lunes, 5 de marzo de 2012

178 Historia (Argentina)

Año I – Primera Edición – Editorial: 00000178 [1]

El Cisne Negro [2]
El Diario Digital de la Historia y de la Geopolítica
Domingo 4 de Marzo de 2.012.







Las Dulces Cajetas de la Revolución [3]
Por Rubén Vicente

Mariquita Sánchez de Thompson (1784-1868) nació en San Isidro, en el seno de una familia de prosperísmos comerciantes godos. Hizo la primaria con las clarisas y estudió música en la adolecencia en su casa, con un profesor particular que se enamoró de ella y la pidió en matrimonio, pero ella no le dio ni la hora, o por lo menos, eso es lo que dicen, porque era hermosa y, además, escorpiana. Ups.  

Ya siendo joven, estaba prometida en matrimonio a un acaudalado comerciante godo cincuentó, Dn. Diego del Arco, armó un bruto escándalo y, luego de hacr penitencia en un convento, contrajo matrimonio con su primo segundo, del que estaba perdidamente enamorada, a saber, el Tte. Frag. RKM Lic. Dn. Martín Jacobo Thompson, con quien tuvo cinco hijos, pero sin dejar de tocar el piano en la tertulias semanales organizadas por el marido, a las que asistían tipos como Cornelio Saavedra, Vicente López y Planes, Blas Parera, Bernardino Rivadavia, Juan Ramón Balcarce, José Francisco de San Martín, Carlos María de Alvear y así, es decir, gente como uno. ¿Viste? 

Las buenas lenguas dicen que Mariquita convirtió las tertulias en un salón literario revolucionario de todas las noches, donde se estrenó El Himno Nacional Argentino, pero las malas, sostienen que ahí las mujeres fumaban puros cubanos y que bebían escocés entrado de contrabando, además de que, cada tanto, en ese antro de la parte sana de la sociedad porteña, las distinguidas damas les confesaban a los no menos disinguidos caballeros que sus maridos no cumplían católicamente el débito conyugal, dejando sembrada la pérfida semilla de la infidelidad marital, cada vez más extendida luego de las invasiones inglesas, mucho más, después de la revolución de mayo, claro está. 

Y un día, Martín Thompson fue nombrado primer embajador en Washington, pero se fue sólo y nunca más volvió (¿?), mientras Mariquita empezó a consolarse con el director de la oficina de asuntos franceses en Buenos Aires, Dr. Washington Mendeville (a) El Mujeriego, que luego  de enviudar, se casó con ella en segundas nupcias y juntos tuvieron un varón que dicen que era de él, pero nada, porque al franchute después lo nombraron consul en Asunción, y también se fue sólo y la largó en banda (¿?). ¡Ajá! 

Pero Mariquita hizo lo que tenía que hacer (mmm…), logrando que Rivadavia la nombrara primera presidente de la comisión directiva de La Sociedad de Beneficencia de Buenos Aires, que tenía a su cargo la asistencia social de los niños y de las mujeres indigentes, en asociación cooperadora con la policía bonaerense, varios de cuyos comisarios fueron invitados a las tertulias sanisidrenses del salón de Mariquita, entre ellos, el primer director de El Protomedicato Policial, Crio. PPBA Dr. Dn. Carlos Durán, que dicen que era muy buen mozo. No sé si me explico.

Hasta que vino Rosas, que sospechaba que ese salón literario era un reducto de conspiradores unitarios, y entonces Mariquita levantó campamento y se exhilió al otro lado del charco, reabriendo el salón en Montevideo, que empezó a ser frecuentado por el embajador francés, Dr. Alexandre Walewski (a) El Conde Polaco, que se convirtió en su nuevo amante y en el padre de su hija bastarda (Isabel), de la que figuró como madrina de bautismo. ¿Cómo? [4] 

Después de La Batalla de Caseros, el salón literario de Mariquita Sánchez de Thompson volvió a abrir sus puertas en una residencia porteña de La Calle Florida y fue nombrada nuevamente presidente de la comisión directiva de La Sociedad de Beneficencia de Buenos Aires, seduciendo a su nuevo amante, es decir, al Dr. Juan Bautista Alberdi (a) El Padre de la Constitución Nacional. ¡Ah bueno! 

Y se murió en la chacra familiar de San Isidro a los ochenta y cuatro años de edad, siendo inhumada en El Cementerio de la Recoleta, pero después de haberse comido a Thompson, a Mendeville, a Saavedra, a López y Planes, a Parera, a Balcarce, a San Martín, a Alvear, a Rivadavia, a Durán, a Walewski, a Alberdi (12) y vaya a saber uno a quién o za quiénes más, porque se ve que sus lemas escorpianos eran que la revolución es la revolución y que la guerra es la guerra, y nada más, claro está. Siendo así, reite de Susana Gimenez, ja ja já. 

