viernes, 30 de diciembre de 2011

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Año I – Primera Edición – Editorial: 000000026

El Cisne Negro [1]
El Diario Digital de la Historia y de la Geopolítica
Sábado 1° de Octubre de 2.011.



Mogolandia Va con Vos
Por Rubén Vicente

¿Si usted fuera el marido, a cuál de estas dos mujeres le querría perdonar que le haya chocado el auto?

La yegua infartante es Giselle Bundchen, que filmó un comercial de la marca Hope, que les aconseja a las mujeres cómo tienen que hacer para calmar la ira de sus cónyuges recién anoticiados del accidente vial que ellas han provocado.  

El loro represor es la secretaria de la mujer brasileña Iriny Lopes, que acaba de emitir una resolución administrativa de prohibición de esa publicidad, por entender que la misma "… refuerza el esteriotipo de las mujeres como objetos sexuales" (sic).

Si mal no recuerdo, Freud sostenía que la mujer es el objeto sexual deseado por el hombre y que el hombre es el objeto sexual deseado por la mujer, porque el sexo es vida. Obvio.

Y si no, preguntémosle a las diosas del carnaval, de la moda, del cine, de las telenovelas y de la publicidad, que no creó que estén para nada de acuerdo con esa funcionaria petera, digo petista.

Y no me digan que soy irónico y ofensivo. Ella es la ignorante, que no entiende nada acerca de la naturaleza fundamentalmente erótica de todos los seres humanos, sin excepción alguna, y que disfraza su patológico lesbianismo evidente, bajo un respetable manto del ateismo-marxista-feminista-militante, supuestamente defensor insigne de los derechos de género, mientras agrede con saña, premeditación y alevosía, nada más ni nada menos, que a la ultra sanísima pulsión sexual de los varones héteros, que es un don divino, angustiosamente anhelado por millones de mujeres que no se cansan de repetir desoladas que ya no quedan hombres, y que no debe ser limitado, restringido o inhibido en modo alguno mientras no implique violencia, física o moral, porque vivimos en una sociedad civilizada y democrática, que merece crecer y multiplicarse como lo manda la madre naturaleza y la santa religión. ¿O no? [2]

Los mensajes subliminalmente psicóticos y absolutamente contradictorios que emanan del poder brasileño en estos tiempos son desopilantes, por no decir trágicos: a) No fume, dróguese; b) no apueste compulsivamente en el jogo do bicho, vote a un payaso para diputado federal; c) dígale no a las carnes rojas sudamericanas, consuma comida chatarra norteamericana; d) no lave dinero, tolere la inflación; e) no dañaremos los bosques nativos, expandiremos la frontera agrícola amazónica; f) prevéngase del cáncer de colon, respete el matrimonio entre dos varones; g) Dígale no a los gases de efecto invernadero, dígale si al Pre Sal; h) Bregaremos por la paz, tendremos el submarino nuclear; i) No seduzca a su marido, chóquele el auto; etc., etc., etc.

Y encima, esta reverenda hija del gigante sudamericano, nos quiere hacer creer que ella es un ser pensante y coherente, que está cambiando la sociedad para hacerla más justa, aunque más parezca la inquisición totalitaria de la post modernidad, que no tortura, pero logotomiza que es peor.

Por lo menos Goebels decía miente, miente, que algo quedará. Cuando las estereotipas torquemádicas como Iriny Lopes digan toda la verdad, no quedará nadie para creérsela, porque estaremos todos internados en el manicomio, gritando no estoy loco, yo creía en la libertad.   

Y si me dijeran que estoy muy equivocado, respondería que veremos, veremos y pronto lo sabremos.


[1] Para uno de Los Siete Grandes Sabios de Grecia (Solón) El Cisne Negro es la alegoría de un hecho teóricamente posible que todos creen que es prácticamente improbable, pues si ocurriera sería castastrófico.

[2] En definitiva, la ciencia es una cuestión de fe en la posición u opinión de que se trate. El parecer de la Asociación Americana de Psiquiatría es que el homosexualismo (masculino y femenino) es una enfermedad mental leve, encuadrable en la categoria de las neurosis que, sin embargo, no le impide a los pacientes, llevar una vida casi completamente normal, salvo que como toda neurosis, ella degenere en casos más graves de psicopatía o aún de psicosis. De acuerdo con esta opinión científica a la que adhiero, carecen de validez las posiciones contrarias que sostienen que el homosexualismo no es una enfermedad, sino más bien, una determinada eleccción libre y voluntaria del objeto sexual deseado. Eso no quiere decir que las lesbianas deban dejar de ser respetadas, sino que los héteros sexuales tienen el derecho legítimo de expresar sus opiniones con la misma libertad, sobre todo si se sienten gratuitamente agredidos en sus sentimientos.

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