El Diario Digital de la Historia y de la Geopolítica
Miércoles 29 de Agosto de 2.012.
Los
Conquistadores I
Por Rubén Vicente
Todo
lo dicho respecto de la historia de América Latina es previo a esta nueva serie
dedicada los conquistadores de lo que hoy es nuestra nación que,
voluntaria o involuntariamente, contribuirían a la formación de el ser
nacional argentino. [3]
Corría
el año 716 d.C. y, en el marco de la invasión de los musulmanes, su majestad,
el monarca de lo que aún quedaba del gran reino visigótico de Hispania, Cnel.
Gral. WW ® Dn. Pelayo I Trencavel (34),
dio la orden: “Id, que todavía es
temprano, para destruírlos antes de que ponga el sol” (sic) pero lo dijo,
obviamente, en castellano antiguo, es decir: “Id con solis”(sic).
El
que lideraba la patrulla cristiana era el Cap. WW Dn. Gutierre Diaz Rodriguez (30)
quien, por su valor en combate, fue premiado con el nombramiento de señor
de un paraje desierto que recibió el nombre de La Tapera de Solis (léase: Solís).
Uno
de sus descendiestes directos por consanguineidad, como fue Dn. Hernán Gomez de
Solís, fue nombrado como primer duque morganático de Badajoz, inmediatamente
después de La Batalla de las Navas de Tolosa, que dejó reducido el dominio
musulmán en la península ibérica al emirato alawita de Granada (1230).
A
partir de su matrimonio católico apostólico romano con su alteza, la duquesa de
Coria, Dña. Lucía Fernandez (33), la descendencia de Don Hernán adoptó como
nombre de familia badajozence (léase: el apellido) de la baja nobleza (la
hidalguía) el de Los Solís, por cuyas venas corre la sangre sagrada de
El Primer Hombre (Adán), de El Rey David y de Nuestro Señor Jesucristo (léase:
le saint graal = el santo grial).
Doscientos
cuarenta años más tarde (1470), en el ducado de Lebrija, dependiente del condado
de Sevilla, que era la capital del nuevo reino cristiano de Andalucía, que
formaba parte del gran reino de Castilla, gobernado por su majestad, el Cnel.
Gral. RW ® Dn. Enrique IV Trastamara (45), sobrevino el nacimiento de un varón
católico apostólico romano (el primogénito) que fue bautizado bajo el nombre de
Juan Díaz de Solís.
Hizo
la escuela primaria en Sevilla y el colegio secundario en Toledo, para luego
graduarse de abogado, con diploma expedido por la Universidad de Salamanca,
incorporándose inmediatamente al cuerpo portugués de la armada sacro imperial
(das reich krieg marine), con el grado de guardiamarina, siendo destinado a la
base naval lusitana indostaní de Madrás (1493).
En
1508, el Tte. Nav. RKM Dn. Juan Díaz de Solís (38) había regresado a su patria
natal (España) incorporándose al cuerpo español de la reich krieg marine
(léase: la armada invencible), formando parte de la expedición liderada por el
Cap. Nav. RKM Dn. Vicente Yañez Pinzón (46), con la misión de hallar un paso
interoceánico, que comunicara a España con La India Mongol (léase: el lejano
oriente), que sería la base para la conformación de la versión moderna de
La Ruta de la Seda.
Zarparon
en febrero de ese año; cruzaron el Atlántico Norte; traspasaron Las Antillas
sin desembarcar; navegaron las aguas del Caribe y pararon en Veragua (léase: el
itmo centroamericano).
Sin
lograr cumplir su misión, la expedición española regreso a sus bases ibéricas,
siendo el Tte. Nav. Solís sometido a corte marcial por el crimen de desacato
en alta mar (¿?), pero fue declarado inocente.
Bien
no se sabe cómo fue, pero lo cierto es que dos años más tarde (1512), su
majestad, el monarca de la unión de los grandes reinos de España, Mcl. RW ® Dr.
