El Diario Digital de la Historia y de la Geopolítica
Viernes 24 de Agosto de 2.012.
La Unión Soviética I
Por Rubén Vicente
Exactamente
antes de estallar La Gran Guerra Mundial (1914-1918), el orden global de las
naciones era liderado por Gran Bretaña, seguida por Alemania, los EEUU,
Francia, Rusia, Italia, Turquía, Japón, China y la Argentina.
Consecuentemente,
Rusia era la quinta potencia mundial, contando con su propio complejo
financiero, tecnológico, industrial, comercial, diplomático y militar (léase:
el complejo estratégico nacional).
Políticamente,
Rusia estaba organizada como una monarquia constitucional de cuño
británico. Sin embargo, desde la sanción de la primera constitución escrita
(1906), que ratificaba ese régimen, paradógicamente, el parlamento imperial se
convirtió en la escribanía de un gobierno conservador popular que suprimió por
decreto las garantías constitucionales, el estado de derecho y la democracia
constitucional, transformándose en la dictadura de la alta nobleza (la
grandeza) que no estaba dispuesta a tolerar ningún cuestionamiento más a su
derecho divino a gobernar el imperio y el mundo entero (orbis).
La
Gran Guerra Mundial (1914-1918), La Tercera Guerra Civil Rusa (1916-1922), La
Revolución Menchevique (1917), La Revolución Bolchevique (1917), la
conformación de La Federación Rusa (1920) y la instauración de La Unión
Soviética (1922), provocó el esmerilamiento casi total del complejo
estratégico nacional ex ruso y ahora sovético.
Sin
embargo, la verdad es que sus aparatos componentes (léase: el financiero, el
tecnológico, el industrial, el comercial, el diplomático y el militar), continuaron
funcionando separadamente durante todas esas grandes convulsiones (1914-1922), en el nuevo ranking global
de la post gran guerra mundial, que seguía liderado por Gran Bretaña decadente,
seguida por los EEUU, Francia, Italia, Japón, la Argentina, la Unión Soviética,
Alemania, Turquía y China. Conste.
Bajo
esa comprensión, La Unión Soviética nació siendo la séptima potencia mundial,
gobernada por su excelencia, el señor secretario general del polit buró del
comité central del partido comunista, ex Agte. III-D C-3 Dr. Vladimir Mihail
Illich Ulianov (a) Victor Ulmann (a) Pedro El Grande (a) El Ashkenazí (a) El
Hombre de Hierro (a) Lenin (48).
Sin
embargo, tal como estaban dadas las cosas en ese momento (1922), la verdad era que La Unión Soviética era el primer estado
comunista de la historia universal, pero también, el nuevo más grande
cuasi dominio neo colonial comunista de El Imperio Británico (The Brisith
Empire), claro está. Conste.
Y
en ese contexto inicial, todo podía perderse mal, porque Lenin estaba cada vez
más gravemente enfermo, y Stalin y Trotsky no hacían otra cosa que disputarse
la sucesión en vida.
Y
pasó lo que tenía que pasar, porque cuando en 1924 Lenin pasó a la inmortalidad,
se reunió el primer congreso de El Partido Comunista de la Unión Soviética
(PCUS) y designó al subsecretario general del polit buró del comité
central, Agte. BSS C-3 Mcl. NKVD Joseph
Vizarionovich Dugashvilli (a) Jacob Dundie (a) Zozo (a) El Tío José (a) El
Hombre de Acero (a) Stalin (43), como nuevo
secretario general, ejerciendo desde esa posición partidaria, tanto la
jefatura del estado como la jefetura del gobierno con sede en la
ciudad de Moscú.
En
ese momento (1924), desde el punto de vista diplomático, la comunidad
internacional estaba representada por La Sociedad de las Naciones (SN´s), liderada por Gran Bretaña y por El
Movimiento Solidarista Mundial (MSM), liderado por los EEUU. [3]
Bajo esa comprensión, Stalin prefirió mantener a La Unión Soviética al
margen de la SN´s y del MSM, optando por dejar que Trotsky continuara
desarrollando su proyecto personal fortalecer La Internacional Comunista
(léase: la tercera internacional).
Sin
embargo, lo cierto era que Stalin era un jefe de estado práctico y realista,
que pensaba igual que Lenin, que era preciso consolidar el comunismo en un
solo país, para recién luego transformar al mismo en el estado lider de una
gradual expansión del comunismo hacia otros países, hasta abarcar el mundo
entero (orbis), obviamente, liderado por La Unión Soviética, es decir, por La
Rusia Comunista, que sería todo lo comunista que los rusos quisieran pero
que, antes que nada, sería Rusia (léase: la gran madre = la matrioshka), como
siempre fue y como siempre debería ser, obvio.
Por
eso para Stalin eso que quería Trotsky, de hacer la rovolución mundial
permanente, era una auténtica pedorruskaia ja ja já. No. Stalin quería otra
cosa para su patria rusa, sólo temporalmente comunista, y por eso, empezó a
hablar de algo a lo que nunca Marx, Engels o Lenin llamaron de esa forma,
poniéndose a su visión del comunismo el nombre de el socialismo real (sic).
