El Diario Digital de la Historia y de la Geopolítica
Domingo 26 de Agosto de 2.012.
La Unión Soviética III
Por Rubén Vicente
A
principios de 1946, el presidente de La Unión Soviética, Gn. Mcl. ERS ® Cda.
Joseph Stalin (67) era considerado por la casi totalidad de los soviéticos como
el gran padre de la patria de los comunistas.
Él
era más grande que cualquiera de todos los zares rusos, incluso más grande que
Pedro El Grande, pero también, era más grande que los próceres soviéticos
(Marx, Engels y Lenin).
Stalin
era reverenciado como un dios bajado a la tierra de los proletarios, para
liberarla de la opresión del capitalismo, a través de el socialismo real, es decir, de lo que yo no
dudo en calificar como el nazismo a la rusa (léase: el stalinismo).
En
ese contexto, estalló La Guerra Fría
(1946-1991), que puede ser
convenientemente dividida en tres etapas (3), abarcando quince años cada una (15).
Bajo
esa comprensión, durante la primera etapa (1946-1960), La Union Soviética apoyó no sólo el proceso de
independencia de La India Británica (1947), sino también, a los comunistas del
lejano oriente, fundadores de La República Popular de China (1949); a las
naciones musulmanas del cercano oriente en La Guerra Arabe Israelí (1949-1950)
y, a la vez, a los ejércitos rojos del sudeste asiático contra la dominación
colonial francesa, el marco de La Guerra de Corea (1950-1954).
Además,
La Unión Soviética se posicionó como el estado lider de La Comunidad
Económica Comunista (léase: La Comecom) y de La Organización del Pacto de
Varsovia (OPV). [3]
Paralelamente,
bajo Stalin, La Unión Sovética lanzó El Programa Espacial, destinado a
conquistar el espacio sideral extraterrestre, con cohetes de capacidades
similares a los estadounidenses, y con cápsulas experimentales de la serie
Sputnik.
Pero
el logro más grande de Stalin fue la detonación de la bomba atómica comunista,
convirtiendo a La Unión Soviética en la segunda superpotencia misilística y nuclear de la historia universal (1949).
Durante
la primera mitad de la década del cincuenta del siglo pasado (1950-1955), la
totalidad de los habitantes de La Unión Soviética gozaba de un estandar de vida
similar al de los europeos occidentales y los norteamericanos (léase:
los occidentales del primer mundo capitalista).
El
único problema era la falta de libertad política para expresar los
disensos dentro del propio partido único o del gobierno autocrático del maga
estado comunista.
Demasiadas
purgas de supuestos o inventados contrarrevolucionarios. Demasiada gente
confinada en los campos de concentración de prisioneros soviéticos. Demasiadas
restricciones físicas para moverse entro de la propia nación euroasiática.
Demasiadas prohibiciones de ingreso hacia o de egreso desde la gran patria de
los trabajadores.
Al
morir Stalin (75), el mundo entero (orbis) estaba perfectamente dividido en los
dos bloques (2), que eran el
capitalista y el comunista, y La Unión Soviética era la primera potencia del
bloque comunista, como así también, la segunda potencia mundial, sólo
superada por los EEUU. Conste.
Después
de unos funerales de estado dignos de un zar ruso, El Partido Comunista de la
Unión Soviética (PCUS), eligió como nuevo secretario general al Agte. NKVD Dr.
Nikita Krushev (a) Bola de Billar (55), que fue escoltado por el ejército rojo
soviético hasta El Palacio del Kremlin, para asumir el cargo de segundo
presidente constitucional de La Unión Soviética (1953-1964). [4]
Y
si me dijeran que estoy muy equivocado, respondería que veremos, veremos y pronto lo
sabremos.
[1] La
libre expresión y la segura circulación de la información contenida en el presente
documento se halla jurídicamente garantizada por la Declaración Universal de
los Derechos Humanos de 1948 (Art. 19), la Constitución Nacional de la
República Argentina de 1995 (Art. 14),
la Ley Nacional N° 26.032 de 2005 y el Código Penal de la Nación (Arts.
153 y 155).
[2]
Para uno de Los Siete Grandes Sabios
de Grecia (Solón) El Cisne Negro es
la alegoría de un hecho que es teóricamente posible, pero que todos creen que
es prácticamente improbable, pues si ocurriera sería catastrófico.
[3]
De ambos organismos internacionales formaban parte Mongolia, Corea del Norte,
China, Birmania, Laos, Camboya, Vietnam del Norte, La Unión Soviética, Bulgaria,
Rumania, Yugoslavia, Polonia, Hungría, y Alemania Oriental. De alguna manera,
puede decirse que La Comecon y La OPV fueron las herederas del espacio
geopolítico que antes conformaba el área de influencia planetaria del
Movimiento Solidarista Mundial (MSM – 1921-1945), suscesivamente liderado por
los EEUU (1921-1933) y por El III Reich (1933-1945), del que La Argentina formó
parte (1930-1933). Conste.
[4] Más allá
de las vericuetosas especificidades de la constitución sovética, lo cierto es
que, en la práctica, el secretario general del PCUS era el auténtico jefe del
estado soviético, motivo por el cual, para no confunidir a los lectores con
datos que carecen de importancia, digo que Stalin y Krushev fueron, repito, en
la práctica, presidentes de La Unión Soviética. Conste.
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