jueves, 22 de diciembre de 2011

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Año I – Primera Edición – Editorial: 000000021

El Cisne Negro [1]
El Diario Digital de la Historia y de la Geopolítica
Jueves 22 de Septiembre de 2.011.


La Yeta de la Virginidad
Por Rubén Vicente

Gracias a Erick Díaz y a Net.Joven.pe, ya el lunes nueve de septiembre pasado, nos enteramos que a algunos jugadores con ascendente sobre el resto del equipo de primera división de futbol del Club Atlético Colón de la ciudad de la Santa Fe de la Veracruz, que es la capital de la provincia argentina de Santa Fe, que es la segunda en importancia de la Argentina, que es el tercer país de América Latina, se les ocurrió la peregrina idea de que la estatua de más de dos metros de altura de La Virgen de Guadalupe, que estaba emplazada en el hall central de la sede de la entidad zabalera, que es como se la conoce por aquellos lares, para decirlo en slang post moderno argentino, trae mala honda, es decir, da mala suerte (¿?).
Esa creencia supersticiosa, entre insólita y descabellada, surgió luego del clásico local entre Colón y su archirrival (Unión) del miércoles treinta y uno de agosto, y se transformó en un petitorio de todo el equipo a un miembro de la comisión directiva, que incurrió en la demencia trasitoria de elevar el reclamo a conocimiento y decisión de toda la comisión directiva que, escalando hasta el nivel del delirio, aprobó una resolución administrativa que dispuso la lisa y llana remoción de la representación de la virgen más venerada por los mexicanos en toda esta región del planeta, y de no pocos argentinos, claro está.
El justificativo para semejante acto de inequívoca militancia anti católica, anti cristiana, pro ateismo y pro satanismo, fue que la estatua debía ser restaurada para luego ser bendecida por las autoridades eclesiásticas, que es como creer que hay que dinamitar el Vaticano para salvar a Italia del default, o algo por el estilo.
Afortunadamente, en la víspera, el club de la locura emitió un comunicado a través del cual le pide perdón a la comunidad por el desatino, recibiendo horas más tarde la pública aceptación de la disculpa de su eminenencia reverendísima, el señor arzobispo de la arquidiócesis de Santa Fe, Msr. Dr. Dn. José María Arancedo.
Y nada. Parece sólo una zoncera más de estos tiempos mundiales casi preapocalípticos, en los que reinan la mediocridad de las dirigencias, la corrupcción de las instituciones y la violencia de las fieras mercenarias que andan sueltas por todos lados, claro está.
Sin embargo, deteniéndose un poco a analizar el incidente con ojos de criminólogos de lechería, o  bien de expertos en seguridad nacional de cafetín, no podemos evitar que la cabeza se nos vuele hacia una hipótesis que el tiempo dirá si se confirma o termina en el cesto de la basura.
Lo que está sucediéndo en Santa Fé puede ser, nada más ni nada menos, que la punta del iceberg, que señala el inicio visible pero no tanto de una guerra entre bandas de narcotraficantes devotos de La Virgen de Guadalupe versus sus rivales creyentes en El Gauchito Gil, cuyo primer epicentro es el Club Colón de Santa Fe, que luego se extenderá a Unión de Santa Fé y a todos los clubes afiliados a la Asociación del Futbol Argentino (AFA), infectando hasta la septicemia a la pasión de multitudes, que es como se define mediáticamente al deporte más popular de la Argentina.
Y si, porque cuenta la leyenda que Antonio Gil fue un gaucho que enamoró a una joven, rica y estanciera pretendida por un alto jefe policial de la provincia de Corrientes, que era leal al partido liberal. Gil se afilió al partido automista (el conservador), participando en la guerra civil correntina, desertando luego, siendo capturado por su rival en el amor y colgado de un espinillo. Justo antes de morir, Gil le dijo al verdugo que su hijo enfermo terminal se salvaría si rezaba por su alma, y el niño sanó compleamente a los pocos días. El milagro hizo que un siglo y medio más tarde El Guachito Gil sea venerado en toda la Argentina como un santo popular no canonizado, pero su principal santuario está en Corrientes, separada de Santa Fe por el río Paraná, es decir, por La Hidrovía del Mercosur, también usada para transportar la cocaina boliviana y la marihuana paraguaya hacia Buenos Aires, Europa y los EEUU, claro está. No sé si me explico.

Y si me dijeran que estoy muy equivocado, respondería que veremos, veremos y pronto lo sabremos.


[1] Para uno de Los Siete Grandes Sabios de Grecia (Solón) El Cisne Negro es un hecho teóricamente posible que todos creen que es prácticamente improbable, pues si ocurriera sería castastrófico.

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