El Diario Digital de la Historia y de la Geopolítica
Jueves 13 de Diciembre de 2.012.
Que No Me Digan Que No Se Puede
Por Rubén Vicente
Nació a las tres de la
mañana del miércoles veintinueve de marzo de 1972, bajo el signo solar del
carnero (aries) y lunar de la rata (léase: aries), pero tiene el ascendente en
géminis. ¡Jjmmm…!
Se llama Rosa Ema Luján
Dobrinsky Nuñez (a) La Picho (40). Viene de un padre rubio como el sol, hijo de un inmigrante
polaco del El Chaco, casado con la hija de un inmigrante alemán.
Y el rubio se casó con
una tucumana negra como la noche, porque desciende de calchaquíes. Por eso Ema
es una gran danesa de 1,82, y es blanca como una tiza, pero camina dos pasos
por la calle y se broncea, aunque esté nublado, podés creer?
El padre, la madre, ella
y sus cuatro hermanos se criaron en una casita de material, de un barrio obrero
de calles de tierra, con zanjón y sin luz de mercurio, en el culis mundis
(Villa Posse, Mariano Acosta, Merlo, Buenos Aires, Argentina).
Hizo la escuela pública
y en el secundario fue segunda escolta de la abanderada, y tenía siempre de
nueve para arriba en matemáticas. Después trabajó en una fiambería, y luego
cuidó chicos, pero quería ser alguién y salir al mundo. Por eso hizo cursos cortos,
y pagados con su sueldo (guia de turismo, de auxiliar de a bordo y protocolo y
ceremonial).
Tan mal no le fue,
porque después trabajó como recepcionista en la clínica oftamológica
paquetísima del doctor Charles, y despúes en una residencia de mujeres del Opus
Dei, y despúes, como encargada de las comunicaciones telefónicas del periodismo
con la residencia de Don José Ignacio De Mendiburen. Y siempre, Mariano
Acosta-Buenos Aires-Mariano Acosta, en tren y cole, aunque hubiera sol o
lloviera, o hubiera paro de trasnportes, y así.
En 2002 se le murió la
madre, y en 2010, el padre, los dos de cáncer, y ella fuma, eso si, Benson.
Y desde 2007 es la
cadeta, recepcionista y administrativa de una empresa que financia
emprendimientos inomobiliarios (Vest Value SA), perteneciente a Daniel y a Juan
Cruz, el primero, un lord que hace yoga y el segundo, un pirata, cuyo único
mérito es su hijo suizo (Marat - 4), ja ja já.
Estos dos tipos se
apiadaron, y le alquilaron un ambiente dos pisos abajo de la empresa, que
ocupaba todo el piso veintiseis, en Las Cañitas, con vista a la chancha de
polo, qué top.
Pero se mudaron al
complejo Paneco, de San Isidro, y la pobre Emita se la pasa viajando
Palermo-San Isidro-Palermo, todos los santos días, en el quince, por favor.
Desde febrero de dos mil
once está viviendo conmigo (56), porque ella dice a los cuarenta, que los hombres
que tuvo en su vida nunca fueron estables, ni la hicieron pensar en formar una
pareja, mucho menos en casarse, ni loca.
Y ahora quiere hacer lo
que le quedó en la garganta, que es estudiar una carrera universitaria, porque
dice que para ella, están dadas las condiciones materiales y espirituales que
necesitaba para lanzarse a un proyecto de semejante calibre.
Y ya metió historia
económica, sociología y economía, las tres con siete, y tiene medio cbc de
economía de la UBA.
Es una gran persona y
una gran mujer, en todos los sentidos, pero si yo tuviera que definirla en dos
palabras, sólo me saldría de decirle te amo, y nada más, claro está.
Y por eso digo, que no me digan que no se puede.
Y si me dijeran que
estoy muy equivocado, respondería que veremos, veremos y pronto lo sabremos.
[1]
La libre expresión y la segura circulación de la información contenida en
el presente documento se halla jurídicamente garantizada por la Declaración
Universal de los Derechos Humanos de 1948 (Art. 19), la Constitución Nacional
de la República Argentina de 1995 (Art. 14),
la Ley Nacional N° 26.032 de 2005 y el Código Penal de la Nación (Arts.
153 y 155).
[2] Para uno de Los Siete Grandes Sabios de
Grecia (Solón) El Cisne Negro es la
alegoría de un hecho que es teóricamente posible, pero que todos creen que es
prácticamente improbable, pues si ocurriera sería catastrófico.
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