2.012.




Antes del Big Bang
Por Rubén Vicente 

Albert Einstein elaboró la teoría de la relatividad, que explica absolutamente todos y cada uno de los fenómenos que se suscitan en el cosmos, filosóficamente definido como el todo ordenado (1905).  

Sin embargo, Maxiliam Plank (a) Max, que fue discípulo de Einstein, justamente, desmintió a Einstein, demostrando matemáticamente que existen ciertas zonas del universo donde no se cumplen los postulados de la teoría de la relatividad, y donde el todo ordenado (el cosmos) es exactamente lo contrario, es decir, el todo desordenado (el caos).  

Plank sostenía que la teoría de la relatividad no se cumplía a nivel de las partículas elementales, que forman la materia integrante de los protones, de los neutrones y de los electrones, que forman parte de los átomos, de los que se componen las moléculas, que integran los polímeros, que forman parte de los cristales, que conforman las sustancias, ya sea que las mismas se presenten bajo el estado gaseoso, líquido o sólido. [3]  

Él centró su atención en las distintas clases de partículas elementales conocidas hasta entonces (ej.: los muones, los piones, los fotones, los bosones, los leptones, etc.), agrupándolas bajo la denominación genérica de los quantos, nombre que inspiró La Física de Max Plank, es decir, La Física Quántica (léase: cuántica), sin la cual, hubiera sido matemáticamente imposible concebir el uso civil y militar de la energía nuclear (1931).

Bajo esa compresión, la teoría de la relatividad de Einstein y la teoría cuántica de Max Plank son matemáticamente excluyentes entre si, de modo tal que una invalida a la otra. [4] 

No obstante, desde 1960, un grupo de científicos [5] , liderados por el Prof. sir Roger Penrose, de la facultad de ciencias exactas y naturales de la Universidad de Oxford, comenzaron a trabajar sobre una idea aparentemente irracional, como es la de aplicar las leyes de la física cuántica, que sólo es válida a nivel de las partículas elementales, al campo extra particular de los átomos, de las moléculas, de los polímeros, de los cristales y de las sustancias que componen la materia de nuestro planeta y de todo el universo, es decir, a la física einsteiniana. 

Hasta entonces, el fenómeno de la diferencia que surge entre las fuerzas de la atracción (la gravedad) y las de repulsión (el magnetismo) recibía el nombre tradicional de el electromagnetismo, obviamente derivado de la teoría de la relatividad.  

Sin embargo, cuando se comenzó a aplicar la teoría cuántica, surgió un concepto matemático enteramente nuevo, que recibió el nombre de la electrogravedad, es decir, de la electricidad no surgida de los neutrones, que tienen carga negativa, sino más bien, de los protones, que tienen carga positiva.  

Llevadas las ecuaciones matemáticas correspondientes al campo de la física, dio como resultado el surgimiento de la nueva rama de la protónica. 

En otras palabras, la electrogravedad y la protónica son la base de la levitación, de toda clase de objetos materiales, sean terrestres, marítimos, aeronáuticos y espaciales. Estudia el comportamiento de la energía en el vacío (léase: los agujeros negros). Por eso, la electrogravedad también es conocida como la energía punto cero 

Sobre esa base, se pueden elaborar modelos matemáticos, capaces de describir cómo era el universo antes del big bang. Esto tiene que ver con el fenómeno de la luz a distancias siderales. Si un fotón, situado en el centro de La Vía Láctea, se desmaterializa en unos pocos nanosegundos, entonces, no es posible que llegue a nuestro planeta, y sin embargo, ello es justamente lo que ocurre.  

La protónica sostiene que ello es posible gracias a la electrogravedad (la levitación), que provoca la ultra-asceleración del tiempo. Hipotéticamente, el proceso inverso permitiría a un astronauta llegar al centro de nuestra galaxia en unos pocos nanosegundos. 

En la actualidad, la protónica está siendo aplicada a los campos específicos de el pensamiento a distancia (la telepatía), de la generación de imágenes tridimensionales (la holografía) y de el control mental (la psicotrónica). 

