viernes, 6 de enero de 2012

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Año I – Primera Edición – Editorial: 00000056 [1]

El Cisne Negro [2]
El Diario Digital de la Historia y de la Geopolítica
Mércoles 2 de Noviembre de 2.012.





Porque El Mosca Lo Cargaba
Por Rubén Vicente

Esta es la portada de la semana pasada de la revista Muy, que en tapa muestra la foto de Sebastían Merlo (a) El Mosca (12), que fue asesinado de una cuchillada por el vecinito de enfrente, Agustín (11), del barrio de Villa Fiorito, dependiente del municipio bonaerense de Florencio Varela.

Las familias de ambos chiquitos viven allí desde hace treinta años, y los padres de la víctima han debido mudarse a otro barrio, para evitar el hostigamiento vecinal (la indignación popular  = la venganza ciega de la masa embestilizada).

La fiscalía general de menores del departamento judicial de Lomas de Zamora, cuya titular es la Dra. Marisa Marco, avanza la investigación en la hipótesis de que “… el agresor habría sido objeto de algún tipo de cargada…” (sic).

El padre de El Mosca, que aparece retratado en la portada junto a la madre, ofreció un reportaje, en el que sostuvo que ambos niños jugaban juntos, andaban juntos y se peleaban como lo hace cualquier chico, agregando que él hizo muchas changas con uno de los tíos de la víctima (sic).

Bien… Veamos. El viejo tiene más de cincuenta y la madre tiene alrededor cuarenta, y está evidentemente desmejorada. Quiere decir que lo tuvo a El Mosca cuando tenía unos veintiocho. Probablemente, ella haya estado en ese entonces (1999) trabajando de obrera fabril, de empleada doméstica, o de lo otro, o las tres cosas, y haya quedado embarazada de no se sabe quién, y el tipo, de entonces unos treinta y ocho, haya aceptado hacerse cargo de la manutención de la criatura por nacer, aportando la casa de sus padres probablemente hoy ya fallecidos, a cambio de tenerla a ella en su casa, haciéndole las tareas domésticas y demás servicios para el caballero, claro está.

En síntesis, una familia hecha a la que me importa, como tantas otras de las clases bajas del sur del Gran Buenos Aires que, pasados los años, deben haber mandado a El Mosca a la escuela primaria pública, donde es evidente que ni sus padres ni sus maestros se hacían problema porque el pibito, siendo un niño todavía, se tiñera el pelo bicolor, como un auténtico guachiturro, al que seguramente, le deben haber regalado una note book y algú celular robado, pero comprado barato, para integrarlo a la sociedad del conocimiento, mientras sus dos padres cobraban la asignación universal por hijo y el plan trabajar.

Seguro que con la familia del victimario (Agustín) debe estar sucediendo otro tanto, y entonces, uno se pregunta si no le está faltando algo a la educación de hoy día, que no consigue erradicar la violencia en las barriadas pobres, a pesar de darles a los padres, a los hijos y a los maestros, absolutamente todas las facilidades materiales para que lleven una vida pobre pero civilizada. ¿O no?

Y pienso que lo que falta es más amor y disciplina, en los padres, en los hijos y en los maestros, pero sobre todo (supra tutto), falta virtud en los gobernantes que, por lo visto, no son estadistas, sino sólo unos malditos caza votos, capaces de arruinar generaciones enteras de argentinos de trabajo, nada más que para encubrarnte y afanar a dos manos, pero las dos cosas, pero sin parar, y nada más, claro está.

Y si me dijeran que estoy muy equivocado, respondería que veremos, veremos y pronto lo sabremos.


[1] La libre expresión y la segura circulación de la información contenida en el presente documento se halla jurídicamente garantizada por la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 (Art. 19), la Constitución Nacional de la República Argentina de 1995 (Art. 14),  la Ley Nacional N° 26.032 de 2005 y el Código Penal de la Nación (Arts. 153 y 155).

[2] Para uno de Los Siete Grandes Sabios de Grecia (Solón) El Cisne Negro es la alegoría de un hecho que es teóricamente posible, pero que todos creen que es prácticamente improbable, pues si ocurriera sería castastrófico.

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