El
Diario Digital de la Historia y de la Geopolítica
Miércoles
10 de Abril de 2.013.
El Neonazismo Argentino
III
Por Rubén Vicente
Exactamente
el lunes dos de abril de 1945, cesaron los combates en la capital alemana
(Berlín), y el ejército soviético organizó la voladura de la cruz svástica de
piedra, de la cúpula del parlamento imperial germano, siendo ese el acto simbólico
que le dejaba saber al mundo entero (orbis) que había concluído la segunda
guerra mundial en Europa.
Las
fuerzas ruso comunistas, al mando de El Mariscal Vorshilov, empezaron a matar,
a secuestrar, a violar, a robar y a incendiar todo lo que se les pusiera a tiro
(léase: el terrorismo de estado soviético = el genocidio berlinés).
Fueron
tres semanas de pánico de la población civil, mientras los efectivos militares
eran internados en los campos de concentración rusos, en condiciones infrahumanas,
en fragrante violación a las convenciones ginebrinas, que regulaban el derecho
de la guerra.
Eso,
a El Mariscal Voroshilov, le importaba tres velines, porque él estaba obsesionado
con una sola idea, que era atrapar con vida a Hitler, que ya estaba con Eva Braun,
y con toda la plana mayor de El III Reich, embarcados en los submarinos
transatlánticos (léase: los lobos grises), que navegaban sin problemas, rumbo a
las lejanas costas desiertas de La Patagonia.
Y
los rusos se hartaron de reventar posibles escondites (léase: los bunkers), y
aunque los radioficionados nazis proclaman en la clandestinidad la noticia de
el fuhrer estaba vivo, sano, salvo e ileso, La Unión Soviética lo dio por
oficialmente muerto, igual que Gran Bretaña, Francia y los EEUU.
Sin
embargo, lo cierto es que los servicios de inteligencia civiles y militares
aliados organizaron en secreto la búsqueda por cielo y tierra del que sabían
que no
estaba muerto ni mucho menos.
Los
nazis habían hecho muy bien las cosas, porque los convencieron de que Hitler y
sus secuaces podían estar en La Palestina Británica, en Siria, en Egipto, en
España o en Portugal, pero jamás en ningún otro lado.
Ni
se imaginaban que el gran dictador tenía todo armado para que, desde La Nueva
Argentina de Perón, fuera lanzada La Operación ´IV Reich´, es decir, el neonazismo, que
primero sería argentino, después latinoamericano, luego nuevamente europeo y,
finalmente, otra vez mundial, y andá a la putten madren kete parrió, ja voll
mein fuhrer, ja ja já.
Si,
era todo un montaje nazi, verdaderamente genial, armado bajo el esquema de los
círculos excéntricos de confianza y lealtad (léase: los anillos de sacrificio),
que eran sucesivamente inexpugnables, como las puertas de acero de Maxwell
Smart, o algo por el estilo.
Y
el círculo de mayor confianza y lealtad, es decir, el primer anillo de
sacrificio, estaba situado, justamente, en La Finca Inalco, de La
Estancia San Ramón, del departamento de Correntoso, del territorio nacional argentino
de El Neuquén, que era la capital fantasma del gran reino fantasma de
Teutonia, que abarcaba toda La Araucanía Chilena y toda La Patagonia Argentina,
y que era el estado lider de El Cuarto Imperio Alemán (léase: Das IV Reich),
claro está.
Allí
vivían cómoda y tranquilamente Hitler, Eva Braun y sus grandes secuaces nazis,
con sus mujeres y con sus hijos, siendo el director general de su servicio de
inteligencia en el exhilio, es decir, de Odessa, el Mcl. SS Dr. Martin Bormann
(a) El Oso (45), que dicho sea de paso, parece que le coloba al agua de los
fideos a Eva Braun. ¡Ajá¡ [3]
Por
eso, lo primero que hizo El Oso Borman, fue convencerlo al fuhrer de que era
imperativo empezar a formar el segundo círculo de confianza y lealtad (léase: el
segundo anillo de sacrificio), en el cuartel general alternativo de
emergencia, de La Finca Alta Vista, de La Estancia La Anita, del
departamento de Guer Aike, del territorio nacional patagónico argentino de
Santa Cruz, que pertenecía, nada más ni nada menos, que a El Tío de Eva Braun
(léase: Mauricio Braun). ¿Cómo?
Si,
tal como lo escuchás. Mauricio Braun y Eva Braun eran tío y sobrina, y además,
La Finca Alta Vista miraba a El Lago Buenos Aires, y está a unos pocos
kilómetros de El Glaciar Perito Moreno, y de la villa de El Calafate.
Y
resulta que, en 1947, Perón firmó un decreto, creando el servicio de
inteligencia de la nación, que llevó el nombre de La Oficina de Control de
Estado (léase: La Side), cuyo primer director general fue el ex amante alemán, naturalizado argentino
de Eva Perón, es decir, el Cnel. SS Dr. Rudoph Freude (a) Rodolfito (a) Rudi (40).
Y
Perón le dijo a Rudi que se encargara de organizar El Partido Peronista (PP) en
los territorios patagónicos de La Pampa, del Neuquén, del Río Negro, del Chubut
y de la Santa Cruz.
Y
Rudi le contó a Perón lo que era El Proyecto América Alemana, y El Proyecto IV
Reich, y Perón le dijo que ya lo conocía, desde que fue agregado militar
en La Italia de Mussolini, antes de la segunda guerra mundial, cuando lo
comisionaron a Francia, a Alemania y a La Unión Soviética, vos qué te pensás
Rodolfito.
Por
eso, Perón y Rudi acordaron que unirían todos los proyectos, nazis y
peronistas, beneficiándose mutuamente, claro está.
Y
si me dijeran que estoy muy equivocado, respondería que veremos, veremos y pronto lo
sabremos.
[1] La libre
expresión y la segura circulación de la información contenida en el presente
documento se halla jurídicamente garantizada por la Declaración Universal de
los Derechos Humanos de 1948 (Art. 19), la Constitución Nacional de la
República Argentina de 1995 (Art. 14),
la Ley Nacional N° 26.032 de 2005 y el Código Penal de la Nación (Arts.
153 y 155).
[2] Para uno de Los Siete
Grandes Sabios de Grecia (Solón) El
Cisne Negro es un hecho teóricamente posible que todos creen que es
prácticamente improbable, pues si ocurriera sería castastrófico.
[3]
Por si no lo sabe, le cuento a mi amiga española, Elena Pérez Martin que, en La
Argentina, decimos que le cuelan el agua los fideos, haciendo el movimiento del colador, cuando se cuelan
los fideos, pero usando ambas manos, ja ja já. Besos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario