sábado, 23 de junio de 2012

289 Historia (Rusia)


Año I – Primera Edición – Editorial: 00000289 [1]



El Cisne Negro [2]
El Diario Digital de la Historia y de la Geopolítica
Viernes 22 de Junio de 2.012.





La Gran Marcha Hacia El Este IX
Por Rubén Vicente 

En 1881, como consecuencia de su magnicidio, sobrevino el fallecimiento de su majestad, el monarca de El Gran Imperio Ruso (La Gran Rusia = La Gran Madre = La Matrioshka), Mcl. ER ® Dr. Alejandro II Romanoff (63), sucediéndole en sus alta dignidad esotérica, en sus bienes patrimoniales, en su grado militar y en su alto título de nobleza (la grandeza) su primogénito, es decir, su alteza, el duque de Smolensko, Mcl. ER ® Dr. Alexander Romanoff (36), quien comenzó a gobernar bajo el nombre nobiliario de Alejandro III (1881-1894). 

Luego de la insurrección general en los campos y en las fábricas, que alcanzara sus puntos culminantes con el movimiento sesecionista jabadista uraliano, con la breve segunda guerra civil rusa que lo hizo fracasar, con la condena a muerte de sus líderes y con el magnicio del zar ruso, que fue una señal de alarma para el mundo entero (orbis), quedó claro que las revoluciones europeas de la primera mitad del siglo diecinueve habían llegado a Rusia, dejándole a su clase derigente (la corte, la nobleza, el clero y la alta burguesía) la opción de la represión indiscriminada y feroz de todo intento de cambio social o bien, la serena y prudente reflexión destinada a generar cambios formales que, en el fondo, no fueran sustanciales, aplicando el lema sempiterno de la francmasonería universal colorada, que es que todo debe cambiar, pero para que nada cambie en realidad. ¿Cómo? 

En semejante contexto, lo primero que hizo el nuevo zar ruso (Alejandro III) fue organizar el primer censo nacional ruso, pero con aclaración de la religión de los censados, dejando tranquilos a todos, pero ordenando la inmediata expulsión de cuanto jabadista, comunista y sospechoso de trabajar para la inteligencia exterior británica registrara antecedentes policiales. 

En segundo lugar, giró al parlamento ruso (léase: el consejo de los boyardos = el parlamento de la élite) un proyecto de ley que recibió inmediata aprobación, en cuya virtud se declaró la creación de una suerte de cámara de los comunes rusa, a la que tendrían acceso los magnates plebeyos, aunque no poseyeran títulos de nobleza morganática, dejando convertido al parlamento ruso en un auténtico poder legislativo, bajo el modelo británico decimonónico de la monarquía constitucional semi-participativa (léase: la democracia constitucional representativa).  

En tercer término, Alejandro III también giró al nuevo parlamento imperial (léase: la gran duma), otro proyecto de ley que también fue aprobado a libro cerrado, en cuya virtud fue declarada la abolición de la servidumbre feudal y la autorización legal para la conformación de asociaciones civiles sin fines de lucro, tanto de los labradores rurales (léase: las ligas agrarias) como de los trabajadores urbanos (léase: los sindicatos).

En cuarto lugar, el zar ruso convocó las primeras elecciones generales dignas de ser calificadas como tales, triunfando en ellas, con fraude, el partido conservador, siendo reconocido como primer ministro (el canciller imperial), su alteza, el duque de Orlov, Alte. AR ® Dr. Serguei Witte (40); cuyo ministerio del interior, cumplimentando expresas órdenes de su majestad, firmó dos resoluciones administrativas de gran importancia (2). 

Una fue pública, implicando el reconocimiento de la personería jurídica y política de una nueva asociación civil sin fines de lucro, que comenzó a girar bajo el nombre de Partido Social Demócrata de Rusia (PSDR), cuyo primer secretario general fue el Cda. Dr. Georgi Pleganov (34).  

Y la otra fue reservada, creando la policía secreta, gremial y política, que recibiría el nombre de La Cheka, específicamente diseñada para la lisa y llana detección, identificación y eliminación física clandestina de elementos actual o potencialmente radicalizados o ultra radicalizados (léase: los anarquistas). 