Marx
había hablado del socialismo existente antes de su aparición en el firmamento
ideológico europeo, llamándolo con el nombre de el socialismo utópico,
por oposición a su socialismo científico, por él definitido como ateo,
clasista, combativo, internacionalista y partidario de la revolución
autocrática, a través de la toma del poder por la vía armada, para la
instauración de la dictadura del proletariado, que provocaría la abolición de
las clases sociales, dejando en pie una sola clase social proletaria. A ese
socialismo científico, la historia lo conoce bajo los nombres alternativos de el
marxismo o bien, de el comunismo.
Entonces,
necesariamente, el socialismo utopico a que se refería Marx era el socialismo
veradadero de Karl Grün y de Pierre Prohudom, es decir, el
socialismo nacional
(léase: el nacional socialismo = el
nazismo decimonónico = el nazismo original = el grünismo = el
prohudonismo = la doctrina social de la iglesia).
Y
ya vimos que ese nazismo decimonónico tenía una expresión de centro derecha (el
social cristianismo) y una expresión de centro izquierda (el social
democratismo = la social democracia).
Desde
que Marx dijo que el socialimo nacional era esencialmente burgués y
contrarevolucionario, todos los marxistas del mundo empezaron a llamar al
socialismo científico con el nombre de el comunismo; de modo tal que el
espectro de la izquierda ideologizada quedó repartido entre los anarquistas,
los socialistas y los comunistas (1874).
Si
esas sutilezas ideológicas habían quedado tan claras para todos los marxistas,
no se entiende bien por qué motivo Stalin, en 1924, es decir, a casi
cincuenta años de clausurado el debate, vuelve a llamar a su pensamiento
político con el nombre de el socialismo real.
Y
a mi se me ocurre que, la verdad, es que Stalin no era tan marxista como Lenin, sino más bien engelista y por ende,
partidario del socialimo verdadero (léase: el socialismo nacional = el
nacional socialismo = el nazismo decimonómico = el nazismo original = el grünismo = el
prohudonismo = el engelismo = la doctrina social de la iglesia); claro que a
la rusa o, si se prefiere, a la Stalin, obvio.
Y
el nazismo decimonónico a la rusa, es decir, el socialismo real,
también sería conocido por la historia universal con el nombre alternativo de el stanilismo. Right?
Y
tanta razón creo que tengo que fijate vos que lo primero que hizo Stalin
después de hacerse cargo de la jefatura del estado soviético fue dotar de los
símbolos patrios a La Unión Soviética (léase: la bandera, la escarapela, el
escudo y el himno), que son los íconos de la burguesía nacional, y no del proletariado
internacionalista, claro está.
No
contento con eso, Stalin emitió un sello postal soviético, que es el que
ilustra este artículo, donde aparecen no sólo Marx, Engels y Lenin, sino
también, él mismo (léase: Stalin), elevándose a si mismo al nivel de los otros
tres, y sacralizando a los cuatro como los próceres de La Unión
Soviética, lo cual no es muy proletario ni internacionalista que digamos. ¿Verdad?
Y
como si eso no fuera poco, resulta que Stalin motorizó el proyecto de dotar al
parlamento unicameral soviético (léase: el soviet supremo) una segunda cámara
legislativa, con el rango de cámara baja, a la que llamó con el nombre de el soviet de las nacionalidades.
En
otras palabras, próceres soviéticos, símbolos patrios soviéticos, cámara
legislativa especial para las naciones soviéticas. Y si eso es marxismo, entonces
yo soy La Mona Gimenez.
Y
si me dijeran que estoy muy equivocado, respondería que veremos, veremos y pronto lo
sabremos.
[1] La
libre expresión y la segura circulación de la información contenida en el
presente documento se halla jurídicamente garantizada por la Declaración
Universal de los Derechos Humanos de 1948 (Art. 19), la Constitución Nacional
de la República Argentina de 1995 (Art. 14),
la Ley Nacional N° 26.032 de 2005 y el Código Penal de la Nación (Arts.
153 y 155).
[2]
Para uno de Los Siete Grandes Sabios
de Grecia (Solón) El Cisne Negro es
la alegoría de un hecho que es teóricamente posible, pero que todos creen que
es prácticamente improbable, pues si ocurriera sería catastrófico.
[3]
En algún momento de su vigencia (1921-1945), El Movimiento Solidarista Mundial
(MSM) estuvo integrado por Japón, China, Afganistán, Persia, Arabia Saudita,
Irak, Siria, Líbano, Turquía, Bulgaria, Rumania, Finlandia, Suecia, Polonia,
Hungría, Austria, Italia, Alemania, Bélgica, Francia, España, Portugal, los
EEUU, Dominicana, Cuba, México, Guatemala, Colombia, Chile, Bolivia, Brasil y
la Argentina. Conste.
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