En 1999, los Dres. Grichka Bogdanov (a) El Matemático, y su hermano, el Dr. Igor Bogdanov (a) El Físico, ambos graduados en la Universidad de Borgoña y que, a la vez, son presentadores de programas televisivos de divulgación científica y de ciencia ficción, desataron El Escándalo Bogdanov, al cuestionar las ideas de Max Plank sosteniendo que, antes del big bang, el espacio vacío era un cosmos puramente matemático, integrado por los números cero (la nada) y uno (el todo), es decir, el cosmos binario, integrante de la información geométrica que, al convertirse primero en radiación, luego en energía y finalmente en materia, provocó paralelamente la gran explosión generadora del universo (léase: el big bang). 

En la práctica, la firma Lockheed Martin Corporation NV de Nueva York, matriz del Lockheed Group de los EEUU, empleó la electrogravedad para diseñar y desarrollar sistemas laser de detección de las distorciones que causa el viento en los aeropuertos. 

Los científicos de las grandes potencias estudian la electrogravedad y la protónica, para averiguar qué había antes del big bang, pero también, para experimentar con los fenómenos de la levitación, de la telepatía, de la holografía y del control mental, con el objetivo de viavilizar los viajes espaciales intergalácticos. 

Es auténtica y legítimamente maravilloso todo lo que están haciendo, pero ellos saben más que nadie que, el hecho de ruptura, sería que dos o más gobiernos, censurados por los medios masivos de comunicación social internacionales y por las grandes potencias occidentales, por sus supuestas intenciones de usar o de construir bombas atómicas (ej.: Corea del Norte, Irán y/o Venezuela), podrían poner a trabajar a sus matemáticos, a sus físicos y a sus químicos, es decir, a sus especialistas en ciencias básicas (los científicos), en el estudio de la protónica, de la electrogravedad y de sus fenómenos derivados (la levitación, la telepatía, la holografía o el control mental), para contar con armas desconocidas, planteando una amenaza global. 

Y si, porque nada más barato que agarrar papel y lapiz, y ponerse a garabatear ecuaciones matemáticas, sobre todo, empezando por entender lo que los mortales no entendemos aunque esté todo en Internet, que es la teoría de la relatividad, la teoría cuántica, la electrogravedad, la protónica, la levitación, la telepática, la holografía o psícotrónica, a ver qué les da a ellos, porque acordate que el fuego no lo inventó Stephen Hokins, sino El Hombre de Neanderthal. Right? 

Y si me dijeran que estoy muy equivocado, respondería que veremos, veremos y pronto lo sabremos.


[1] La libre expresión y la segura circulación de la información contenida en el presente documento se halla jurídicamente garantizada por la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 (Art. 19), la Constitución Nacional de la República Argentina de 1995 (Art. 14),  la Ley Nacional N° 26.032 de 2005 y el Código Penal de la Nación (Arts. 153 y 155). 
[2] Para uno de Los Siete Grandes Sabios de Grecia (Solón) El Cisne Negro es un hecho teóricamente posible que todos creen que es prácticamente improbable, pues si ocurriera sería castastrófico. 
[3] Cuando los átomos están separados, la sustancia adopta la forma de un gas (el estado gaseoso de la materia), pero cuando están juntos, la sustancia gaseosa toma la forma de un líquido (el estado líquido de la materia) y, cuando los átomos de un líquido se pegan unos a otros, sin dejar espacios entre sí, formando una unión inextricable, la sustancia líquida adopta la forma de un sólido (el estado sólido de la materia).
 
[4] En esencia, el universo es un descomunal conjunto de rayos y de ondas (la radioactivad), que se transforma en las diferentes manifestaciones de la materia (luz, calor, sonido, fuerza motriz, etc.) que, cuando adquiere masa, peso y volumen, se convierte en materia. Las partículas elementales de Max Plank son porciones de materia inestable, cuya existencia dura unos pocos nanosegundos, para luego desmaterializarse, reconvirtiéndose en energía o en radioactivdad.