sábado, 21 de abril de 2012

227 Geopolítica (Sudáfrica)


Año I – Primera Edición – Editorial: 00000227 [1]



El Cisne Negro [2]
El Diario Digital de la Historia y de la Geopolítica
Sábado 21 de Abril de 2.012.





¿Ya No Se Puede Creer en Nadie? 
Por Rubén Vicente

Seguir la información puede ser una decepción diaria. Desde los pronósticos meteorólogicos de la NASA que publica The Weather Channel, que fallan casi sistemáticamente desde hace unos seis meses, hasta el monto de las reservas en oro del gobierno de los EEUU, que cambian según las propias fuentes oficiales del gran país del norte. 

Todo es un gran triángulo de las bermudas, donde la información entra de una forma y sale de otra, sin explicación ninguna, y ni que hablar de los datos que manejan los organismos internacionales, porque es mucho peor, claro está. 

Y ahora resulta que se cae uno de los últimos baluartes de la confiabilidad planetaria, que es banco central de Sudáfrica, que llegó a un acuerdo secreto con la cámara empresarial del comercio del oro, para no divulgar la dectección de una partida de seis krugger rands (6) que tienen un menor gramaje que el que corresponde de acuerdo con los reglamentos de producción aprobados por ley desde hace más de cien años. 

Los seis krugger rands truchos fueron subrepticiamente retirados del mercado mundial en agosto de 2011. Habían sido acuñados en abril del año pasado, integrando un lote de mil quinientas monedas (1500), que están siendo buscadas, para examinarlas y comprobar si también son truchas o no, aunque se cree que si. 

Las piezas jurídicamente falsas salieron de las prensas de la casa de la moneda sudafricana, que es una sociedad de economía mixta, que gira en el mercado bajo la razón social de South Africa Mint Company PLC, con domicilio legal en la capital sudafricana (Pretoria). 

En el sumario administrativo interno de la empresa están involucrados dos altos ejecutivos, que ocupan cargos en el directorio, en representación de los accionistas privados, que son otras empresas, sudafricanas y extranjeras que operan en Sudáfrica en los sectores de la minería de los diamantes y de los metales preciosos (oro, plata, platino, paladio, rodio, etc.). ¿De Beer PLC? [3] 

Uno ya sabe que Sudáfrica es un país serio, cuya legislación no es sólo clara sino que, además, se respeta a rajatablas, sobre todo en materia monetaria, porque los sudafricanos saben tanto como el que más, que su moneda confiable es la base de sus sólidas finanzas y de su próspera economía, claro está. 

Y uno también entiende que son sólo seis krugger rands truchos o, en peor de los casos, mil quinientos, pero uno se queda pensando cómo pudo haber sido posible que el gobierno de Pretoria pueda tener un quilombete de este porte. 

Y si, porque está claro que acá están todos metidos en la joda, empezando por los obreros de la empresa acuñadora, siguiendo por sus ingenieros responsables del control de calidad, continuando por los dos ejecutivos sumariados, prosiguiendo por los otros directivos y los síndicos, que se ve que que tienen una mirada laxa de lo que pasa en esa empresa del estado. 

Pero además, está la artera conducta del banco central sudafricano, de pretender tapar el moco mediante el expediente de tratar de persuadir a la cámara empresarial de los comerciantes del oro de que no digan nada al respecto durante más de un año, y la complidad de la misma en el ocultamiento de la verdad que afecta la credibilidad de la nación sudafricana en su conjunto. 

Santo Tomás de Aquino les preguntaba a sus alumnos de filosofía qué diferencia existe entre un estado y la hermandad de los piratas, y cuando ellos se quedaban mudos y preguntándose cuál podía ser, él les susurraba en alta voz dos palabras: la bandera (sic). 

Y si, porque para el doctor angélico tenía claro que muchos estados están gobernados por hombres honestos, pero también, que en muchos otros estados prestigiados por su confiabilidad tradicional, se cuelan las mafias en las estructuras del poder gubernamental, usufructuando el símbolo patrio en beneficio de esa banda de piratas. 

Y por eso yo me pregunto decepcionado: ¿Ya no se puede confiar en nadie? 

Y si me dijeran que estoy muy equivocado, respondería que veremos, veremos y pronto lo sabremos.


[1] La libre expresión y la segura circulación de la información contenida en el presente documento se halla jurídicamente garantizada por la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 (Art. 19), la Constitución Nacional de la República Argentina de 1995 (Art. 14),  la Ley Nacional N° 26.032 de 2005 y el Código Penal de la Nación (Arts. 153 y 155).

[2] Para uno de Los Siete Grandes Sabios de Grecia (Solón) El Cisne Negro es la alegoría de un hecho que es teóricamente posible, pero que todos creen que es prácticamente improbable, pues si ocurriera sería catastrófico.

[3] La firma De Beer PLC, dedicada a la minería de los diamantes y de los metales preciosos, es la más importante de Sudáfrica, y pertence al hermano católico apostólico romano de la fallecida princesa de Gales, lady Diana Spencer (a) Lady Di, que quería casarse con el musulmán Dody Al Fayez, siendo ambos los sobrinos nietos del ex primer ministro británico sir Winston Spencer Churchill,  claro está. Si así fuera, yo no descarto la posibilidad de que todo sea una operación de la CIA y/o del MI-6, para desestabilizar a Sudáfrica, que junto con China, Rusia, India y Brasil, integra el Grupo BRICAS, que acaba de censurar la excesiva expansión monetaria de la UE y de los EEUU, proponiendo reemplazar el patrón dólar por otro más confiable (léase: el patrón oro). Conste.

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