Fernando II Trastamara (60), emitió un decreto en cuya virtud lo nombró como
nuevo jefe de operaciones del cuerpo español (léase: la armada
invencible) de la marina de guerra sacro imperial (das reich krieg marine),
siendo ascendido al grado de almirante.
Bajo
esa comprensión, exactamente el viernes ocho se octubre de 1515, al mando de
tres carabelas, partió una nueva expedición española desde puerto de San Lucar
de Barrameda, liderada por su alteza, el duque de Badajoz, Alte. RKM Dn. Juan
Díaz de Solís (45).
Hizo
escalas Las Islas Canarias y en los piélagos portugueses de Madeira, Azores y
Cabo Verde, para luego cruzar el Atlántico, arribando al puerto lusitano
brasileño de Recife, alcanzando San Salvador de Bahía y prosiguiendo hacia el
sud sudoeste, hasta que se sintió seguro de haber traspasado la línea que
separaba El Brasil Porgués de El Brasil Español, deteniéndose el jueves veinte
de enero de 1516 en una saliente de la costa, donde protestó formalmente para
la soberanía española el lugar que llamó con el nombre de Nuestra Señora de la
Candelaria (léase: Punta del Este). ¡Pero mirá vos qué fashon ché!
Quince
días más tarde, las tres naves se internaron en una gran bahía, cuyas aguas
eran inequívocamente sacarozadas, motivo por el cual las bautizó con el nombre
de El Mar Dulce (léase: El Río de la Plata), deteniéndose en una isla situada
en la confluencia de la desembocadura de los grandes ríos, que eran el Uruguay
y el Paraná, que llamó con el nombre del comandante de la segunda carabela, que
acababa de morir de calor, Cap. Nav. RKM Dn. Martín García (35).
Sobre
la ribera occidental del Uruguay, la expedición del Alte. Solís visualizó la
existencia de aborígenes de la tribu guaraní meridional de los charrúas. En la
mañana del veintinueve de enero de 1516, el Alte. Solís bajó a tierra y trató
de tomar contacto personal con quien parecía ser el lider de los indios, que
dispararon sus flechas, los mataron a todos, los asaron y se comieron los
cadáveres (léase: la antropofagia charrúa), ante la vista azorada de los
marinos españoles de las otras dos naves, que salieron como rata por tirante
para Punta del Este, hospedándose en el Conrad, ja ja já.
Y
el cuatro de septiembre de 1516, las dos carabelas sobrevivientes, al mando del
cuñado del Alte. Solís, es decir, del Cap. Nav. RKM Dr. Francisco Torres (46),
emprendieron el viaje de regreso a España. En homenaje al comandante derovado
por los aborígenes, El Mar Duce sería conocido desde entonces con el nombre de
El Río de Solís.
No,
digo, porque después me la quieren vender como que los indefensos
pueblos originarios fueron ferozmente masacrados sin piedad por los
conquistadores españoles, en flagrante violación a sus sacrosantos derechos
humanos, y no sé de que otras verduras nos quieren convencer los anarquistas
tipo Osvaldo Bayer y compañía. ¿Verdad?
Y
si me dijeran que estoy muy equivocado, respondería que veremos, veremos y pronto lo
sabremos.
[1] La
libre expresión y la segura circulación de la información contenida en el
presente documento se halla jurídicamente garantizada por la Declaración
Universal de los Derechos Humanos de 1948 (Art. 19), la Constitución Nacional
de la República Argentina de 1995 (Art. 14),
la Ley Nacional N° 26.032 de 2005 y el Código Penal de la Nación (Arts.
153 y 155).
[2]
Para uno de Los Siete Grandes Sabios
de Grecia (Solón) El Cisne Negro es
la alegoría de un hecho que es teóricamente posible, pero que todos creen que
es prácticamente improbable, pues si ocurriera sería catastrófico.
[3]
Ver El Cisne Negro (Editoriales 276 a 280).
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