Pero peor fue Ana Perichón (a) La Perichona (1775-1847), que era geminiana (¡ajá!), que era hija de su alteza, el duque de Vandeuil y, a la vez, jefe naval francés de la colonia gala de Las Islas Mauricio, pero que se casó con un médico irlándes, naturalizado francés, que era un oficial del cuerpo galo (la marine de guerre) de la armada sacro imperial (das reich krieg marine), como era el Tte. Frag. RKM Lic. Thomas Valarde O´Gorman. [5] 

Bien no se sabe por qué, pero lo cierto es que ambos se vivieron a vivir a Buenos Aires en 1797, siendo sus primeros grandes pacientes su magestad, el monarca del reino indiano del Río de la Plata, Tte. Cnel. Gral. RW ® Dr. Dn. Juan José de Vertiz y Salcedo (léase: El Virrey Vertiz), como así también, los Dres. Juan de Sarratea y Ventura Macó del Pont. ¡Qué tull! 

Y claro, los tres vieron a la chiquita, de veinticuatro añitos, tan linda y tan sociable que, directamente, se enloquecieron y arreglaron las cosas para que Sarratea y Marcó del Pont convencieran a O´Gorman de formar una sociedad anónima con base en Londres, dedicada a la compra de insumos médicos y quirúrgicos destinados al equipamiento de un futuro primer hospital modelo en Buenos Aires, que nunca fue. 

Y si, el que quedó solito en Londres fue O´Gorman, que empezó a matar el aburrimiento en los lupanares del lado oeste del Támesis, justamente, con the western girls, mientras en Buenos Aires, Sarratea y Marcó del Pont convencieron a la pequeña Ana de lo lindo que sería organizar tertulias semanales en su residencia, dándoles ocasión de comerse a Anita, pero sin dejar afuera al invitado más especial (léase: El Virrey Vertiz), que andaba diciendo por lo bajo que la pichona es una divinura de la ostia, joder. 

Desde entonces, la alta sociedad porteña empezó a darse cuenta de que el Dr. O´Gorman se había convertido en el clásico y popular cornudo riplatense, mientras su mujer comenzó a ser despectivamente apodada como La Perichona.  

Así es la vida, pero ahí no terminó todo porque, durante Las Invasiones Inglesas (1806-1807), O´Gorman regresó a Buenos Aires y le juró lealtad al gobierno de su graciosa magestad británica, mientras tipos como Beresford, Pophan, Whitelock y Pack fueron invitados de honor en Las Tertulias de la Perichona, pero con todos los servicios de la casa incluídos (all inclused), off course. ¡Wonderfull¡ 

Pero nada, porque cuando vencimos a Gran Bretaña, su excelencia, el prior de La Hermandad de los Hijos de Irán, que era la rama rioplatense de la francmasonería universal colorada y, a la vez, monarca del reino indiano del Río de la Plata, Agte. M C-3 Alte. RKM ® Dn. Santiago de Liniers y Bremond (léase: El Virrey Liniers), también empezó a frecuentar Las Tertulias de la Perichona, llevado por su amigo, es decir, por su excelencia, el maestre de La Hermandad de la Santa Cruz, que era la rama británica-rioplatense de la masonería mundial azul, Agte. HMSS C-3 Cap. Nav. RKM ® Dr. Dn. James Florence Burke (a) El Paraguero. [6]  

Sin embargo, luego de macheteársela hasta el hartazgo, El Virrey Liniers le pidió al Dr. O´Gorman que se llevara a La Perichona con la música a otra parte, y el matrimonio de la infiel y el cornudo se radicó en Santiago de Chile, donde la chiquita empezó a hacer de las suyas, con tipos de apellido ilustre, como O´Higgins, Carreras y Larraín; mientras O´Gorman, harto de ser el hazmereir de Sudamérica, directamente, se suicidó, y listo.  

Fue entonces cuando pequeña ya treintona le escribió a Burke, que movió cielo y tierra, pero logró que el gobierno de La Primera Junta la autorizara a regresar y a reabrir Las Tertulias de la Perichona que, obvio, comenzaron a ser frecuentadas por tipos como Nicolás Rodriguez Peña, Juan José Castelli, Juan José Paso, Marino Moreno y Juan Martín de Pueyrredón, hasta que Saavedra puso y grito en el cielo y Ana se tuvo que ir a Río de Janeiro, donde Burke se la presentó al jefe de la escuadra británica en el Atlántico Sur, es decir, a Lord Strandford, haciéndola poner verde de la envidia a la monarca en el exhilio del imperio portugués (Carlota Joaquina de Borbón), porque La Pichona también llegó a ser la amante del rey (Juan VI Braganza), y también al hijo (Pedro I). ¡Que tull!  

