El Diario Digital de la Historia y de la Geopolítica
Martes 18 de Diciembre de 2.012.
Pongamos Blanco Sobre Negro
Por Rubén Vicente
Supóngase
que a usted lo nombran juez en lo criminal y correccional provincial. Y
supóngase que después lo nombran miembro de un tribunal oral de sentencia. Y
supóngase que, en el caso, está probado que los imputados administran uno a
varios prostíbulos, frecuentados por policías, empresarios, periodistas,
miembros del poder judicial (provincial y federal), políticos, legisladores y
funcionarios de la gobernación. Y supóngase que varias empleadas que declararon
como testigos afirman haber visto a la víctima en esos lugares non sanctos.
Pregunta:
¿La sola declaración coincidente de más de una testigo, que a usted, en
facultad, le enseñaron que vale sólo
como evidencia circunstancial, pero no como evidencia física indubitale y fehaciente de los
hechos bajo su juzgamiento, amerita declarar el dolo de los acusados
proxenetas, por el concurso real de los crímenes de plagio, de rapto, de daño a
la salud, de reducción a servidumbre, de explotación sexual forzada de la
víctima y de eventual homicidio de la misma?
Si
su respuesta fuera la correcta, es decir, que no amerita, le pregunto: ¿Cómo se sentiría
usted, si la opinión pública lo acusara de formar parte de la mafia que deja
impune los supuestos crímenes, que para usted, no están debidamente comprobados?
Y
le pregunto: ¿Cómo se sentiría usted, si el gobierno nacional compartiera la
opinión pública, y se diera cuenta de que en la capital federal se armó un
bruto batifondo callejero de proporciones, gracias a su fallo?
Y
le vuelvo a prenguntar: ¿Cómo se sentiría usted, si se enterara que Amnistía
Internacional (AI) de Gran Bretaña sale a decir que su fallo es preocupante
(sic), tildándolo implícitamente de corrupto?.
Paremos
la chata muchachos, que de lo que se trata es de vivir en una democracia
constitucional, donde los que juzgan son los jueces, y no la madre de
la supuesta víctima, y no su ong premiada por luchar contra la trata de
personas, que es un delito que, dicho sea de paso, no existía en el código penal argentino al
momento del hecho, así que, técnicamente, no tiene nada que ver en esta cuestión.
Es
fácil romper todo porque el fallo no gustó. Lo dificil es bancarse las reglas
del juego de la justicia de la república de que se prentende formar parte como
ciudadano. Es fácil ensuciar gratuitamente la imagen de los jueces de una
provincia argentina, desde Buenos Aires, o mejor aún, desde Londres. Lo dificil
es hallar la evidencia física que falta, y presentarla en la apelación. ¿Verdad?
Por
eso, yo voy a seguir teniendo paciencia y fe, porque es cierto que la justicia
es lenta, pero la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad, es que
aunque fuera rápida, lo cierto es que la víctima no aparece y no se sabe dónde está, y nada más,
porque todo los demás, sencillamente, no está probado. ¿O si?¿Y entonces …? ¿Qué? ¿Los matamos a
todos porque se me canta el orto y listo?
¡Gordo,
dejate de joder! ¡Vos son un facho de mierda¡
Respuesta
del gordo: Si, si, tenés razón, pero antes de vos sigas siendo tan demócrata,
yo te propongo que empecemos a poner blanco sobre negro. ¿Dale?
Y
si me dijeran que estoy muy equivocado, respondería que veremos, veremos y pronto lo
sabremos.
[1]
La libre expresión y la segura circulación de la información contenida en
el presente documento se halla jurídicamente garantizada por la Declaración
Universal de los Derechos Humanos de 1948 (Art. 19), la Constitución Nacional
de la República Argentina de 1995 (Art. 14),
la Ley Nacional N° 26.032 de 2005 y el Código Penal de la Nación (Arts.
153 y 155).
[2] Para uno de Los Siete Grandes Sabios de
Grecia (Solón) El Cisne Negro es la
alegoría de un hecho que es teóricamente posible, pero que todos creen que es
prácticamente improbable, pues si ocurriera sería catastrófico.
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