lunes, 9 de abril de 2012

214 Historia (Alemania)


Año I – Primera Edición – Editorial: 00000214 [1]



El Cisne Negro [2]
El Diario Digital de la Historia y de la Geopolítica
Lunes 9 de Abril de 2.012.





Algo Verdaderamente Grande VI 
Por Rubén Vicente

Para cuando el ejército soviético destrozó la cruz svástica del frontispicio del reichstag, Hitler y la plana mayor nazi ya estaban en el territorio danés, y los lobos grises de la reich krieg marine emprendieron el largo viaje transatlántico que concluyó en La Caleta de los Loros, bajándose todos y prosiguiendo, vía San Martín de los Andes y Bariloche, hasta La Finca Inalco de La Estancia San Ramón del departamento neuquino de Correntoso. [3] 

Alemania se rindió, pero todos los grandes nazis (Goering, Himmler, Goebels, Ribbentrop, Speer, Bormann, Cannaris, Doenitz, etc.), junto a sus mujeres y a sus hijos, ya habían sido suplantados por dobles casi perfectos, convirtiéndose en Los Fantasmas de la Patagonia.  

En ese ignoto culis mundis, Adolf Hitler recibió el siete de julio de 1945 al Cnel. Juan Domingo Perón, declarando la puesta en marcha de El Proyecto IV Reich, con la colaboración de la Argentina, que sería el estado lider de El Proyecto América Alemana. [4] 

La previsión, el sigilo, la precisión y la lealtad como sistema, le permitieron a Hitler vivir cerca de Bariloche (1945-1952) y cerca de El Calafate (1952-1972), fungiendo como un comerciante suizo, llamado Hans Deutsche, cuya mujer (Eva Braun) viajaba frecuentemente a Buenos Aires, tomando el té con elegantes damas belgas de la calle Posadas. [5]

Cuando los grandes nazis decidieron abandonar Sudamérica, ya estaba concluida la gran transformación justicialista, y la Argentina no renunciaría ya a su destino de grandeza, no obstante todos los avatares que pudieran sobrevenirle, por la sencilla razón de que El Pocho también había aprendido de Hitler que las dificultades han sido hechas nada más que para superarlas, claro está. 

Los mismos irrenunciables objetivos nazis de independencia económica, de justicia social, de soberanía política, de integración latinoamericana y de la tercera posición, equidistante del comunismo soviético y del capitalismo estadounidense de la guerra fría, ya eran argentinos para siempre. [6] 

Y entonces, ya podía Hitler meter la cabeza en la boca del león, para derovarle las entrañas desde adentro, aceptando la oferta del socialismo nacional yavista (el nacional socialismo hebreo = el nazismo israelí = el sionismo), gestionada por Eichmann, que tampoco murió, de encubrir con La Masacre de Munich, su reinstalación ultra-secreta en un gigantezco bunker subterráneo, construído justo debajo de un kibutz situado en El Desierto del Sinaí, que casi diez años más tarde (1979), le fuera restituído al Egipto partidario del socialismo nacional árabe (el nacional socialismo musulmán = el nazismo del cercano oriente = el nasserismo). 

Y durante esas tres décadas, las naciones europeas volvían a convertirse en grandes potencias, incorporadas a la Comunidad Económica Europea (CEE), liderada por Gran Bretaña, pero sólo hasta que Odessa culminó su tarea silenciosa, generando las condiciones para La Reunificación Alemana (1989), para La Derrota Comunista (1991) y la victoria nazi sin cuento de El Tratado de Maastritch de 1993, firmado justo el mismo día en que, a sus gloriosos ciento cuatro años de edad (104), el fuhrer expiró con una sonrisa en los labios en su nuevo bunker subterráneo, situado en algún lugar de las afueras de su villa austríaca natal de Braunau Am Inn, testando a favor del Agte. O C-3 Mcl. SS Dr. Helmouth Kohln (a) El Gordo, que fue ascendido al grado máximo paramilitar de gran mariscal. 

Hoy el hombre que ayudó al fuhrer a vivir cómodo y seguro en el Sinaí (1972-1992), tiene un derrame cerebral irreversible y ya no puede confesar su ofensa a Jehová, pero él fue él gran artífice de Kadima, que es el principio del fin de Israel, cuando los grandes ejércitos luciferinos se congreguen en Meggido para aniquilar al paráclito, que todo lo reducirá a la nada desde Babel, mientras pasa a la historia ignominiosamente el ángel negro de la casa blanca. No sé si me explico. 

En otras palabras, como diría el amigo Walter Graziano, que después de decirlo lo borraron y nunca más lo dejaron decir esta boca es mía: Hitler Ganó La Guerra, es decir, la UE es El IV Reich, liderado por Alemania, claro está. Y yo digo que Nuestro Señor Jesucristo volverá a servirse de Abbadón, para vencer en el combate final (el armagedón), y nada más. 

