El
Diario Digital de la Historia y de la Geopolítica
Sábado
6 de Abril de 2.013.
El Primer Estado Nazi
Por Rubén Vicente
Después
de La Batalla de Kozovo (1385), El Gran Imperio de Tartaria era un descomunal macro
estado, que abarcaba, nada más ni nada menos, que la totalidad del planeta tierra, con
excepción de las cuatro periferias no tártaras (4), que eran América, Oceanía, El Africa Subsahariana y Europa
Occidental (léase: el sacro imperio).
La
unidad geopolítica de La Tartaria Musulmana se fracturó casi tres siglos más
tarde (1654), formándose dos estados tártaros sucesores (2), uno abarcando todo El Lejano
Oriente (Mongolia), y el otro comprendiendo todo El Cercano Oriente (Turquía).
En
1816, El Imperio Turco (léase: La Gran Turquía), con capital en la ciudad de
Bizancio (léase: Constantinopla = Istambul = Estambul), era gobernado por la dinastía de Los
Otmánidas (léase: los otomanos), cuya religión oficial era el islam de la
tradición (léase: la sunna = los sunnistas = el sunnismo).
Ese
año, su majestad, el Gn. Mcl. ET ® Dr. Mehmed II Otámidas (31), emitió un
decreto imperial, en cuya virtud dispuso el reconocimiento de la autarcía, de
la autarquía, de la autonomía y de la emancipación de los khnatos turcos de Afganistán,
Pakistán, Persia, Arabistán, Mesopotamia, Siria, El Congo, Egipto, Magreb,
Balcán y Anatolia (léase: la turquía propiamente dicha).
En
otras palabras, desde entonces, Turquía dejó de ser un estado unitario, para
transformarse en un estado federal, donde cada khanato, era un estado
emancipado del imperio (léase: la descentralización, administrativa y
política).
Esa
fue la primera señal de que Turquía entraba en una nueva face historica descendente
(léase: el declive), que sería interpretada correctamente, tanto por Gran
Bretaña, como por Rusia, y por todos los demás estados miembros de La Santa
Alianza.
Por
eso, desde entonces, Gran Bretaña empezó a fogonear la rebelión del sultanato
turco-balcánico de El Egeo (léase: Egea), que declaró su existencia material,
su constitución formal, su soberanía interior y su independencia exterior,
convirtiéndose en El Gran Reino de Grecia, con capital en la ciudad de Atenas,
gobernado por la nueva dinastía germano-luterana de Los Wettin que, sin
embargo, en función del objetivo de establecer el equilibrio europeo,
maniobraron para firmar un tratado de paz, amistad, navegación, comercio y
alianza (defensiva y ofensiva) con Gran Bretaña.
Desde
entonces, Grecia se posicionó como una colonia, internamente germana y
externamente británica, y obviamente, anti turca. Ese hecho, marcó el inicio de
lo que después se llamaría con el nombre de La Cuestión de Oriente
(1829-1908) que, traducida en buen cristiano, era la deglución de Turquía por parte de Gran
Bretaña y de Rusia, claro está.
En
todo ese período de casi ochenta años (80), La Santa Alianza fogoneó la suscesiva cesesión de los khanatos
turcos respecto de imperio otomano (léase: la gradual desintegración
territorial = la decadencia turca).
Pero
en 1908, sobrevino La Revolución de Los Jóvenes Turcos, liderados por su
excelencia, el señor jefe del estado mayor general (JEMG) del ejército
imperial, Mcl. ET Dr. Dn. Moustapha Kemal (a) Attaturk (37), conocido por la
historia universal como Kemal Attaturk.
Una
vez en control de los resortes del poder, el lider de la revolución declaró,
nada más ni nada menos, que la extinción del imperio otomano, y la
instauración de La República Islámica
de Turquía, con capital en la ciudad anatólica de Ankara, gobernada por
él (Kemal Attaturk), en calidad de presidente provisional.
