El Diario Digital de la Historia y de la Geopolítica
Domingo 15 de Abril de 2.012.
¿Qué Es Ser Estadounidense?
Por Rubén VicenteEn el siglo dieciseis, el país natural de los Apalaches Orientales (léase: El Pie del Monte = El Pedemonte = Le Piedmont) estaba habitado por individuos (varones, mujeres, niños y ancianos) integrantes de familias, componentes de clanes, que formaban la horda sedentaria (léase: la tribu = el pueblo = la nación) de los siuxs.
Exactamente en 1607, comienzó el proceso de conquista, de colonización, de evangelización y de institucionalización, es decir, de la redención de Le Piedmond (El Pedemonte) por parte de Inglaterra que, en ese entonces, comprendía los reinos de Anglia y de Gales.
Entre 1634 y 1636, los colonos ingleses de New Hamshire, de Connecticut, de Rhode Island y de Massachussets, se unieron para conformar una unión intercolonial (léase: la anfictionía), que recibió el nombre de La Nueva Inglaterra (The New England), de la que no formaron parte las colonias de más al sur (Nueva York, Virginia, Maryland y Carolina).
En ese contexto, La Nueva Inglaterra protagonizó La Guerra Contra los Siux, que fueron diezmados por las amas de fuego de origen y procedencia inglesa (léase: el genocidio indio).
Desde entonces, representantes oficiosos de los gobiernos de La Nueva Inglaterra comenzaron a gestionar ante la corona inglesa el otorgamiento de la autonomía colonial e intercolonial, concediéndoseles ese estatuto jurídico y comenzando a regularse las relaciones con la metrópolis a través de un nueva repartición pública, directamente dependiente de su majestad, que recibió el nombre de El Consejo del Comercio y de las Plantaciones (The Board of Commers and Plantations), planteando una relación directa entre el monarca y los colonos, y dejando afuera al parlamento de su majestad y al gobierno de su majestad, pero no a su majestad, off course.
El Board comerciaba directamente la colocación de las cosechas neo inglesas con La Real Compañía Inglesa de Navegación, Comercio y Colonización (The English Company), sin que dicho comercio fuera regulado, ni por el parlamento de su majestad ni por el gobierno de su majestad, de los que si dependían los gobiernos de las colonias del sur.
Bajo esa comprensión, sólo eran considerados colonos de La Nueva Inglaterra los descendientes de ingleses, y no los descendientes de galeses, de escoceses o de irlandeses, ni tampoco los indios, que eran tenidos como extranjeros en su propia tierra, o los eclavos de raza negra, que no eran considerados jurídicamente como personas, sino más bien, como bienes muebles semovientes (léase: los animales).
Ese elitismo neo inglés quedó plasmado en 1754, cuando las que ya eran las trece colonias (New Hampshire, Connecticut, Rodhe Island, Massachussets, Dellawere, Pennsylvania, New Jersey, New York, Virginia, Maryland, Carolina del Norte, Carolina del Sur y Georgia), se unieron para conformar una federación intercolonial (léase: la anfictionía) regida por un documento de rango constitucional, publicado bajo el título de Los Artículos de la Confederación y de la Unión Perpétua, que fue la primera carta magna neo inglesa, según la cual, la capital federal de La Nueva Inglaterra quedó establecida en la ciudad neoyorkina de Albany. [3]
Desde entonces, el nombre de La Nueva Inglaterra se aplicó a toda la federación intercolonial del país natural de Le Piedmont (El Pedemonte), que dejó de llamarse de esa manera, afrancesada por decirlo de algún modo.
Sólo veintidos años más tarde, las trece colonias federadas declararon por separado pero en un mismo acto (léase: El Congreso de Albany) sus respectivas existencias materiales, sus constituciones formales, sus soberanías internas y sus independencias externas, no ya respecto de Inglaterra, sino más bien de Gran Bretaña. [4]
Desde entonces, quedó instaurada la unión de los treces estados neo ingleses de la costa este de América del Norte, con el nombre oficial de Los Estados Unidos de América (The United States of America = The US = Los EEUU), con capital en la ciudad de Nueva York, bajo el liderazgo de su presidente provisional, es decir, de su alteza, el duque de Richmond y conde de Chesapeake, Cap. Gral. BRA ® Dr. sir George Washington (a) El Gendarme Virginiano. [5]
Fue entonces cuando estalló La Guerra de la Independencia de los EEUU (1776-1783), en la cual, la naciente nación norteamericana estableció una alianza estratégica (defensiva y ofensiva) con El Gran Imperio Francés (Le Grand France), gobernado por su magestad, el Gn. Mcl. RW ® Dr. Luis XVI Borbón (a) Le Roi (a) El Canciller Sacro Imperial; transformando ese enfrentamiento bélico atlántico en otro, protagonizado por los gobiernos de París y de Londres, es decir, por la primera y la segunda potencias mundiales de aquel entonces.
En ese momento, Gran Bretaña ya era dueña de La India y del Canadá, y no tenía aún dominio sobre Nueva Zelanda, Australia y Sudáfrica, y por eso, la pérdida de las trece colonias neo inglesas de América del Norte, es decir, de los EEUU, representaba para el gobierno de Londres un auténtico desastre, comparable a que, a cualquiera de nosotros, nos cortaran los dos brazos. Ups.
En Gran Bretaña, toda la dirigencia económica, militar y política estaba enloquecida con eso de la guerra de indepedencia norteamericana, y tan era así, que hasta presionaron al parlamento para que declarara incapaz de gobernar a su majestad, el monarca de El Imperio Británico (The British Empire), Gn. Mcl. BRA ® Dr. sir George Battemberg Mounbaten (a) Lord Windsor (a) Jorge III (a) The King (a) El Loco, nada más que porque a él se le ocurrió la peregrina idea de decir que los colonos tenían el derecho de ser los artífices de su propio destino (sic), en vez de ordenar una represión ejemplarizadora de los rebeldes insurrectos.
Desde la firma del Tratado de París de 1783, por el que puso fin a la guerra civil entre los insulares europeos y los continentales norteamericanos de ambos lados del Atlántico Norte, y en virtud del cual se reconoció la indepencia norteamericana, los gobiernos de Londres y de Washington pactaron que los EEUU podrían ocupar militarmente el país natural de Los Apalaches Occidentales, extendido hasta la rivera oriental de los ríos Tennesse y Mississippi, que hasta entonces pertenecía a Gran Bretaña, pero estaba desocupado y sólo poblado por los indios, es decir, por nadie.
Por eso, a principios del siglo decinueve (1800), los EEUU ya eran la nación más extensa de toda América (léase: el hemisfério occidental) y, al final de la centuria decimonónica (1900), ya eran un estado casi subcontinental, extendido desde el Atlántico hasta el Pacífico que, además, incluía la península de Alaska.
Ningua guerra o avatar hemisférico alteró el esquema político de predominio absoluto de la elite neo inglesa sobre todas las demás que forman parte del pueblo estadounidense. Pero bajo la presidencia francmasónica-republicana (léase: esotéricamente colorada) del Dr. Theodore Roosevelt (a) Teddy (1901-1909), se impuso la doctrina de el nuevo nacionalismo norteamericano, es decir, el norteamericanismo (the new north american nationalism).
Dicha doctrina planteaba que era preciso redefinir la nacionalidad estadounidense, para que la misma no abarcara solamente a los ciudadanos de origen exclusivamente inglés, sino también, a los descendites de todos los pueblos del norte de Europa (léase: los altos, delgados, blancos, rosados, rubios y de ojos azules = los nórdicos = los arios = los cogote colorado), pero siempre y cuando profesaran cualquiera de las religiones protestantes, fueran de vertiente luterana o calvinista, lo mismo daba, y que evidenciaran inequívocamente que eran partidarios de la doctrina económica de el capitalismo.
En otras palabras, la doctrina del norteamericanismo dice que ser norteamericano equivale a pertenecer a un grupo de personas cuya patria es América del Norte; cuya raza es la aria; cuyo idioma es el inglés y cuya religión es la protestante. Right?
Desde entonces, los descendientes de los franceses de los estados de El Medio Oeste (The Middle West), que se extiende desde la línea de los ríos Tennesee y Mississipi hasta el pie de las laderas orientales de La Cordillera de las Rocallosas, comenzaron a ser considerados como miembros de la nación norteamericana, pues la casi totalidad de ellos profesaba el calvinismo y evidenciaban un conducta ajustada con la doctrina económica del capitalismo.
Paralelamente, la doctrina no consagrada por el pueblo mediante el proceso electoral, fue la propuesta por la dirigencia opositora masónica-demócrata (léase: la elite azul), conocida con el nombre de la nueva libertad americana (the new american freedom).
En virtud de esa doctrina masónica y demócrata que, repito, no fue polítcamente consagrada mediante el proceso electoral, la nación estadounidense debía considerar como miembros integrantes de la misma, a todos los descendientes de europeos, aunque fueran católicos y socialistas, como así también, a los afroamericanos, a los asiáticos y a los hispanos (léase: los latinoamericanos) que contaran con la ciudadanía estadounidense, o sus descendientes, nacidos y criados en el territorio nacional de los EEUU, siempre que ambos padres fueran ciudadanos estadounidenses, confundiendo los conceptos de nacionalidad y de ciudadanía, que no es lo mismo, claro está.
