viernes, 24 de agosto de 2012

351 Historia (Rusia)


Año II – Primera Edición – Editorial: 00000351 [1]

 

El Cisne Negro [2]
El Diario Digital de la Historia y de la Geopolítica
Viernes 24 de Agosto de 2.012.





La Unión Soviética I
Por Rubén Vicente 

Exactamente antes de estallar La Gran Guerra Mundial (1914-1918), el orden global de las naciones era liderado por Gran Bretaña, seguida por Alemania, los EEUU, Francia, Rusia, Italia, Turquía, Japón, China y la Argentina. 

Consecuentemente, Rusia era la quinta potencia mundial, contando con su propio complejo financiero, tecnológico, industrial, comercial, diplomático y militar (léase: el complejo estratégico nacional).

Políticamente, Rusia estaba organizada como una monarquia constitucional de cuño británico. Sin embargo, desde la sanción de la primera constitución escrita (1906), que ratificaba ese régimen, paradógicamente, el parlamento imperial se convirtió en la escribanía de un gobierno conservador popular que suprimió por decreto las garantías constitucionales, el estado de derecho y la democracia constitucional, transformándose en la dictadura de la alta nobleza (la grandeza) que no estaba dispuesta a tolerar ningún cuestionamiento más a su derecho divino a gobernar el imperio y el mundo entero (orbis). 

La Gran Guerra Mundial (1914-1918), La Tercera Guerra Civil Rusa (1916-1922), La Revolución Menchevique (1917), La Revolución Bolchevique (1917), la conformación de La Federación Rusa (1920) y la instauración de La Unión Soviética (1922), provocó el esmerilamiento casi total del complejo estratégico nacional ex ruso y ahora sovético. 

Sin embargo, la verdad es que sus aparatos componentes (léase: el financiero, el tecnológico, el industrial, el comercial, el diplomático y el militar), continuaron funcionando separadamente durante todas esas grandes convulsiones (1914-1922), en el nuevo ranking global de la post gran guerra mundial, que seguía liderado por Gran Bretaña decadente, seguida por los EEUU, Francia, Italia, Japón, la Argentina, la Unión Soviética, Alemania, Turquía y China. Conste. 

Bajo esa comprensión, La Unión Soviética nació siendo la séptima potencia mundial, gobernada por su excelencia, el señor secretario general del polit buró del comité central del partido comunista, ex Agte. III-D C-3 Dr. Vladimir Mihail Illich Ulianov (a) Victor Ulmann (a) Pedro El Grande (a) El Ashkenazí (a) El Hombre de Hierro (a) Lenin (48). 

Sin embargo, tal como estaban dadas las cosas en ese momento (1922), la verdad era que La Unión Soviética era el primer estado comunista de la historia universal, pero también, el nuevo más grande cuasi dominio neo colonial comunista de El Imperio Británico (The Brisith Empire), claro está. Conste. 

Y en ese contexto inicial, todo podía perderse mal, porque Lenin estaba cada vez más gravemente enfermo, y Stalin y Trotsky no hacían otra cosa que disputarse la sucesión en vida. 

Y pasó lo que tenía que pasar, porque cuando en 1924 Lenin pasó a la inmortalidad, se reunió el primer congreso de El Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS) y designó al subsecretario general del polit buró del comité central,  Agte. BSS C-3 Mcl. NKVD Joseph Vizarionovich Dugashvilli (a) Jacob Dundie (a) Zozo (a) El Tío José (a) El Hombre de Acero (a) Stalin (43), como nuevo secretario general, ejerciendo desde esa posición partidaria, tanto la jefatura del estado como la jefetura del gobierno con sede en la ciudad de Moscú. 

En ese momento (1924), desde el punto de vista diplomático, la comunidad internacional estaba representada por La Sociedad de las Naciones (SN´s), liderada por Gran Bretaña y por El Movimiento Solidarista Mundial (MSM), liderado por los EEUU. [3] Bajo esa comprensión, Stalin prefirió mantener a La Unión Soviética al margen de la SN´s y del MSM, optando por dejar que Trotsky continuara desarrollando su proyecto personal fortalecer La Internacional Comunista (léase: la tercera internacional). 

Sin embargo, lo cierto era que Stalin era un jefe de estado práctico y realista, que pensaba igual que Lenin, que era preciso consolidar el comunismo en un solo país, para recién luego transformar al mismo en el estado lider de una gradual expansión del comunismo hacia otros países, hasta abarcar el mundo entero (orbis), obviamente, liderado por La Unión Soviética, es decir, por La Rusia Comunista, que sería todo lo comunista que los rusos quisieran pero que, antes que nada, sería Rusia (léase: la gran madre = la matrioshka), como siempre fue y como siempre debería ser, obvio.  

