sábado, 25 de agosto de 2012

352 Historia (Rusia)


Año II – Primera Edición – Editorial: 00000352 [1]

 

El Cisne Negro [2]
El Diario Digital de la Historia y de la Geopolítica
Sábado 25 de Agosto de 2.012.






La Unión Soviética II
Por Rubén Vicente 

Durante la segunda mitad de 1924, el secretario general del polit buró del comité central del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS), ex Agte. BSS C-3 Cte. Gral. NKVD Cda. Joseph Vizarionovich Dugashvilli (a) Jacob Dundie (a) Zozo (a) El Tío José (a) El Hombre de Acero (a) Stalin (45), tomó varias medidas. 

La primera fue emitir un decreto en cuya virtud ordenó el cambio del nombre del ejército soviético, por el nuevo de el ejército rojo soviético, autonombrándose como nuevo jefe del estado mayor general (JEMG), con el grado de gran mariscal, estructurando los cuerpos terrestre, marítimo y aeronaútico, poniendo a su frente a tres comandantes de las antiguas fuerzas armadas zaristas, debidamente convertidos al comunismo a la rusa (léase: el socialismo real = el stalinismo), obvio. 

La segunda fue crear el servicio de inteligencia militar soviético, con el nombre de Departamento Central de Inteligencia (léase: Glavnoe Razvedyvatel´noe Upravlenie = GRU), nombrando como primer director general al Cnel. ERS Dr. Klement Efremovich Voroshilov (43), quien fue ascendido al grado de mariscal de campo. 

La tercera fue nombrar como nuevo director general del servicio de inteligencia y seguridad civil interior y exterior (NKVD) al Ing. Lavremti Pavlovich Beria (25), quien fue incorporado al ejército rojo soviético con el grado de mariscal de campo, operándose su pase a retiro. 

Desde entonces, en los hechos (in fact), Stalin, Voroshilov y Beria eran los máximos dirigentes de La Unión Soviética. 

El treinta y uno de diciembre de 1924, Stalin se presentó ante el soviet supremo y ante el soviet de las nacionalidades, reunidos en sesión conjunta, para anunciar la puesta en marcha de El Plan Quinquenal (1925-1929), destinado a desarrollar la producción (léase: la ganadería, la agricultura, la pesca y la explotación forestal), la industria liviana (la construcción, la indumentaria, la alimentación, la farmaceutica, las fundiciones y la automotriz), el comercio interior (local, provincial, nacional, federal y confederal), las finanzas públicas (los bancos y las aseguradoras) y la baja tecnología (rural y urbana, civil y militar convencional). 

En lo específicamente vinculado con la producción, ello implicó el microparcelamiento total del territorio de La Unión Soviética, creándose las granjas públicas cogestionadas (léase: los sovjoses) y autogestionadas (léase: los koljoses). 

Y en lo relativo a la religión, adoptó como oficial del estado soviético el ateismo, pero permitiendo las restantes confesiones (ej.: budismo, hinduismo, islamismo, judaismo y cristianismo) exclusivamente a nivel doméstico, convirtiendo los templos estatizados en escuelas primarias, colegios secundarios, institutos terciarios, facultades universitarias, departamentos post universitarios o museos del estado comunista. 

En ese contexto, Stalin le ordenó a Beria que estableciera el control absoluto sobre todos y cada uno de los individuos integrantes de la población soviética, para detectar y neutralizar prácticas contrarrevolucionarias, procediendo a su liso y llano exterminio sin juicio previo (léase: el genocidio soviético). 

Al final del quinqueño, La Unión Soviética ya había recuperado los niveles económicos anteriores al estallido de La Gran Guerra Mundial (1914-1918), pero el saldo de las purgas stalinistas era de veinte millones de muertos, deportados y prisioneros en los campos de concretación soviéticos de Yakutia, Altai y Siberia (20.000.000).

Fue entonces cuando, sin solución de continuidad, Stalin anunció la puesta en marcha de El Segundo Plan Quinquenal (1930-1934), destinado a desarrollar la infraestructura (léase: la minería, la energía, los transportes y las comunicaciones); la industria pesada (léase: la metalurgia, la siderurgia, la petroquímica, la agroquímica, la metal mecánica, los astilleros y los arsenales); el comercio exterior (léase: de cabotaje, euroasiático y mundial); las finanzas colectivas (los bancos estatales cogestionados y las aseguradoras púbicas autogestionadas) y la alta tecnología (rural y urbana, civil y militar). 

Paralemante, Stalin lanzó un mega plan social, destinado a que absolutamente todos los ciudadanos de la unión soviética gozaran de los beneficios sociales vinculados con la vivienda, la salud, la educación, la previsión y la seguridad (léase: el bienestar social).  

Coetáneamente, Stalin le encomendó a Voroshilov la misión de articular una red mundial de espionaje, propanganda y sabotaje soviética, que sería conocida en la historia universal con el nombre de La Orquesta Roja. 

Pero en 1936, Stalin firmó el decreto en cuya virtud sobrevino la entrada en vigencia de la primera ley fundamental soviética (léase: la constitución nacional ruso comunista), autonombrándose como presidente constitucional vitalicio de La Unión Soviética, disponiendo su propio pase a retiro, y su reemplazo en la jefatura del estado mayor general (JEMG) del ejército rojo soviético por el Mcl. Voroshilov (55), quien fue ascendido al grado de gran mariscal. 

Desde entonces, Voroshilov tomó a su cargo la provisión de inteligencia, dinero y armamentos soviéticos a favor del bando comunista en La Guerra Civil China (1927-1949); a favor del bando palestino en La Guerra Civil de La Palestina Británica (1935-1947) y del bando republicano en La Guerra Civil Española (1936-1939).

Al concluir el segundo plan quinquenal (1934), La Unión Soviética estaba posicionada como la cuarta potencia mundial, después de la Gran Bretaña en franca decadencia; de los EEUU emergentes y del III Reich desafiante. 

Fue entonces cuando, sin solución de continuidad, Stalin anunció la puesta en marca de El Tercer Plan Quinquenal (1935-1939), destinado a la rearticulación del complejo estratégico nacional, con el objetivo explícito de concretar un desarrollo exponencial en materia de producción para la defensa, en el rubro de los armamentos convencionales, pero también, con el objetivo inconfesable de concretar un desarrollo exponencial en materia de producción para la defensa en el rubro de las armas de destrucción masiva (léase: Las ADM´s), comenzando por las armas químicas, siguiendo por las bacteriológicas, continuando por las misilísticas y concluyendo por las nucleares.

Al final de ese tercer plan quinquenal (1939), La Unión Soviética ya se había convetirdo en una superpotencia misilística, contando con un gran arsenal convencional y de armas químicas, teniendo avanzados sus proyectos vinculados con las armas bacteriológicas, pero retrasados los avances de El Plan Nuclear Soviético (PNS), contando sólo con reactores experimentales y de baja potencia, capaces de producir energía eléctrica y radioisótopos de uso agronómico y médico (léase: los usos pacíficos). 

En ese contexto (1939), La Unión Soviética y El Tercer Imperio Alemán (La Gran Alemania = Das III Reich = La Segunda Proto Unión Europea) suscribieron El Pacto Molotov Ribbentrop. 

Oficialmente, fue un pacto de no agresión, ante la eventualidad inminente de estallido de La Segunda Guerra Mundial (1939-1945). Subrepticiamente, significó el reparto anticipado de Finlandia y de Polonia entre La Rusia Comunista y La Alemania Nazi. Pero yo digo que, en realidad, El Pacto Molotov Ribbentrop implicó la incorporación (léase: la anexión de hecho = der anschuluss) de La Unión Soviética al III Reich, y nada más, claro está. [3] 

Sin embargo, la evolución del conflicto bélico global en sus tres primeros años de vigencia (1939-1941), convencieron a Stalin de que más le valía a La Unión Soviética traicionar El Pacto Molotov Ribbentrop y aliarse con Las Naciones Unidas (léase: Gran Bretaña y los EEUU), que quedar atada a un III Reich que, aunque pareciera estar triunfando en todos los frentes, la verdad era que se había quedado sin oro, sin alimentos y sin energía, siendo sólo cuestión de tiempo para que llegara el día de su segunda gran derrota en el siglo veinte (el siglo de la alta tecnología). 

Por eso, cuando Hitler se lanzó a La Operación ´Barbarroja´ de conquista de La Rusia Europea, Stalin estaba listo para replegarse detrás de Los Urales, articulando la línea de defensa soviética en Leningrado-Stalingrado, y la segunda línea de defensa en la capital soviética (Moscú). 

El esfuerzo bélico alemán sobrepasó largamente la capacidad militar del III Reich. El Invierno Ruso hizo el resto, como lo había hecho hacia un siglo y medio con Napoleón. 

En la primevera boreal de 1943, comenzó una colosal contraofensiva soviética que, a finales de 1944, ya tenía a Alemania contra sus propias fronteras, y en mayo de 1945, Berlín cayó en las manos del Mcl. Voroshilov, dejándole a La Unión Soviética la totalidad de Europa Oriental y la mitad oriental de Europa Central en su poder exclusivo y excluyente. 

La Unión Soviética emergió de la conflagración mundial posicionada como la segunda gran potencia mundial, luego de los EEUU, que eran la nueva primera potencia mundial, en posesión de la bomba atómica. 

Desde entonces comenzaría, nada más ni nada menos, que La Guerra Fría (1946-1991).

Y si me dijeran que estoy muy equivocado, respondería que veremos, veremos y pronto lo sabremos.


[1] La libre expresión y la segura circulación de la información contenida en el presente documento se halla jurídicamente garantizada por la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 (Art. 19), la Constitución Nacional de la República Argentina de 1995 (Art. 14),  la Ley Nacional N° 26.032 de 2005 y el Código Penal de la Nación (Arts. 153 y 155).
 
[2] Para uno de Los Siete Grandes Sabios de Grecia (Solón) El Cisne Negro es la alegoría de un hecho que es teóricamente posible, pero que todos creen que es prácticamente improbable, pues si ocurriera sería catastrófico.
 
[3] Yo no encuentro diferencias verdaderamente sustanciales entre el socialismo verdadero de Karl Grün (ver El Cisne Negro, Editorial 28) y el socialismo real de Joseph Stalin (ver El Cisne Negro, Editorial 351). En la práctica, el primero derivó en el nazismo hitlerista del siglo veinte, mientras el stalinismo evidenciaría una práctica enteramente similar a la del III Reich durante La Guerra Fría (1946-1991). Conste.

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