jueves, 30 de agosto de 2012

357 Historia (Argentina)


Año II – Primera Edición – Editorial: 00000357 [1]

 

El Cisne Negro [2]
El Diario Digital de la Historia y de la Geopolítica
Jueves 30 de Agosto 2.012.





Los Conquistadores II
Por Rubén Vicente 

En 1450, en la serenísima república de Génova, integrante del reino de La Lombardía, que formaba parte del gran reino de Italia, componente del El Sacro Imperio Romano de la Mación Alemana (La Gran Alemania = El Impero de los Mil Años - 800-1815 = El Nuevo Israel = La Europa Cristiana = La Primera Proto Unión Europea), en el seno de una prosperísima familia de mercaderes, que ocupaban escanios en el parlamento, sobrevinó el nacimiento de un varón católico apostólico romano (el primogénito), que fue bautizado bajo el nombre de Giovanni Caboto. 

Juancito cursó la escuela primaria y el colegio secundario con los benedictino en Génova, graduándose como licenciado en derecho civil (de ius civile) y como doctor en derecho comercial (de ius mercatorum), con diploma expedido por la Universidad de Bologna (1474); para luego estudiar naútica, en la real escuela de navegación oceánica de Lisboa, graduándose como doctor en 1477. 

Se radicó en Venecia y comenzó a trabajar para sucursal local de la firma de su padre, que importaba y distribuía especias del oriente, que llegaban a Italia vía La Ruta de la Seda de los tártaros del oriente. 

En 1481, el Dr. Giovanni Caboto (31) contrajo matrimonio católico apostólico romano con la señorita Mathea Dándolo (20), con la que tuvo tres hijos (3), bautizados como Luiggi (1482), Sebastiano (1484) y Sancto (1484). 

En 1493, Giovanni Cabot (33) y su famlia se radicaron en Inglaterra. Él se incorporó al cuerpo inglés (the english royal navy) de la armada sacro imperial (das reich krieg marine), con el grado de capitán de navío. Paralelamente, su segundo hijo (Sebastiano - 9) comenzó la primaria. 

En 1497, el Cap. Nav. RKM Dr. John Cabot (37), fue ascendido al grado de almirante, encomendándole la misión de explorar El Atlántico Norte, por la ruta vikinga (léase: Escocia, Feroe, Islandia, Groenlandia, Terranova y Labrador). Pasó frente a la desembocadura del río San Lorenzo y alcanzó la bahía de Chesapeake, falleciendo allí dos años más tarde (1499). Paralelamente, su segundo hijo (Sebatián) comenzaba el colegio secundario en Londres. 

En 1507, el Bach. Sebastian Cabot (23) se graduó como licenciado en derecho civil (de ius civiles) y como doctor en derecho comercial (de ius mercatorum), con diploma expedido por la Universidad de Oxford. Sobre el final de ese año, el Dr. Cabot comenzó a estudiar naútica, en la real escuela de navegación oceánica portuguesa de Lisboa, graduándose en 1513, para luego regresar a Londres, donde trabajó como cartógrafo del gobierno de su magestad en Greenwich. 

Pero en 1517, el Dr. Cabot se incorporó al cuerpo español (la armada invencible) de la marina de guerra sacro imperial (das reich krieg marine), con el grado de su padre (almirante), encomendándosele la misión de hallar la ruta atlántica a Las Islas Molucas. [3] 

Caboto partió desde el puerto de Cadiz, con tres navíos y ciento cincuenta hombres recién en 1526, haciendo Canarias, Azores, Madeira, Cabo Verde, Recife, San Salvador de Bahía, San Pablo y La Candelaria (léase: Punta del Este), all included, ja ja já. 

Allí fue informado de que, en el interior de ese gran país (léase: Sudamérica), existían grandes yacimientos de oro, plata y cobre. ¡Guau!

Consecuentemente, el Alte. Caboto nombró como lugartenientes a los capitanes de navío Francisco Rojas, Martín Mendez, Miguel Rodas y Juan Alvarez Ramón.  

Acto seguido, mandó que sea construído un fortín, situado en un lugar que llamó con el nombre de El Puerto de San Lázaro (léase: Colonia del Sacramento). Luego envió al Cap. Nav. RKM Dr. Juan Alvarez Ramón (47) a explotar el río, que bautizó con el nombre de San Juan (léase: El Río Uruguay), mientras él se internó en El Mar Dulce (léase: El Río de la Plata); hasta ingresar al curso del río que llamó con el nombre de San Lorenzo (léase: El Río Paraná). 

