Año I – Primera Edición Simulada – Editorial: 000000011
El Cisne Negro [1]
El Diario Digital de la Historia y de la Geopolítica
Domingo 4 de Septiembre de 2.011.
El Oro de Papel
Por Rubén Vicente
Históricamente, han existido cuatro grandes clases de dinero. El primero es la masa de los billetes en circulación (M1). Luego vienen las letras (M2), es decir, los pagarés, los cheques, las letras de cambio y todos los demás títulos de credito. También están las acciones de las empresas (M3) y, finalmente, vienen los bonos del tesoro (M4). Las cuatro formas del dinero integran la base montaria (BM).
Pero sucede que, habitualmente, más del cincuenta por ciento del M1 está depositado en los bancos que, a cambio de ese circulante inmovilizado, emiten los certificados de caja de ahorro o de plazo fijo que, técnicamente hablando, son letras, es decir, M2.
Los miembros de las sociedades comerciales propietarias de las empresas aportan su capital, contra el cual, la sociedad emite las acciones (M3). Finalmente, por el dinero que los particulares, las empresas y los bancos le prestan al gobierno, éste emite los bonos del tesoro (M4).
De esta manera, las letras (M2), las acciones (M3) y los bonos (M4) están respaldados en el circulante (M1) que, a su vez, está respaldado por la reserva monetaria (RM).
Por eso, la ecuación montaria es RM = BM = M1+M2+M3+M4.
Sin embargo, desde La Gran Depresión (1929-1936), siguiendo los consejos de sus contadores, los grandes especuladores bursátiles estadounidenses (Henry Ford, David Rockefeller, Joe Kennedy, Joseph Mayer Lanski, Alfonse Capone, etc.), comenzaron a emitir un nuevo tipo de letras que recibieron el nombre de los derivativos.
Técnicamente hablando, un derivativo es nada más que un pedazo de papel que no representa absolutamente nada pero que, sin embargo, es emitido sin límites, sin respaldo en nada y, sobre todo, sin control de nadie, para documentar apuestas sobre los precios futuros de lo que sea (commodities, billetes, letras, acciones y bonos), que los especuladores usan como medio de pago de sus deudas, es decir, como si fuera dinero.
Durante La Guerra Fría (1946-1991), el mundo entero fue progresivamente inundado de los derivativos, fundamentalmente nominados en la moneda del comercio mundial (el dólar) y, básicamente, emitidos en cantidades siderales por los portaviones norteamericanos (JP Morgan, City Group, Bank of America, Wells Fargo, Standard Oil, General Motors, AIG y Lehman Brother´s).
A lo largo de La Post Guerra Fría (1991-2001), los derivativos comenzaron a cotizar en Wall Street y en las grandes bolsas asiáticas y europeas, transformándose en un nuevo tipo de letras (M2), pero luego del estallido de La Segunda Guerra Fría (2001-2007), el mundo entero (orbis) comenzó a emitir derivativos nominados en otras monedas fuertes (yenes, yuanes, francos, euros y libras), llegando varios gobiernos a financiar sus deficits fiscales, justamente, con los derivativos (Abu Davi, Grecia, Hungría, Austria, España, Portugal, Irlanda e Islandia), recibiendo esos paises el mote vulgar de los PIG´s.
Para principios de 2008, circulaban por el mundo más de 150 BD´s en derivativos nominados en dólares, que es algo así como diez veces el PBI de los EEUU del año anterior (10). [2]
No debió haber sido sorpresivo para nadie que, con semejante excedente monetario, representado básicamente por los derivativos (los papeles basura = los activos tóxicos), sobrevienera La Quiebra de Lehman´s, que oficializó el estallido de La Segunda Gran Depresión (2008-2018), que ya pulverizó a General Motors, a AIG y a los PIG´s, y seguirá cobrando víctimas, claro está.
Desde el punto de vista de la economía clásica (el monetarismo) existen tres únicos remedios para solucionar definitivamente La Crisis Mundial, que son: 1) Comprar oro, hasta que el dólar esté respaldado en metálico al ciento por ciento (100%); 2) Dejar de emitir dólares sin respaldo en oro (no a la inflación); y 2) Declarar la caducidad de los derivativos nominados en dólares (cero especulación).
La consecuencia práctica de semejantes medidas serían: 1) La onza troy costaría cincuenta y tres mil dólares (U$S 53,000,00); 2) La pérdida de la supremacía mundial de los EEUU; y 3) La quiebra de los portaviones norteamericanos aún sobrevivientes (JP Morgan, City Group, Bank of America y Wells Fargo). Políticamente, esto es inaceptable (no way).
Por eso, Washington se ha embarcado al mundo en la montaña rusa keynesiana de la flexibilización monetaria de las QE´s (1, 2 y 3), aunque estalle la guerra monetaria (el dólar débil) y la guerra comercial (el proteccionismo), o aunque sobrevenga la amenza potencial de estallido de la tercera guerra mundial (el holocauto nuclear = el armagedón = el apocalipsis now).
Lógicamente, en semejante contexto, cada uno resguarda el valor de sus bienes y defiende sus interes como mejor puede (delincuentes, mafias, carteles, redes terroristas, ciudadanos, entidades civiles, empresas, bancos, gobiernos y organismos internacionales).
Bajo esa comprensión, a la tradicional práctica asiática de acumular oro físico (joyas, monedas y lingotes), desde hace tres años (2008-2011), se le está sumando el nuevo negocio de los especuladores de ojos rasgados, principalmente los chinos, que han comenzado a jugar a la ruleta rusa con los derivativos vinculados con el precio futuro del oro.
Como cada vez hay menos oferta de oro y la demanda crece exponencialmente, una alternativa es negociar en derivativos del oro, que no son otra cosa que papel pintado, y nada más, claro está.
La consecuencia práctica de semejante especulación china a mediano plazo es el estallido de la burbuja, las mega quiebra de las pymes, el giga desempleo y la paralización sine die de las importaciones del gigante asiático (carnes, cereales, maderas, hidrocarburos y metales industriales).
Si además de los EEUU, resultara que China también se engripara, todo el Lejano Oriente y Europa terminarían postrados, y ni hablar del resto del mundo, América Latina incluída, porque ni los restantes BRIC´s (Rusia, India, Sudáfrica y Brasil) estarían en condiciones de capear el tsunami global, autoimponiéndose el roll de locomotoras sustitutas de la economía global xino-americana.
Siendo así, la pregunta es: ¿Dejarán los chinos de jugar con ese oro de papel? Respuesta de la bonaerese: Negativo. Entonces: ¿nos estamos yendo al demonio mal?. Respuesta de la federal: Afirmativo.
Y si me dijeran que estoy muy equivocado, respondería que veremos, veremos y pronto lo sabremos.
[1] Para uno de Los Siete Grandes Sabios de Grecia (Solón) El Cisne Negro es un hecho teóricamente posible que todos creen que es prácticamente improbable, pues si ocurriera sería castastrófico.
[2] MD´s significa millones de dólares; MMD´s significa miles de millones de dólares y BD´s significa billlones de dólares.
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