Expresado en otros términos, Adolf Hitler salvó su alma y cumplió su misión providencial, haciendo algo verdaderamente grande, por Dios, por la iglesia católica y por la patria gran alemana, y no se le puede negar. Siendo así, correponde que, en su homenaje, gritemos amordazados sig heil, que es exactamente lo mismo que gritar a voz en cuello viva Perón carajo, porque es lo mismo. ¿Verdad?

Y si me dijeran que estoy muy equivocado, respondería que veremos, veremos y pronto lo sabremos.





[1] La libre expresión y la segura circulación de la información contenida en el presente documento se halla jurídicamente garantizada por la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 (Art. 19), la Constitución Nacional de la República Argentina de 1995 (Art. 14),  la Ley Nacional N° 26.032 de 2005 y el Código Penal de la Nación (Arts. 153 y 155).

[2] Para uno de Los Siete Grandes Sabios de Grecia (Solón) El Cisne Negro es la alegoría de un hecho que es teóricamente posible, pero que todos creen que es prácticamente improbable, pues si ocurriera sería catastrófico.

[3] Durante mi viaje de egresados (1975), nos llevaron a La Finca Inalco. Nos dijeron que era una chacra ecológica. Absolutamente nadie nos dijo que perteneció al embajador argentino en Berlín, Dr. Enrique García Merou (1857-1922), ni que luego perteneciera al empresario germano-argentino Eduardo Lahusen (1922-1956), ni que posteriormente fuera adquirida por Los Hermano Trozzo (1956-1979), propietarios del Banco de Intercambio Regional (BIR), que quebró estrepitosamente en 1980. Consecuentente, es obvio que nos negaron la información de que La Finca Inalco siempre tuvo que ver con los intereses alemanes en la Argentina.

[4] El kaiser Guillermo II (1889-1918) fue el numen de El Proyecto América Alemana. Bajo la impronta de su política mundial (das weltpolitik), el kaiser quería sumar las colonias germanas en Asia y Africa, otras nuevas en América, lógicamente, a expensas de Gran Bretaña y de los EEUU, comenzando por desconocer los derechos soberanos de Chile y de la Argentina sobre La Araucanía y sobre La Patagonia; reuniéndolas para convertirlas en un gran reino alemán sudamericano llamado Teutonia, con capital en la aldea chubutense occidental de Trevelín.

[5] Una noche, asistí a una fiesta de casamiento re top en La Rural de Palermo. Me tocó sentarme con la amiga belga de una amiga mía que me llevó con ella. Resulta que vino de chiquita a vivir con su familia a una provincia de La Mesopotamia, donde hoy tienen estancia. Me juró por Dios, por La Virgen María y por todos los santos del cielo, que su madre recibía no menos de tres veces al año en su piso de La Recoleta a la mujer de Hilter (sic), que ella misma recuerda como una mujer de unos cuarenta años de edad, muy elegante, que hablaba francés a la perfección, prometiéndome buscar las fotos que se sacaron las tres para mostrármelas en alguna oportunidad en que ella, mi amiga y yo nos volvieramos a ver, para jugar al bridge en El Barrio Norte. Pasó el tiempo y cuando le expliqué que estaba reuniendo datos relativos a Hitler para ver si escribía algo (2002), sin que yo le dijera esta boca es mía, me aclaró: “Entonces olvidate de que te muestre las fotos de Eva Braun tomando el té en mi casa. No quiero ningún problema con nadie” (sic). Me consta que, de historia, no sabe ni medio, y encima, vive en las boberas de la alta burguesía vernácula. Por eso me extraña que, en ese momento tenso, se haya acordado de que la mujer de Hitler se llamaba Eva Braun.

[6] Obviamente, no todas las vertientes del socialismo nacional son exactamente iguales. Hay algunas que son más de derecha o de izquierda, o son más o menos confesionales o racistas, o son más o menos totalitarias. Por eso yo digo que el justiscialismo es un nazismo fanático, racista y reaccionario (léase: totalitario), pero light, porque a los negros del interior no lo sometió a genocidio, sino que, gracias al temparamento de Perón, fueron integrados a los sindicatos (no al partido) y se los dejó expresarse públicamente en la Plaza de Mayo, pero sólo dos veces por año (primero de mayo y diecisiete de octubre), y el resto del año, de casa al trabajo y del trabajo a casa, y nada más, claro está. Mi viejo me hacía reir mucho con su humor negro nazi-peronista, cuando decía: “No, no, hijo. Fijate bien. Los negros a los sindicatos y los blancos al partido. Ellos en la plaza y nosotros en el balcón, ja ja já (sic).

1 comentario:

  1. interezante relato Ruben. pero para mi hablas mucho y mostras poco , yo creo en gran parte lo que decis pero de Argentina no salio.
    y los de los justicialistas es verdad.
    el bunjer estubo en el lago hasta el 70 despues volo.. es decir que lo cuidaron bien-
    hy datos de que termino sus dias en la falda (cordoba).
    me intereza el tema .. y mucho es propio ..

    si tenes interez en ayuda avisame.
    quisk29@hotmail.com

    PD: igual todos tus datos info los voy a cotejar.


    gracias.

    ResponderEliminar