jueves, 5 de abril de 2012

210 Historia (Alemania)

Año I – Primera Edición – Editorial: 00000210 [1]



El Cisne Negro [2]
El Diario Digital de la Historia y de la Geopolítica
Jueves  4 Abril de 2.012.




Algo Verdaderamente Grande II 
Por Rubén Vicente

Hitler no lo podía creer. Tenía plata, carisma, cada vez más seguidores, un partido político, una milicia y una causa convocante, que para él, era hacer algo verdaderamente grande por Dios, por la iglesia católica y por la patria gran alemana. 

Pero la dura realidad era que los nazis sacaron el 0,8% en el referendum del cinco de mayo de 1920, donde el pueblo bávaro dijo que el presidente Eisner tenía vía libre para concretar la revolución impura (léase: la revolución democrática = el gramscismo = el eurocomunismo). 

Por eso, se juró no volver jamás a participar de ningún acto electoral, empezando a practicar el abstencionismo revolucionario. Parelamente, mandó a hacerles uniformes y a comprarle revólveres a los efectivos de las SA, empezándoles a pagar un sueldo semanal y convirtiéndolos en paramilitares profesionales. 

Desde entonces, todos comenzaron a lucir en sus antebrazos izquierdos los brazaletes de color rojo, con la estampa de un círculo blanco, en el cual luce una cruz svástica dextrógira de color negra, que es el símbolo de la resurrección del occidente en decadencia luego de la gran guerra mundial.  

Coetáneamente, puso plata para formar el capital de una nueva sociedad comercial, que comenzó a girar bajo la razón social de Odessa AG, con domicilio legal en la ciudad bávara de Neurenberg, posicionándose él como principal accionista, presidente del directorio y gerente general (The Chieff Excecutive Officer = CEO), pero nombrando como apoderado al Dr. Alois Hanisch (h). [3] 

