domingo, 3 de junio de 2012

272 Historia (Gran Bretaña)


Año I – Primera Edición – Editorial: 00000272 [1]



El Cisne Negro [2]
El Diario Digital de la Historia y de la Geopolítica
Lunes 4 de Junio de 2.012.





El Último León III
Por Rubén Vicente 

A finales de 1935, luego de un reinado de veinticinco años, en su castillo feudal del ducado de Balmoral, como consecuencia de un ataque cardíaco, sobreviene el fallecimiento de Jorge V, sucediéndole en sus bienes patrimoniales y en sus títulos de la alta nobleza (la grandeza), su primogénito, es decir,  su alteza imperial, el flamante gran maestre (el gran rabí) de La Hermandad de la Jarretería, que es la rama británica de la francmasonería universal (la venerable hermandad roja = la masonería colorada = la masonería escocesa = la masonería católica = la masonería papista = la masonería sagrada = la masonería divina), como así también, duque de Cardiff, conde de Cardiff y príncipe de Gales, Cnel. BRA Dr. Edward Battemberg Mountbaten (a) El Cripto Católico (a) El Principe Nazi (41), quien es inmediatamente ascendido al grado de gran mariscal, operándose su pase a retiro. 

El veinte de enero de 1936, el Gn. Mcl. Mountbaten es coronado en La Abadía de Westminster, comenzando a reinar bajo el nombre nobiliario de Eduardo VIII. Desde ese momento, estalla una crisis política en el seno del consejo privado de su magestad, por varias razones.  

La primera es que el nuevo monarca británico profesa subrepticiamente la religión verdadera (el catolicismo apostólico romano), siendo su objetivo contribuir en todo lo que le sea posible a la causa de la reconciliación de la iglesia anglicana con la santa sede romana.  

La segunda es que, en absoluto secreto mortal (la omertá), Eduardo VIII planea contraer matrimonio católico apostólico romano con su concubina norteamericana católica divorciada, Missis Wally Simpson (39). [3]  La tercera es que Eduardo VIII pretendía que Alemania, Gran Bretaña y los EEUU sean los tres grandes pilares del III Reich, siendo coronado como su primer monarca, pero delegando el poder político en la persona del entonces presidente y primer ministro, Gn. Mcl. SS Ing. Adolf Hitler (a) Johannes Wolf (a) Hans Deutsche (a) El Fuhrer (46); para neutralizar el expansionismo comunista de La Unión Soviética. Y la cuarta es que Eduardo VII estaría de acuerdo en que la dinastía de los Mountbaten sea reemplazada por la nueva dinastía de Los Hitler. ¿Cómo? 

En otras palabras, Eduardo VIII pretendía una transformación instittucional tan grande como la operada en el siglo dieciseis por su antecesor (Enrique VIII), lo cual, en opinión del pueblo, del parlamento, del gobierno y del consejo privado sería, lisa y llanamente, traición a la patria, y nada más.  

Desde entonces, Churchill comenzó a pergeñar la idea de planficar y ejecutar la operación de regicidio de Eduardo VIII, y nada más, claro está. Afortunadamente, en el décimo mes de su reinado, Eduardo VIII toma la grave decisión de abdicar su trono a favor de su hermano menor, es decir, el Cap. Nav. BRN Arq. Henry Battemberg Mountbaten (a) El Tartamudo, de treinta y ocho años de edad, quien es inmediatamente ascendido al grado de gran almirante, operándose su pase a retiro, comenzando a reina bajo su nombre nobiliario de Jorge VI. 

Inmediatamente después de su coronación, el nuevo monarca británico lanza un llamado nacional a prepararse para una eventual confrontación económica, diplomática y militar (léase: geopolítica) entre Gran Bretaña y El III Reich, argumentando que Alemania está en contra del capitalismo, liberal, democrático, patriótico y cristiano, que es la base ideológica del occidente europeo y norteamericano, es decir, del occidentalismo contemporáneo, y nada más, claro está.  

En otras palabras,  Jorge VI ratifica la voluntad de Gran Bretaña de marchar a la segunda guerra mundial, y nada más, claro está. Pero ya se sabe que en Gran Bretaña los monarcas reinan pero no gobiernan, y la realidad demuestra que el gobierno conservador de su majestad, liderado por Baldwin, sencillamente, no está dispuesto a enviar a Gran Bretaña a la segunda guerra mundial, ni nada por el estilo.  

Consecuentemente, la crisis política del consejo privado de su magestad se reduce a una puja intestina en la que se enfrentan todos sus miembros contra Winston Churchill. Sin embargo, desde el estallido de La Guerra Civil Española (1936-1939), el ministro de asuntos exteriores (Lord Halifax), se alinea con Churchill, comenzando a extrangular la propia posición política de Baldwin.

En resumidas cuentas, a esta altura de su vida y de su carrera política, además de ser un maldito satanista corrupto camaleónico, resulta que Churchill es también un regicida en grado de tentativa y un belicista furibundo. ¡Y después me dicen de Hitler, por favor! 