Desde entonces, la antigua policía imperial (léase: la okhrana) redujo su función de inteligencia de estado a la nueva función específica de la inteligencia criminal, manteniendo la función de resguardar la seguridad pública y ciudadana. Conste. [3] 

Parelamente, el primer ministro Orlov emitió un decreto también secreto en cuya virtud creó los servicios de informaciones de las fuerzas armadas rusas (léase: la inteligencia militar y la inteligencia naval), encomendándoles comenzar a planificar y ejecutar operaciones de inteligencia de estado exterior, tendientes a concretar tres objetivos estratégicos (3). 

El primero era establecer el control exclusivo y excluyente de Rusia sobre el reino yugoslavo de Serbia, con el propósito de secesionar al país balcánico de La Yugoslavia Turca. El segundo fue establecer el control exclusivo y excluyente de la red de contrabando clandestina rusa en América del Norte (El Canadá y los EEUU), extendiendo sus áreas operacionales a la totalidad del territorio nacional de ambos estados. Y el tercero fue establecer una red de espionaje militar y naval en toda Europa Occiental (léase: La Cisleitania), destinada a la desestabilización de Gran Bretaña, tanto en la metrópolis como en su dominios, colonias y poseciones (léase: Las Islas Británicas, Nueva Zelanda, Australia y La India Británica); la cual recibiría el nombre de La Orquesta Blanca.  

Finalmente, el primer ministro Orlov emitió los decretos necesarios para crear una nueva empresa estatal de energía, que comenzó a girar bajo la razón social de La Compañía Rusa de de los Hidrocarburos, con domicilio legal en la ciudad de Moscú, pero con sede administrativa en la ciudad georgiana-caucásica de Baku, que empezó a operar bajo la marca comercial de Lukoil OOO. [4]  

En otras palabras, gracias a Alejandro III, Rusia entraría tardía pero plenamente en la profusa, difusa y confusa edad contemporánea, con todo lo que ello implia, y nada más, claro está. [5] 

Y si me dijeran que estoy muy equivocado, respondería que veremos, veremos y pronto lo sabremos.


[1] La libre expresión y la segura circulación de la información contenida en el presente documento se halla jurídicamente garantizada por la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 (Art. 19), la Constitución Nacional de la República Argentina de 1995 (Art. 14),  la Ley Nacional N° 26.032 de 2005 y el Código Penal de la Nación (Arts. 153 y 155).

[2] Para uno de Los Siete Grandes Sabios de Grecia (Solón) El Cisne Negro es la alegoría de un hecho que es teóricamente posible, pero que todos creen que es prácticamente improbable, pues si ocurriera sería catastrófico.

[3] En futuros artículos de la serie titulada con el nombre de La Revolución Rusa, El Cisne Negro se abocará al análisis de las figura de Pleganov, Bakuning, y otros dirigentes anteriores a Lenin, Trotsky y Stalin. Previo ello, se publicará otras dos series de artículos vinculados con el judaismo y con el sionismo, por considerarlos como dos vertientes alternativas del jabadismo. Conste.

[4] La tripleo O equivale a la sigla SAE (léase: sociedad anónima del estado).

[5] Una vez, conversando con mi ex mujer, hermana en Cristo y amiga del alma (Betina Martelli), yo buscaba el modo de caracterizar el mundo que no tocaba vivir a los nacidos a mediados del siglo veinte. Betina es un espíritu práctico, poco dado a las reflexiones filosóficas, prefiriendo la acción material, pura y concreta, traducida en la virtud organizativa, tanto para las cosas serias (la administración del hogar, el trabajo, la profesión, la docencia, las obras de caridad), como para las cosas divertidas (los juegos de mesa, los sorteos, los paseos, los regalos, las salidas, las celebraciones, los viajes, etc.). Y desde ese lugar, casi sin pensarlo, disparó una frase que se me ocurre que es una auténtica genialidad, pero que creo era su manera de concluir un debate que ya se le estaba tornando aburridito. Me dijo: “Mirá gordi querido, yo pienso que la realidad de hoy día es profusa, difusa y confusa, así que mejor, pongámonos en movimiento, que ya es casi el mediodía y nos cierra la tintorería” (sic). Y desde entonces, me compré su genialidad, que me demostró que aunque yo sea un traga libros, la inteligente es ella, y este pretende ser mi humilde homenaje a su brillante intelectualidad, que me hace repetarla y admirarla tanto. TQM. Besos.  

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