Desde entonces, la empresa comenzó a ofrecer servicios de seguridad privada a las empresas bávaras, con vigiladores propios, pero cada vez que los trabajadores tomaban las fábricas, iban los muchachos de las SA y los molían a palos, regresando todos al trabajo, pero bien calladitos la boquita.
Para 1921, los vigiladores de  Odessa y los patoteros rompe huelgas de las SA ya sumaban un ejército privado de más de mil efectivos, que prácticaban con regularidad gimnasia, natación, futbol, artes marciales y tiro, en la chacra de Goebbels, mientras Rohm les enseñaba táctica de combate.
El presidente Eisner se enteró y le ordenó al ministro del interior (Eichhorn) que pusiera bajo vigilancia discreta al partido nazi, a la firma Odessa AG y a los miembros uniformados o no de las SA, porque estaba visto que las tres organizaciones eran las ramas de un todo único, que era evidentemente subversivo del orden comunista que se pretendía instaurar democráticamente, pero además, que dicha organización única tenía una actuación clandestina, bajo la modalidad de el terrorismo urbano, claro está. Obviamente, las operaciones anti nazis ordenadas por Eichhorn fueron diseñadas para fracasar.
Paralelamante, por intermedio de Rossenberg, Hitler fue convocado al despacho de su excelencia, el señor director general del Instituto Tecnológico de Munich (ITM), Agte. III-D C-3 Cnel. Gral. RW ® Dr. Karl Haushofer y, a su través, por su excelencia, el señor ministro de defensa bávaro, Cnel. Gral. BW Dr. Erich Ludendorff.
Ambos le explicaron al fuhrer la intención del gobierno de la república social de Alemania, liderado por su presidente masón-social demócrata, Dr. Friedrich Ebert, pero por intermedio de su primer ministro masón-social demócrata, Dr. Wilhelm Cuno, de organizar la desestabilización del gobierno comunista y pro soviético de Baviera, para luego operar un golpe de estado cívico-militar que posibilitara la intervención de las fuerzas armadas alemanas y la reanexión de Baviera a Alemania, para luego liberar a Alemania de la tutela de Gran Bretaña, aliándola con Austria, con Turquía y con China, para reeditar el bando geopolítico de los imperios centrales, vencidos en la gran guerra mundial.
Como Hitler aceptó sumarse a la conspiración, sabiendo que si algo saliera mal, él sería el que cargaría con toda la responsabilidad política, Haushofer y Ludendorff lo invitaron a la gran tenida semestral de La Hermandad de Thule, que es la rama alemana de la francmasonería universal colorada, que brega por el éxito de El Plan Divino de Salvación, liderada por su gran mestre, es decir, por su magestad en el exhilio, Mcl. RW ® Dr. Wilhelm Hohezollern (a) Guillermo II (a) El Kaiser. [4]
Desde entonces, La Hermandad del Gran Oriente Alemán (Odessa), se posicionó como la rama nazi bávara de La Hermandad de Thule y, si esta es la rama alemana de la francmasonería universal, entonces para Hitler eso quería decir que, al conspirar contra el gobierno comunista bávaro, él estaba haciendo algo verdaderamente grande por Dios, por la iglesia católica y por la patria gran alemana, claro está.
La verdad, es que a Baviera no le faltaban enemigos internos, pero también, grandes idiotas útiles, que cantaban loas al nuevo sistema de la economía sin dinero del ministro de finanzas (Karl Gessell), que mandó imprimir trillones de marcos bávaros sin respaldo en absolutamente nada (léase: la hiperinflación). [5]
Y llegó el nueve de noviembre de 1923, y estalló la revolución nazi bávara (el push de la cervecería), vino el golpe de estado, la disolución del gobierno comunista, la invasión alemana y la reanexión de Baviera a Alemania, más la importación de la hiperinflación bávara a toda Alemania, pero a nadie le importó un bledo porque todos estaban felices, menos Adolf Hitler, que fue detenido, juzgado y condenado por conspiración, por órdenes de La Zorra (Wilhelm Nicolas), que no se bancaba que ese petizo de mierda se haya encumbrado tanto sin su ayuda, en las sombras esotéricas y en la luces políticas, del nuevo lander alemán de Baviera, cuando sólo era un cadillejo mequetrefe muniqués, o a lo sumo, de la provincia de Alta Baviera, pero no más, claro está.
Y Hitler aprovechó su estadía en la carcel de Langdorff para firmar un libro escrito por Rossemberg, titulado con el nombre de Mi Lucha (Mein Kamp), donde les da para que tengan, guarden y repartaran a todos, pero a todos, sobre todo (supra tutto) a los judíos, considerándolos la causa de todos los males. [6]
Antes de ser indultado por el gobierno de Berlín, a los nueve meses de una condena a cinco años de prisión, Hitler ya estaba arrepentido, no porque fuera pro semita, sino más bien, porque él era un antisemita viceral, exactamente igual que el noventa por ciento de los europeos (90%) pero, a la vez, él era el nieto de un pequeño noble marrano austríaco, como fue El Barón de Frankenberger, cuyo hijo legítimo fuera, increiblemente, el primer marido de su madre (Clara Pöezl).
Ese dato debía permanecer oculto, fuera como fuera, pero nada podía hacer él en ese momento, más que cambiar la estrategia del partido nazi, abandonando el abstencionismo revolucionario y sumándolo a la coalición de la derecha alemana, encabezada por los social cristianos, liderados por su flamante secretario general, Mcl. RW ® Dr. Wilhelm Paulus von Hindenburg (a) El Viejo (76).
En las elecciones generales del cinco de mayo de 1926, el Mcl. Hindenburg se consagró como nuevo presidente de Alemania, mientras el nazismo triunfó en las elecciones municipales muniquesas, alzándose con una mayoría parlamentaria absoluta de doce escanios. Hitler dispuso que la bancada oficialista fuera liderada por el Dr. Heinrich Himmler (a) Anteojito, mientras delegó a jefatura del partido en el Dr. Gregor Strasser.
Desde entonces, el fuhrer, que era un tipo de ya treinta y seis años, se recluyó en su nueva finca campestre de El Lago Stamberg, con su hermana viuda (Angela Pöezl Hitler) y con su sobrina de veinticinco años (Gelda Hitler Raubal (a) Geli), de la que con el correr de las semanas, no se sabe bien qué le pasó, pero la cosa es que se recalentó con la borrega, que parece que era muy gauchita con El Tío Adolf, y la convirtió en su amante, pretendiendo casarse con ella como Dios manda. [7]
Y el nazismo ganó las elecciones de 1928, tomando el control de la provincia de Alta Baviera, gobernada por Gregor Strasser, mientras Heinrich Himmler se convertía en el primer director general del nuevo servicio de inteligencia y seguridad del partido nazi, es decir, de las Schutz Staffels (SS), con grado paramilitar de coronel general, dejándole al Mcl. SA Dr. Ernst Rohm (a) El Maripozón, sólo el manejo de las operaciones paramilitares (léase: las tropas de asalto), que ingresaron en un estadío de latencia, inactividad y holgazanería (léase: los frizaron), justamente, por órdenes del fuhrer.
Desde entonces, Strasser y Rohm se convirtieron en dos forúnculos en el tuje de Hitler, que estaba embobado con Geli, sintiéndose un hombre completamente macho, y sabiendo que estaba haciendo algo verdaderamente grande por Dios, por la iglesia católica y por la patria gran aleman, claro está.
La cuestión es que la vida no siempre es como uno la tiene soñada, y Geli, sencillamente, se suicidó, dejando a El Tío Adolf desvastado, mientras la oposición social-demócrata y comunita le gritaba asesino, porque la piba uso la Walter 762 de oro macizo del fuhrer, mientras él regresaba de un meeting en Frankfurt. [8]
Hitler entendió el mensaje divino, de que las dificultades han sido hechas nada más que para ser superadas, y con el alma en pena, volvió a conducir el partido nazi, expulsó a Strasser y le dio el últimatum a Rohm, sacándole el control de la armada privada y de la fuerza aérea privada de las SA y conformando con ellas Las Waffens-SS, puestas bajo el mando de Himmler. [9]
Por eso, en las elecciones parlamentarias de 1930, el nazismo se alzó con la victoria en Baviera, nombrando a Himmler gobernador, y enviando a Goebbels a Berlín, a negociar con el político conservador más importante de Prusia (Herman Goering (a) El Gordo), con quien establecería una alianza de alcance nacional para las elecciones generales de 1932.
Y si, porque su idea fija era hacer algo verdaderamente grande por Dios, por la iglesia católica y por la patria gran alemana, aunque tuviera el alma hecha pedazos por el suicidio del gran amor de su vida (Geli), y nada más, claro está. [10]
Y si me dijeran que estoy muy equivocado, respondería que veremos, veremos y pronto lo sabremos.