A principios de 1938, Churchill se presentó ante la cámara de los comunes, para informar que los servicios de inteligencia militares habían calculado que El III Reich ya llevava invertidos cuatro millones y medio de libras esterlinas en el financiamiento del Plan Armamentístico Alemán (PAA), planeando duplicar ese monto en los próximos tres años, totalizando entonces nueve millones de libras. [4] 

Por esa razón, el primer ministro conservador (Lord Chamberlain), acepta la propuesta de Italia de celebrar La Conferencia de Munich. En ese contexto, Gran Bretaña, Francia, Alemania e Italia (léase: Los Cuatro Grandes de Europa) acuerdan secretamente que será aceptada la unión (der anschullus) de Austria, de Checoslovaquia, de Polonia, de Hungría, de Rumania y de Bulgaria a El III Reich, a cambio de que Almania tome a su cargo la tarea de planficar y ejecutar absolutamente todas las operaciones militares necesarias para concretar el objetivo de causar, nada más ni nada menos, que la destrucción hasta los cimientos de La Unión Soviética de Stalin (59).  

A su regreso a la capital británica (Londres), Chambelain declaró públicamente: "Hemos salvado la paz de Europa" (sic). Al día siguiente, Churchill declaró públicamente que: "Les dieron a elegir entre la guerra y el deshonor, y han elegido el deshonor, pero además, deberán ir a la guerra" (sic). ¿Cómo? 

Ya en marzo de 1939, en cumplimiento de ese pacto secreto muniqués, Alemania anexo Checoslovaquia a El III Reich y, el treinta de agosto, Alemania y La Unión Soviética firmaron El Pacto Molotov Ribbentrop, en cuya virtud se operó la unión (der anschluss) de La Unión Soviética El III Reich, disfrazándose la misma bajo el ropaje de un pacto de no agresión ante la inminencia del estallido bélico angloalemán, claro está.  

Fue entonces cuando Churchill y Halifax se entrevistaron a solas con Jorge VI, haciéndole entender que eso no fue lo pactado en Munich (¿¿¿???), sino que Alemania destruyera hasta los cimientos a La Unión Soviética, ocurriendo exactamente lo contrario y convenciedo al monarca de que la única manera de que Francia y Gran Bretaña no fuera también fagocitadas por El III Reich, era declararle la guerra a Alemania, ni bien se opere la incorporación de Polonia a El III Reich.  

Exactamente a las cuatro de la mañana del viernes primero de septimbre, las fuerzas armadas de El III Reich invadieron Polonia. Dos días más tarde, Gran Bretaña y Francia declararon sorpresivamente la guerra a Alemania, enterándose de que Londres y París no estaban de acuerdo en que La Unión Soviética haya sido anexada en vez de destruída, por la sencilla razón de que Chamberlain y Dalladier calculaban que una guerra soviético-germana, debilitaría lo suficente a El III Reich como para que fuera destruído, justamente, por Gran Bretaña y por Francia, claro está.  

Pero nada, porque la cuestión es que había estallado, nada más ni nada menos, que La Segunda Guerra Mundial, que definiría si el mundo seguiría siendo británico, o si por el contrario, sería alemán, pero de una vez y para siempre, y nada más, claro está.  

Paralelamente, La Unión Soviética desplegó sus fuerzas militares en Polonia Oriental y Finlandia, mientras Alemania se lanzó sobre Polonia Oriental, Dinamarca y Noruega, a la vez que Suecia se declaraba neutral, pero en realidad, operaba como un aliado no beligerante de El III Reich. [5] 

Y si me dijeran que estoy muy equivocado, respondería que veremos, veremos y pronto lo sabremos.


[1] La libre expresión y la segura circulación de la información contenida en el presente documento se halla jurídicamente garantizada por la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 (Art. 19), la Constitución Nacional de la República Argentina de 1995 (Art. 14),  la Ley Nacional N° 26.032 de 2005 y el Código Penal de la Nación (Arts. 153 y 155).

[2] Para uno de Los Siete Grandes Sabios de Grecia (Solón) El Cisne Negro es la alegoría de un hecho que es teóricamente posible, pero que todos creen que es prácticamente improbable, pues si ocurriera sería catastrófico.

[3] Wally Simpson profesaba la religión calvinista. Consecuentemente, para la iglesia católica apostólica romana, ella era soltera. Conste.

[4] Equivalentes en abril de dos mil doce a sesenta mil millones de dólares estadounidenses billete (60 MMD´s). Conste.

[5] Jamás olvidemos que, en ese momento, el III Reich era el estado lider del Movimiento Solidarista Mundial (MSM), que era el área de influencia gepolítica mundial de Hitler, integrada por Japón, China, Afganistán, Irán, Arabia Saudita, Turquía, Bulgaria, Rumania, Hungría, Suecia, Bélgica, Italia, Francia, España, Portugal, Irlanda, Dominicana, Cuba, México, Chile, Bolivia y el Brasil. Conste.

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