sábado, 21 de enero de 2012

127 Geopolítica (Argentina)

Año I – Primera Edición – Editorial: 00000127 [1]

El Cisne Negro [2]
El Diario Digital de la Historia y de la Geopolítica
Domingo 15 de Enero de 2.012.




Tras Un Manto de Neblinas
Por Rubén Vicente

Desde 1833, la Argentina le reclama a Gran Bretaña que reconozca la soberanía de nuestra nación sobre Las Malvinas, estallando por ese conflicto La Guerra del Atlántico Sur de 1982, que no ha hecho más que tornar irreconciliables las diferencias, fundamentalmente, por Londres se niega tércamente a negociar, como lo mandan las resoluciones de la ONU, de la cual, ambos países son estados miembros, Bjoa los principios de no ingerencia y de igualdad soberana, claro está.
Debe tenerse presente que, según el derecho británico, las islas del Atlántico Sur (Orcadas, Shetland, Sandwich y Georgias) son consideradas como dependencias administrativas de la colonia británica de las Falkland´s (Malvinas), y que la misma es una parte integrante del Imperio Británico (The British Empire), cuyo ente gubernamental colonial es legalmente autárcico, autárquico y autónomo, pero no emancipado, ni mucho menos, independiente. [3]
Pero el veinte de diciembre del año pasado (el solticio de invierno boreal = la festividad del sol invicto = Mitra = David = Jesús), Brasil, Uruguay, Chile y la Argentina, suscribieron La Declaración de Montevideo, en cuya virtud, las cuatro naciones acordaron adoptar: "… todas las medidas susceptibles de ser reglamentadas para impedir el ingreso a sus puertos de buques que enarbolen la bandera ilegal de las islas Malvinas" (sic).

Anteayer, el ministro de relaciones exteriores de Gran Bretaña, Dr. William Hague, se presentó ante el parlamento de su magestad, para informar que la cancillería británica (the foreing office) ha tratado el tema con los países suscriptores de La Declaración de Montevideo, a quienes le ha solicitado que no sean cómplices de la Argentina (sic), agregando que ellos le han señalado que no piensan sumarse al bloqueo económico contra Las Falkland´s (sic).

Por su parte, el canciller argentino, Agte. M C-3 Dr. Jorge Timmerman, declaró ante los medios masivos de comunicación social de la Argentina, que la medida no constituye un bloqueo económico, sino más bien, una declaración a favor de la soberanía nacional, que protege los derechos vernáculos sobre los recursos naturales del archipiélago, como así también, que los cancilleres del Brasil, Dr. Antonio Patriota; de Chile, Dr. Alfredo Moreno y de Uruguay, Dr. Luis Almagro; le comunicaron personalmente que sus gobiernos no han modificado su posición al respecto. [4]

Traducido al castellano, Brasil, Chile y Uruguay van a ver si reglamentan la restricción a que se refiere La Declaración de Montevideo (y llamate contento Buenos Aires). Por ahora, lo único cierto es que el tráfico marítimo entre Londres y Port Stanley, se verifica a través de buques de bandera inglesa, y no británica, lo cual implica que, para Londres, las Falkland´s (Las Malvinas) son, antes que nada, una colonia inglesa, y repito, no británica, claro está.

En otras palabras, esto es una cuestión entre Inglaterra y los cuatro países firmantes de La Declaración de Montevideo, por un territorio ilegítimamente británico, que el reino de Inglaterra, considera que es una colonia exclusivamente inglesa, y no británica, es decir, no galesa, no escocesa, no irlandesa, no neozelandesa, no autraliana, no sudafricana, no canadiense, and so on.

Dicho de otro modo, ahí podemos observar una vulnerabilidad británica que nuestra cancillería sionista podría aprovechar en nuestro beneficio, y es que los demás reinos del reino unido (Gales, Escocia e Irlanda), como así también, Nueva Zelanda, Australia, Sudáfrica y el Canadá, sencillamente, no tienen arte ni parte en la que Inglaterra considera su colonia exclusiva del Atlántico Sur. Y digo esto, sabiendo que Escocia pretende la independencia respecto de Gran Bretaña en dos mil catorce y que lo propio busca Australia desde hace más de veinte años. No sé si me explico Jorgito por dónde podrías meter vasa, sea directamente, o vía Israel, lo mismo da, con tal de avanzar en un designio que favorcería a la Argentina, claro está. Total…

Expresado en otros términos, no sé qué pueda significar eso en las concepciones estratégicas de The Foreing Office o de El Palacio San Martin, siendo un asunto que parece estar envuelto tras un manto de neblinas.