[1] La libre expresión y la segura circulación de la información contenida en el presente documento se halla jurídicamente garantizada por la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 (Art. 19), la Constitución Nacional de la República Argentina de 1995 (Art. 14),  la Ley Nacional N° 26.032 de 2005 y el Código Penal de la Nación (Arts. 153 y 155).

[2] Para uno de Los Siete Grandes Sabios de Grecia (Solón) El Cisne Negro es la alegoría de un hecho que es teóricamente posible, pero que todos creen que es prácticamente improbable, pues si ocurriera sería catastrófico.

[3] Dicen los historiadores mejor informados que Hitler se enteró de que el hijo de su amante por él asesinado, se graduó como abogado en Viena y se radicó en Neurenberg, tomando contacto con él y ofreciéndole ser apoderado de su empresa, pero sin revelarle jamás el secreto de que él era el asesino de su padre. Por un lado, era como una suerte de indemnización por daños, perjuicios y agravio moral a la familia Hanisch pero, por el otro, dicen que en su fuero íntimo, Hitler se enamoró a primera vista de Alois Jr., sin animarse jamás a insinuarle absolutamente nada, pues ello significaría la automática condena irreversible de su alma oscurecida a las llamas eternas del infierno. Conste.

[4] La franmasonería universal es la venerable hermandad colorada, que brega por el éxito de El Plan Divino de Salvación, y es la oponente esotérica de la masonería mundial azul, que brega por el fracaso de El Plan Divino de Salvación. Ese año (1922), la gran tenida semestral de La Hermandad de Thule se llevó a cabo en la ciudad de Vaduz, capital del principado de Lietchenstein, gobernado por su alteza, el Cnel. Gral. RW ® Dr. Johannes Hohenzollern (a) El Hermano del Kaiser Alemán. Conste.

[5] En 1924, Karl Gessell abandonó su patria natal (Baviera) y se radicó en las lejanas playas de la provincia de Buenos Aires, donde compró unos campos costeros arenosos (los médanos) y empezó a construir cabañas de alquiler, que fueron las primeras viviendas de La Villa Gessell.

[6] En ese entonces, Europa contaba con gran cantidad de judíos morochos (los semitas = los sefaradíes) y de judíos rubios (los arios = los nórdicos = los ashkenazíes). El problema para Hitler, para los nazis y para el noventa por ciento de los alemanes y de los europeos (90%) no eran los ashkenazíes (tipo Sofovich), porque la inmensa mayoría de ellos pretendían vivir integrados a las sociedades europeas de las que formaban parte (la integración = el asimilacionismo), no pudiéndose distinguir a simple vista si un europeo era judío o cristiano. El problema era con los sefaradíes (los semitas = los judíos morochos), pues buena parte de ellos vivían en la miseria, la ignorancia, la explotación y el marginamiento, es decir, en la indigencia, siendo personas que vivían mal, esto es, malvivientes, que en no pocos casos eran delicuentes profesionales (los hampones = los criminales sin condena). Para que entendamos a fondo esta verdad irrefutable, podríamos referirnos a un paralelo sudamericano, como es el de los peruanos de la Argentina, que pueden ser inmigrantes honrados y trabajadores, pero que la gente piensa que son todos malvivientes y hampones, suscitándose contra ellos un prejucio de nacionalidad, o peor aún, de raza. Consecuentemente, en el lenguaje popular europeo de aquel entonces, la palabra judío designaba a los miembros de la minoría semita, y no se refería a los judíos rubios (los arios = los nórdiocos = los ashkenazíes). Por eso, más que hablar de anti judaismo, vale más referirse al antisemitismo, de los nazis alemanes y del noventa por ciento de los europeos, de aquel entonces y de la actualidad (90%), y nada más, claro está. Conste.