Veinte años más tarde (1832), cuando ya era una mujer madura de cincuenta y siete años de edad, su segundo hijo supuestamente legítimo, Dr. Adolfo O´Gorman Perichon, contrajo enlace católico apostólico romano en Buenos Aires con missia Joaquina Jimenez Pinto, cuyo padre, es decir, el Cnel ECA Dn. Manuel Guillermo Pinto, logró que Rosas la autorice a oficiar de madrina del novio. De ese matrimonio nacerían seis hijos, la más famosa de los cuales sería Camila O´Gorman Jimenez (a) De Tal Palo Tal Astilla, ja ja já. [7] 

Desde entonces, La Perichona se guardó en su chacra cercana a la villa de San Andrés, en el actual partido bonaerense de San Martín, viviendo con su hijo (Adolfo), su mujer (Joaquina) y sus seis hijos, incluída Camila, que debe haberse fascinado con las historias de la abuela, claro está. Y ahí empezó a visitarla el que sería su último médico personal y amante, es decir, el Dr. Antonio Argerich, hasta que murió a los setenta y dos años, siendo inhumada en El Cementerio de la Recoleta (1847). 

Entonces, La Perichon estuvo en la cama con O´Gorman, Vertiz, Sarratea, Marcó del Pont, Beresford, Pophan, Witelock, Pack, Liniers, Burke, O´Heggins, Carrera, Larraín, Rodriguez Peña, Castelli, Paso, Moreno, Lord Strandford, Juan VI y Argerich (20), pero qué hombres. Siendo así, reite de Moria Casán, ja ja já. 

Por eso yo digo que, al lado de esas dos grandes trolas de la revolución, Susana y Moria vienen a ser como dos carmelitas descalzas, o algo por el estilo, y nada más, claro está. 

Y si me dijeran que estoy muy equivocado, respondería que veremos, veremos y pronto lo sabremos.



[1] La libre expresión y la segura circulación de la información contenida en el presente documento se halla jurídicamente garantizada por la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 (Art. 19), la Constitución Nacional de la República Argentina de 1995 (Art. 14),  la Ley Nacional N° 26.032 de 2005 y el Código Penal de la Nación (Arts. 153 y 155).

[2] Para uno de Los Siete Grandes Sabios de Grecia (Solón) El Cisne Negro es la alegoría de un hecho que es teóricamente posible, pero que todos creen que es prácticamente improbable, pues si ocurriera sería catastrófico.

[3] En el mes de junio del año dos mil ocho, tuvo lugar en la ciudad argentina de Mendoza, el Primer Seminario Agroindustrial. En ese contexto, el Arq. Patricio Boyle relató que, en mil seiscientos veinte, el cabildo mendozino dejó constancia en su libro de gastos anuales de la importación de una partida de frascos de vidrio, destinados al envasado del dulce de leche. En ese entonces (1620), las actuales provincias de San Juan, San Luis, Mendoza y Córdoba, formaban parte de El Principado del Tucumán, pero desde el junto de vista jurisdiccional, integraban el área de competencia judicial de La Real Audiencia de Santiago de La Nueva Extramadura, es decir, de Santiago de Chile; donde el Arq. Boyle aclara que, ya en ese entonces, el dulce de leche era designado bajo el nombre de El Manjar aunque, cuando el mismo era elaborado a base de leche de cabra, era conocido con el nombre de El Dulce de Cajeta. Conste.

[4] El Dr. Walewski era hijo extramatrimonial de La Condesa Walewska, es decir, de La Amante de Napoleón.

[5] El Sacro Imperio Romano de la Nación Alemana (La Gran Alemania = Das Reich = El Imperio de los Mil Años = La Europa Cristiana = La Primera Proto Unión Europea) tuvo vigencia entre los años 800 y 1815. En ese contexto, desde el punto de vista jurídico, los ejercitos europeos eran concebidos como cuerpos nacionales del ejército sacro imperial (das reich wehrmatch), de la misma forma que las armadas nacionales eran tenidas como cuerpos de la marina de guerra sacro imperial (das reich krieg marine). Conste.

[6] M es la sigla de Mariana, que era el servicio de inteligencia nacional de Francia en La Era Napoleónica. HMSS es la sigla de Her Magestic Secret Servis, que era el antececesor del Special Operations Executive (SOE), que fue el antecesor del Military Intelligence Six (MI-6). La Hermandad de los Hijos de Hirán, se convetiría luego en La Hermandad de Lautaro, después convertida de La Hermandad del Gran Oriente Federal Argentino (GOFA) de Juan Manuel de Rosas. Y La Hermandad de la Santa Cruz, se convertiría luego en el núcleo de La Hermandad del Infierno (léase: La Logia Infernal) de Julián de Agüero; luego transformada en La Hermandad de la Libertad de Carlos María de Alvear, finalmente convertida en La Gran Logia de los Masones Argentinos (GLUMA) de Roque Perez.

[7] El Cnel. Pinto sería ascendido el grado de general de brigada (léase: brigadier general) y desempeñaría el cargo de gobernador del Estado de Buenos Aires (1852-1853). Camila se enamoró del cura de la parroquia de San Andrés, Pe. Ladislao Gutierrez (a) El Tucumano, fugándose a Corrientes en diciembre de 1847, siendo ambos fusilados por orden de Rosas.

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