Sin embargo, a mi me hacen ruido dos cosas. La primera es que cuando la Argentina se negó a tratar de seguir infructuosamente sus gestiones tendientes a lograr que Gran Bretaña se aviniera a negociar la soberanía nacional sobre Las Malvinas, hasta que El Reino Unido no diera muestras inequívocas de cumplir las resoluciones de la ONU, en ese mismo momento, bancos británicos se hacían cargo de la tarea de colocar los bonos argentinos en el mundo, en el marco del último mega canje (2009). ¿Cómo?

Y segundo que, ahora (2012), mientras Argentina parece estar teniendo una victoria microscópica ante Gran Bretaña respecto de La Cuestión Malvinas resulta que, paralelamente, un fondo de inversiones británico (Templeton), vía su lacayo neoyorkino (Mark Mobius), sale a comprar acciones de empresas argentinas a precio regalado, causando una fiesta en La City Porteña. ¡Mirá vos qué casualidad más casualidosa¡ ¿No?

Entonces, la conclusión capciosa es que se hacen los duros en la diplomacia, pero se bajan la bombacha con la plata de ellos, que compra las empresas de nosotros. En mi barrio a eso se le llama prostitución, y si eso es negociar como se debe, yo me llamo Tutankamón. ¡Huy, me salió un versito!

Y si me dijeran que estoy muy equivocado, respondería que veremos, veremos y pronto lo sabremos.




[1] La libre expresión y la segura circulación de la información contenida en el presente documento se halla jurídicamente garantizada por la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 (Art. 19), la Constitución Nacional de la República Argentina de 1995 (Art. 14),  la Ley Nacional N° 26.032 de 2005 y el Código Penal de la Nación (Arts. 153 y 155).

[2] Para uno de Los Siete Grandes Sabios de Grecia (Solón) El Cisne Negro es la alegoría de un hecho que es teóricamente posible, pero que que todos creen que es prácticamente improbable, pues si ocurriera sería castastrófico.

[3] Autarcía significa propios fondos (léase: el propio poder fiscal). Autarquía implica propia administración interna (léase: el propio poder policial). Autonomía significa la atribución de darse su propio estatuto, regulador de las facultades fiscales y policiales (léase: la propia legislatura). En cambio, la emancipación, que presupone la autonomía, implica además la atribución de darse su propia constitución política y de organizar a través de ella, el propio poder judicial, independiente de toda otra autoridad judicial (léase: la soberanía). Finalmente, independencia significa la atribución de darse sus propios símbolos patrios (la bandera, el escudo, la escarapela, el himno y la moneda) y  de contar con sus propios sistemas consulares y diplomáticos, como así también y, sobre todo (supra tutto), de dotarse de sus propias fuerzas armadas (ejército, marina y fuerza aérea). Bajo esa comprensión, la colonia británica de las Falkland´s (Malvinas) es completamente soberana, y goza de una emancipación parcial, pues tiene sus propios símbolos patrios, incluída la moneda (la libra malvinense, que cotiza contra la libra esterlina británica y, a su través, contra todas las demás monedas del mundo), pero no es, ni de lejos, un estado independiente del Imperio Británico, claro está. Sin embargo, arrogarse la atribución de exigir que los buques de bandera británica enarbolen el pabellón de las islas durante su navegación desde Londres a Port Stanley (Puerto Argentino), es un acto de independencia que, hasta ahora, sólo es abiertamente reconocido por la metrópolis británica, y tácitamente, por una gran cantidad de países del mundo entero (orbis), entre los que figuran los estados miembros fundadores del Mercosur (Brasil, Uruguay, Paraguay y Argentina). Conste.

[4] Jacobo Timernann reconoció públicamente que era un agente secreto del Mossad, no extrañándome entonces, para nada, que su hijo también pueda serlo y que, a su través, los intereses sempiternos del socialismo nacional yavista (el nacional socialismo hebreo = el nazismo judío = el sionismo), que es el alma de El Estado de Israel, tenga una cuota de poder en el gabinete ejecutivo del gobierno de la Argentina, obviamente, en el marco de El Plan Andinia, es decir, de la intención sionista original de instaurar el estado judío (der judenstadt) en la araucanía chilena y en la patagonia argentina, y que tal vez contenga una versión dos punto cero, incluyente de los sectores antárticos británico, chileno y argentino, como así también, las islas del Atlántico Sur, incluyendo Las Malvinas, claro está. Bajo esa comprensión, es obvio que el sionismo aprovecha la posición de su agente secreto en el gabinete argentino (Timermann), para hostigar a los conversadores británicos, bajo el lema francmasón de que todo debe cambiar, pero para que nada cambie en realidad, esto es, que Las Malvinas pasen a ser argentinas, en la esperanza de que sean más controlables por el sionismo argentino pro israelí (léase: la futura vigécimo quinta provincia autónoma de la Argentina). Por lo menos, así lo veo yo. Conste.

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