lunes, 24 de diciembre de 2012

466 Geopolítica (Mundial)


Año II – Primera Edición – Editorial: 00000466 [1]

 

El Cisne Negro [2]
El Diario Digital de la Historia y de la Geopolítica
Lunes 24 de Diciembre de 2.012.





El Universo Multidemensional
Por Rubén Vicente 

Los gusanos suelen perforar las manzanas abriendo, justamente, los agujeros de gusano. Así fue como los llamó Albert Einstein, cuando intentaba explicar fenómenos muy complejos que ocurren en el universo y que, en su época, sólo podían ser descriptos mediante ecuaciones matemáticas, que eran inentendibles hasta para los propios matemáticos. [3] 

Años más tarde, el Prof. Germann Weyl de la Universiad de Gotinga logró una formulación matemática completa de la teoría de los agujeros de gusano de Einstein, a la que prefirió llamarla con el nombre de La Teoría de Cuerdas.  

Weyl decía que las partículas elementales (los quantos), tienen masa, peso y volumen, y por eso, son materia pero, en realidad, se están materializando y desmaterializando constantemente, de modo tal que, cuando tales partículas se desmaterializan, se convierten en energía pura, que a su vez, se transforma en ondas y en rayos, que son como filamentos muy delgados, que vibran en determinadas frecuencias o longitudes de onda, como las cuerdas de una guitarra, razón por la cual, concluyó que las partículas elementales tienen la forma de filamentos o, si se prefiere, de cuerdas, que vibran en cuatro dimensiones (el largo, el ancho, la profundidad y el tiempo), o mejor, en seis dimensiones (largo, ancho, profundidad, pasado, presente y futuro). 

Durante La Guerra Fría (1946-1991), los profesores Theodore Kaluza y Oskar Klein, también de la Universidad de Gotinga, elaboraron las ecuaciones matemáticas de La Teoría Kaluza-Klein, también conocida como La Teoría de Super Cuerdas. 

La misma implica unificar los conceptos físicos de la gravedad y del magnetismo, traduciéndolos en términos genéricamente matemáticos y específicamente geométricos, planteando la existencia de seis dimensiones supra atómicas (largo, ancho, profundidad, pasado, presente y futuro), más otras cinco que están en el nivel infra atómico (léase: las dimensiones subatómicas).
 
Esas cinco dimensiones subatómicas, que reciben el nombre genérico de las branas, forman parte del reino desconocido de la refracción negativa, es decir, del reino de lo invisible (la invisibilidad). 

Ya en 1993, en base a la teoría de super cuerdas de Kaluza-Klein, el Prof. Gerard Hooft,  de la Universidad de Utrecht, planteó El Principio Holográfico, en cuya virtud, la información de una dimensión extra visible es como una curvatura del espacio-tiempo, con una sola dimensión espacial (la unidimensionalidad). ¡Es chino mandarín arcaico¡ ¿No? 

Bajo esa comprensión (léase: el principio holográfico), el universo está conformado por dieciseis dimensiones o branas (16), que son la de los rayos, las ondas, la luz, el calor, el movimiento, la masa, el peso, el volumen, el largo, el ancho, la profundidad, el pasado, el presente, el futuro, la gravedad y el magnetismo. 

En otras palabras, sin que Marcelo Tinelli ni siquiera lo imagine, todos nosotros (léase: la humanidad), a través de nuestros grandes sacerdotes de la postmodernidad (léase: el matemáticos), estamos marchando rumbo a lo desconocido, que es el conocimiento de el universo multidimensional, que nos hará sobrepasar todas las fronteras, superando largamente las fantasías más increibles de Isaac Asimov.

Y si me dijeran que estoy muy equivocado, respondería que veremos, veremos y pronto lo sabremos.

[1] La libre expresión y la segura circulación de la información contenida en el presente documento se halla jurídicamente garantizada por la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 (Art. 19), la Constitución Nacional de la República Argentina de 1995 (Art. 14),  la Ley Nacional N° 26.032 de 2005 y el Código Penal de la Nación (Arts. 153 y 155).
 
[2] Para uno de Los Siete Grandes Sabios de Grecia (Solón) El Cisne Negro es un hecho teóricamente posible que todos creen que es prácticamente improbable, pues si ocurriera sería castastrófico.
 
[3] Einstein visitó la Argentina en 1925, dando conferencias en la Universidad de Buenos Aires. Durante un reportaje ofrecido al diario La Nación, se quejó públicamente de que los grandes profesores de matemáticas de la UBA no lo entendían cuando intentaba explicarles las ecuaciones de la teoría de la relatividad general vinculadas con los agujeros de gusano.

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