Y si, porque una cosa es ser miembro de la nación norteamericana y otra muy diferente es ser simplemente ciudadano de los EEUU. Bajo esa comprensión, sólo los arios, protestantes y capitalistas son auténticos y legítimos integrantes de la nación norteamericana, mientras que los demás ciudadanos, que no son norteamericanos, son sin embargo miembros de el pueblo de los EEUU que, repito, no es lo mismo, claro está.
Por eso, Barak Obama podrá ser el presidente de los EEUU, el jefe del estado y/o el jefe del gobierno, pero no es el presidente de la nación norteamericana, porque él no representa el ser nacional nortemeriano, y nada más, claro está. Digo, sería como si el presidente de la república democrática de El Congo fuera blanco. ¿Se entiende la idea?
Ya sabemos perfectamente cómo es y cómo funciona el sacrosanto sistema de la democracia constitucional estadounidense, y cómo se eligen los presidentes que, al fin y al cabo, digan lo que digan, son puestos a dedo por los superdelegados republicanos y demócratas, haciéndole perder las elecciones a quien ellos crean que debe perder las elecciones, y nada más, claro está.
Y si porque, por ejemplo, en 2008, es decir, en el año en que estalló La Crisis Mundial (the subprime crisis = el efecto jazz = la gran recesión = la segunda gran depresión), los superdelegados republicanos y demócratas eligieron candidatos a la presidencia de los EEUU con inocultable perfil perdedor (the loosers), dejando que la ciudadanía con derecho a emitir válidamente su voto, eligiera libremente ja ja já, a cuál de los dos perdedores aguantaría durante cuatro años como nuevo inquilino de la casa blanca.
Pero además, como si ello no fuera suficiente, ambas elites se pusieron de acuerdo, a espaldas del pueblo estadounidese, para que John Mc Cain empezara a decir una idiotez tras otra, para hacerle perder el apoyo del electorado republicano, mientras a Barak Obama lo reconocían como una suerte de El Nuevo Roosevelt, que sacaría a los EEUU de la crisis, o El Nuevo Kennedy, que lucharía por la paz mundial, retirando las tropas de Afganistán y de Irak, haciendo que, hasta los medios de comunicación social más rabiosamente norteamericanistas (ej.: The New York Times; Fox New, etc.), dijeran que Obama, aunque fuera negro, era el hombre indicado para La Casa Blanca (léase: ecce homo = he is the man).
Dicho de otro modo, un negro en la casa blanca, para que nadie diga que la primera potencia planetaria es racista, pero también, para que el negro se inmole a lo bonzo, tratando de resolver lo que no tiene solución, y así que a los malditos negros (the fucking niggers) no se les ocurra jamás intentar volver a donde nunca debieran haber entrado. ¿Me explico?
Por eso digo que Roosvelt y Obama no son lo mismo, ni mucho menos, claro está. No, digo, porque Obama anda diciendo que él y Roosvelt son lo mismo, cuando todos saben que no es así. ¿Verdad?
Y si me dijeran que estoy muy equivocado, respondería que veremos, veremos y pronto lo sabremos.
[1] La libre expresión y la segura circulación de la información contenida en el presente documento se halla jurídicamente garantizada por la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 (Art. 19), la Constitución Nacional de la República Argentina de 1995 (Art. 14), la Ley Nacional N° 26.032 de 2005 y el Código Penal de la Nación (Arts. 153 y 155).
[2] Para uno de Los Siete Grandes Sabios de Grecia (Solón) El Cisne Negro es la alegoría de un hecho que es teóricamente posible, pero que todos creen que es prácticamente improbable, pues si ocurriera sería catastrófico.
[3] Una confederación es una unión relativa de estados, en la que cada uno se reserva el derecho de separarse (la sececión). En cambio, una federación es una unión absoluta, que no permite al estado miembro ejercer el derecho de sesesión. Por eso, técnicamente hablando, una confederación, en la cual los estados miembros, se comprometen a mantener una unión perpétua, en la práctica, forman parte de una federación, de estados o de colonias, lo mismo da. Conste.
[4] En 1701, los reinos de Anglia, Gales, Escocia e Irlanda, se uniero para conformar la unión de los reinos (léase: el reino unido) de Gran Bretaña e Irlanda, que se posicionó como la metrópolisz de El Imperio Británco (The British Empire), que en ese entonces, era la segunda potencia mundial, mientras que la primera era El Gran Imperio Francés (Le Grand France), que era el estado lider de El Sacro Imperio Romano de la Nación Alemana (La Gran Alemania = Das Reich = El Imperio de los Mil Años = 800-1815 = La Europa Cristiana = La Primera Proto Unión Europea).
[5] BRA es la sigla del ejército británico (the british royal army).
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