Exactamente el jueves nueve de junio del año de Nuestro Señor Jesucristo de 1527, con el sol en la constelación de los gemelos (géminis) y con la luna en la casa del búfalo (léase: tauro), mientras la cristiandad celebraba la festividad de San Efrén de Nesibe, el Alte. RKM Dr. Sebastián Caboto (a) El Genovés (43), ordenó la construcción de otro fortín, situado en la desembocadura de un río que llamó con el nombre de Carcarañá, bautizando la pequeña fortificación con el nombre de El Espirtu Santo (léase: Sancti Spiritu). [4]  

Pasó dos meses con los indios locales (léase: los carcarañá), hasta que emprendió el regreso a España, donde fue juzgado por el crimen de abandono de la expedición (¿?), condenándoselo a confinamiento en la cárcel naval española norte africana de Orán, siendo indultado recién en 1533, cuando ya tenía cuarenta y nueve años de edad. 

Permaneció en Sevilla, durante casi quince años (1527-1542), durante los cuales elaboró un mapamundi que muestra América del Norte, tal como la había descripto su padre (Juan Caboto), para luego pasar a retiro, volviéndose a radicar en Londres, donde el monarca (Enrique VIII), lo incorporó a la armdada inglesa (the english navy), con el grado de almirante (1547). 

Cuatro años más tarde (1551), el Alte. Cabot solicitó su segundo pase a retiro, que fue definitivo, posicionándose como principal accionista, presidente del directorio y gerente general (The Chieff Executive Officer = The CEO) de una nueva sociedad comercial, que comienzó a girar bajo la razón social de Merchant Adventures for the Discovery PLC, con domicilio legal en la capital inglesa (Londres). 

El objeto social de la nueva empresa privada inglesa era establecer una ruta comercial que uniera las islas británicas con Rusia, rodeando Escandinavia. ¡Guau! 

En 1557, el Alte. Cabot se internó en el Mar Glaciar Ártico, rumbo al puerto ruso de Nodgorod (léase: San Petersburgo), y nunca más se supo de él. 

En otras palabras, un gran navegante genovés, de segunda generación, que fue el tipo que ordenó el levantamiento de el primer fortín argentino, que no fue La Cancha de Vélez ni la de Rosario Central, sino más bien, el de El Espíritu Santo, que no es lo mismo. ¿Verdad? 

Entonces sumá. A Solís se lo morfaron los charrúas y Caboto se hizo amigo de los carcarañá. Siendo así, yo pregunto si fueron más vivos los yoruguas o nosotros. Respuesta: Ellos, porque tienen Punta del Este y Colonia, y nosotros nos quedamos con Las Barrancas del Paraná, que te cobran menos, pero no son tan top. ¿Viste? 

Y si me dijeran que estoy muy equivocado, respondería que veremos, veremos y pronto lo sabremos.

[1] La libre expresión y la segura circulación de la información contenida en el presente documento se halla jurídicamente garantizada por la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 (Art. 19), la Constitución Nacional de la República Argentina de 1995 (Art. 14),  la Ley Nacional N° 26.032 de 2005 y el Código Penal de la Nación (Arts. 153 y 155).
 
[2] Para uno de Los Siete Grandes Sabios de Grecia (Solón) El Cisne Negro es la alegoría de un hecho que es teóricamente posible, pero que todos creen que es prácticamente improbable, pues si ocurriera sería catastrófico.
 
[3] Durante toda la vigencia del sacro imperio (800-1815), los grados militares y navales eran hereditarios. Para entenderlo rápido y fácil, digamos que Las Islas Molucas están situadas entre China y Australia. Conste.
 
[4] Efrén Diádocos nació en Nesibe, que era una villa del proconsulado romano de La Mesopotamia (léase: Irak), en el año 306 d.C. Fue ordenado sacerdote de la iglesia católica. Durante su ministerio estudió música y gramática, convirtiéndose años más tarde en el autor y compositor de gran cantidad de himnos religiosos, siendo el inventor de la melodía sagrada (léase: la música sacra), que se empezó a emplear en la misa, pero también, en las procesiones y en los oficios fúnebres. Por eso, la curia romana lo considera como un doctor de la fe. Murió en el año 373 y fue canonizado doscientos años más tarde, subiendo a los altares con el nombre eclesiástico de San Efrén de Nesibe, representándoselo tocando el arpa, como Nerón.
 

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