Por eso para Stalin eso que quería Trotsky, de hacer la rovolución mundial permanente, era una auténtica pedorruskaia ja ja já. No. Stalin quería otra cosa para su patria rusa, sólo temporalmente comunista, y por eso, empezó a hablar de algo a lo que nunca Marx, Engels o Lenin llamaron de esa forma, poniéndose a su visión del comunismo el nombre de el socialismo real (sic). 

Marx había hablado del socialismo existente antes de su aparición en el firmamento ideológico europeo, llamándolo con el nombre de el socialismo utópico, por oposición a su socialismo científico, por él definitido como ateo, clasista, combativo, internacionalista y partidario de la revolución autocrática, a través de la toma del poder por la vía armada, para la instauración de la dictadura del proletariado, que provocaría la abolición de las clases sociales, dejando en pie una sola clase social proletaria. A ese socialismo científico, la historia lo conoce bajo los nombres alternativos de el marxismo o bien, de el comunismo. 

Entonces, necesariamente, el socialismo utopico a que se refería Marx era el socialismo veradadero de Karl Grün y de Pierre Prohudom, es decir, el socialismo nacional (léase: el nacional socialismo = el nazismo decimonónico = el nazismo original = el grünismo = el prohudonismo = la doctrina social de la iglesia).  

Y ya vimos que ese nazismo decimonónico tenía una expresión de centro derecha (el social cristianismo) y una expresión de centro izquierda (el social democratismo = la social democracia).  

Desde que Marx dijo que el socialimo nacional era esencialmente burgués y contrarevolucionario, todos los marxistas del mundo empezaron a llamar al socialismo científico con el nombre de el comunismo; de modo tal que el espectro de la izquierda ideologizada quedó repartido entre los anarquistas, los socialistas y los comunistas (1874). 

Si esas sutilezas ideológicas habían quedado tan claras para todos los marxistas, no se entiende bien por qué motivo Stalin, en 1924, es decir, a casi cincuenta años de clausurado el debate, vuelve a llamar a su pensamiento político con el nombre de el socialismo real. 

Y a mi se me ocurre que, la verdad, es que Stalin no era tan marxista como Lenin,  sino más bien engelista y por ende, partidario del socialimo verdadero (léase: el socialismo nacional = el nacional socialismo = el nazismo decimonómico =  el nazismo original = el grünismo = el prohudonismo = el engelismo = la doctrina social de la iglesia); claro que a la rusa o, si se prefiere, a la Stalin, obvio. 

Y el nazismo decimonónico a la rusa, es decir, el socialismo real, también sería conocido por la historia universal con el nombre alternativo de el stanilismo. Right? 

Y tanta razón creo que tengo que fijate vos que lo primero que hizo Stalin después de hacerse cargo de la jefatura del estado soviético fue dotar de los símbolos patrios a La Unión Soviética (léase: la bandera, la escarapela, el escudo y el himno), que son los íconos de la burguesía nacional, y no del proletariado internacionalista, claro está. 

No contento con eso, Stalin emitió un sello postal soviético, que es el que ilustra este artículo, donde aparecen no sólo Marx, Engels y Lenin, sino también, él mismo (léase: Stalin), elevándose a si mismo al nivel de los otros tres, y sacralizando a los cuatro como los próceres de La Unión Soviética, lo cual no es muy proletario ni internacionalista que digamos. ¿Verdad? 

Y como si eso no fuera poco, resulta que Stalin motorizó el proyecto de dotar al parlamento unicameral soviético (léase: el soviet supremo) una segunda cámara legislativa, con el rango de cámara baja, a la que llamó con el nombre de el soviet de las nacionalidades. 

En otras palabras, próceres soviéticos, símbolos patrios soviéticos, cámara legislativa especial para las naciones soviéticas. Y si eso es marxismo, entonces yo soy La Mona Gimenez.

Y si me dijeran que estoy muy equivocado, respondería que veremos, veremos y pronto lo sabremos.


[1] La libre expresión y la segura circulación de la información contenida en el presente documento se halla jurídicamente garantizada por la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 (Art. 19), la Constitución Nacional de la República Argentina de 1995 (Art. 14),  la Ley Nacional N° 26.032 de 2005 y el Código Penal de la Nación (Arts. 153 y 155).
 
[2] Para uno de Los Siete Grandes Sabios de Grecia (Solón) El Cisne Negro es la alegoría de un hecho que es teóricamente posible, pero que todos creen que es prácticamente improbable, pues si ocurriera sería catastrófico.
 
[3] En algún momento de su vigencia (1921-1945), El Movimiento Solidarista Mundial (MSM) estuvo integrado por Japón, China, Afganistán, Persia, Arabia Saudita, Irak, Siria, Líbano, Turquía, Bulgaria, Rumania, Finlandia, Suecia, Polonia, Hungría, Austria, Italia, Alemania, Bélgica, Francia, España, Portugal, los EEUU, Dominicana, Cuba, México, Guatemala, Colombia, Chile, Bolivia, Brasil y la Argentina. Conste.

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