[7] El incesto entre tíos y sobrinas era muy frecuente entre las familias campesinas de Austria y de toda Europa hasta bien entrado el siglo veinte. Ese fenómeno cultural comenzó a reducirse significativamente luego de La Gran Guerra Mundial (1914-1918) y con el triunfo del comunismo soviético, que defendía las concepciones igualitarias, libertarias y feministas del anarquismo, por la sencilla razón de que ello contribuía a subvertir las instituciones capitalistas del mundo todavia no comunista. Por eso, para millones de austríacos, de alemanes y de europeos, el incesto era también una suerte de reafirmación de la identidad cultural, nacional y religiosa, frente a el ateismo anarquizante en boca en las grandes ciudades, como Viena, Berlín, Roma, París, Londres, Madrid, Moscú, etc. Conste.

[8] Dicen los historiadores que mientras Hitler se desplazaba por toda Baviera para hacer proselitismo, Geli se entendía con un capitán de las SA que la llevaba a pasear en un auto del partido, quedando embarazada y siendo abandonada por el muchacho, que no quería saber nada de hacerce cargo. Completamente fuera de si, Gelí sintió pánico de que su familia la despreciara por ser una adolecente promíscua  y embarazada (la deshonra = el pecado), siendo esa la cuestión que la decidió a quitarse la vida. Y dicen que Hitler, que no sabía nada sobre el asunto, al enterarse de que Geli estaba embarazada al momento de suicidarse, creyó que el hijo era de él, y quedó espiritualmente desvastado, pues se culpaba a si mismo del suicidio de Geli y de la muerte de la persona por nacer que supuestamente él había engendrado, creyendo que semejantes pecados lo ponían al borde de la condena eterna a las llamas del infirno de su alma ocurecida, no obstante haberse autorredimido del tabaquismo, del alcoholismo, de la drogadicción, de la homosexualidad, del transvestismo, de la prostitución y de la criminalidad. Por eso dicen que, desde entonces, Hitler se hizo construir una capillita en su chacra, en la que pasaba no menos de dos horas diarias, rezando y rogando por la salvación de su alma.

[9] Desde entonces, las SA se convirtieron en una suerte de agencia de colocaciones, que daba trabajo digno a cada vez más gente, que practicaba natación, gimnasia, futbol y tiro, estudiando táctica de combate y participando en frecuentes maniobras de práctica, y exhibiéndose cada vez más en la ciudad de Munich, mediante ampulosos desfiles callejeros, que se ve que le agradaban mucho a la población, pero en realidad, las SA no volvieron a hacer nada más que eso, dejando de ser los patoteros rompehuelgas anticomunistas. Tan es así, que hasta el propio Rohm decidió tomar una licencia para aceptar su nombramiento como profesor de la escuela superior de guerra del ejército de la república de Bolivia (1928-1932).

[10] Después del suicidio de Geli Raubal, Hitler no quería saber nada de volver a pensar en casarse, y menos en volver a tener sexo con hombres. Por eso, forjó relaciones de amantazgo estable y paralelo con Magdalena Quandt (1934), con Unity Midford (1936) y con Inga Ley (1939), mientras su segunda novia oficial y posterior concubina fue Eva Braun (1932-1945). Esa suerte de poligamia informal no es una inmoralidad exclusivamente hitlerista. En América del Norte la practican los mormones, que se dicen cristianos, incluyendo su ícono mormón de la política actual, es decir, el precandidato republicano a la presidencia de los EEUU, Dr. Mitt Romney, fuertemente criticado por sus propios correligionarios, por negarse a sostener públicamente que el matrimonio cristiano debe ser monogámico, condenando el adulterio y la poligamia. De hecho, la información pública disponible demuestra que gran cantidad de mormones de autproclaman públicamente admiradores del nazismo en general y de Adolf Hitler en particular. Finalmente, corresponde destacar que el edecán de Hitler (Fritz Darges) era mormón. Conste.

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