viernes, 9 de marzo de 2012

184 Geopolítica (Brasil)

Año I – Primera Edición – Editorial: 00000184 [1]

El Cisne Negro [2]
El Diario Digital de la Historia y de la Geopolítica
Viernes 9 de Marzo de 2.012.


   









Un Gigante con los Pies de Barro
Por Rubén Vicente

 Hay dos grandes técnicas de comercialización. La primera es vender caro pero bueno y la segunda es vender malo pero barato. Históricamente los europeos han desarrollado la primera y los asiáticos la segunda. Sin embargo, en los últimos treinta años, coreanos y japoneses han dado saltos hacia la calidad, a través de su propia tecnología. Paralelamente, tanto asíaticos como europeos fueron fortaleciendo el valor de sus monedas frente al dólar cuya referencia es el oro.

Tener mucho oro o tener muchos dólares era sinónimo de tener mucho capital para financiar el desarrollo autónomo de la propia tecnología, en la que se basa la propia industria, de cada vez mayor calidad, que va dejando de venderse barato a medida que aumenta la demanda y es derrotada la competencia, básicamente, a través de dos estratagemas, que reciben los nombres de el acceso fácil y de la asistencia post venta.
Pero ahora que el dólar no para de devaluarse ante el oro, tener mucho capital en verdes ya no es sinónimo de posibilidad de financiamiento del desarrollo autónomo de la propia tecnología y, por eso, la solución de los que están en esa situación, es empezar a vender más barato lo que no ha perdido calidad, es decir, la liquidación por remate mercantil que le dicen.
Es lo que vemos a diario en los comercios del barrio porteño de El Once. Aparecen artículos nuevos, de origen y procedencia extranjera, de mayor calidad, a más bajo precio, de más fácil acceso y con servicio de asistencia post venta, y los comerciantes minoristas se ven obligados a desagotar los stocks existentes ofreciendo precios de liquidación, como si se tratara de empresas en quiebra.
Eso mismo es lo que le ocurre a los paises de América Latina, que para mejorar la competividad de sus materias primas de exportación tradicionales, teniendo sus reservas monetarias en dólares y careciendo de la propia tecnología, sólo pueden devaluar sus monedas para no quedarse afuera del mercado mundial.
Lógicamente, ello implica una reducción proporcional del PBI y, en la misma medida, un aumento de las expectativas de impresión de billetes locales respaldados en una moneda de reserva cada vez más débil (la inflación), impactando del mismo modo sobre los precios, los salarios, las tarifas y los tributos internos (la carestía).
Entonces, el círculo vicioso de la pobreza está garantizado para los paises de América Latina, siempre obligados a devaluar sus monedas contra el dólar; siempre forzados a vender más barato lo que en otras partes cuesta más obtener; siempre debiendo trabajar más para ganar siempre lo mismo y, en el largo plazo, terminar ganando menos en términos reales y quedando cada vez más pobres, haciendo que trabajar sea un castigo, o algo por el estilo.
Eso es justamente lo que le ocurre al Brasil, que tiene constituída su reserva monetaria nacional en dólares estadounidenses y cuya tecnología es cincuenta y cinco por ciento extranjera (55%), siendo su industria económicamente ineficiente, socialmente conflictiva y ecológicamente contaminante; haciendo que el país que supuestamente es el más importante de América Latina y que, también supuestamente ha superado, nada más ni nada menos que a Gran Bretaña, en realidad no sea más que Un Gigante con los Pies de Barro, como claramente queda evidenciado por estos días.
Y si me dijeran que estoy muy equivocado, respondería que veremos, veremos y pronto lo sabremos.













[1] La libre expresión y la segura circulación de la información contenida en el presente documento se halla jurídicamente garantizada por la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 (Art. 19), la Constitución Nacional de la República Argentina de 1995 (Art. 14),  la Ley Nacional N° 26.032 de 2005 y el Código Penal de la Nación (Arts. 153 y 155).

[2] Para uno de Los Siete Grandes Sabios de Grecia (Solón) El Cisne Negro es la alegoría de un hecho que es teóricamente posible, pero que todos creen que es prácticamente improbable, pues si ocurriera sería catastrófico.

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