En
ese entonces (1908), Turquía ya se había reducido a los khanatos, convertidos
en provincias, de Arabistán, de Mesopotamia, de Balcán, de Anatolia y de Siria;
esta última conformada por los sultanatos, convertidos en municipios, de
Damasco, del Líbano y de Palestina.
En
ese contexto, lo primero que hizo Kemal Attaturk cuando comenzó a ejercer la
presidencia provisional de la flamante república turca, fue maniobrar para
lograr materializar el objetivo de firmar un tratado de paz, amistad,
navegación, comercio y alianza (defensiva y ofensiva) de Turquía con Alemania,
con Austria Hungría, con Persia y con China, contra Rusia y contra
Gran Bretaña, es decir, contra los dos estados líderes de La Santa Alianza que,
para entonces, había cambiado de nombre, siendo su nueva denominación, la de El
Concierto de Europa.
De
esa manera, Turquía se posicionó como el tercer estado en importancia del bando
geopolítico de los imperios centrales, que eran los potenciales enemigos
de El Concierto de Europa, también conocido como la entente cordiale, integrada
por Gran Bretaña, Francia, Italia, Rusia y Japón; que estaban a punto de lanzarse,
nada más ni nada menos, que a la gran guerra mundial, y nada más, claro
está.
Por
eso, lo segundo que hizo Kemal Attaturk fue disponer la construcción del tramo
turco de El Ferrocarril Berlín-Bagdad, que le permitiría a Alemania y a Austria
Hungría comezar a transportar hacia Europa los hidrocarburos turcos por tierra,
y sin tener que depender de los fletes navales británicos.
Sobre
esa base, Kemal Attaturk comenzó a maniobrar para que se formara una asociación
civil sin fines de lucro, que comenzó a girar bajo la razón social de El Partido Nacional Socialista Turco
(PNST), del cual, él sería el primer
secretario general, que convocó las primeras eleciones generales turcas, de las
que participaron los conservadores, los liberales, los socialistas, los
comunistas y los nazis del presidente de la república, que se alzaron con la
victoria (42%), transformándose
Kemal Attaturk en un presidente legítimo.
Y
vieron Las Guerras Balcánicas de 1911 y 1912, y estalló La Gran Guerra Mundial
(1914-1918), al cabo de la cual, Turquía había perdido las provincias de
Balcán, de Arabistán, de Mesopotamia y de Siría (léase: Damasco, El Líbano y
Palestina); quedando reducida a la provincia de Anatolia.
Sin
embargo, Kemal Attaturk se volvió a imponer en las elecciones generales turcas
de 1921, luego de los
cual hizo dos cosas (2). La
primera fue convocar una convención constituyente, de la que surgió la primera
ley fundamental, basada en el modelo
nazi del corporativismo económico. Y la segunda fue prohibir, en lo
sucesivo, el funcionamiento del partido comunista turco, que era pro soviético,
porque La Rusia Comunista era, sin duda alguna, la principal amenaza para la
existencia misma de La Turquía Nazi.
Por
eso, a pesar de la derrota de los imperios centrales (Alemania, Austria
Hungría, Turquía, Persia y China), Kemal Attaturk renovó la alianza geopolítica
con esos estados anti británicos y anti soviéticos, posicionándose entonces como
la gran nación nazi musulmana, que se enfrentaba tanto al capitalismo
británico como al comunismo soviético, bajo la doctrina nazi de el tercerismo.
Ni
british ni marxistas, kemalistas. No sé si …
Y
sobre esa base, Kemal Attaturk organizó las empresas del estado turcas
del área de la infraestrucura crítica (la minería, la energía, los transportes
y las comunicaciones), transformando a Turquía en una moderna nación productora
y exportadora de hidrocarburos (el carbón, el petróleo y el gas natural),
posicionándose como la principal proveedora de La Alemania de Weimar
(1919-1933).
Tan
es así, que a Turquía, La Gran Depresión (1929-1935), directamente, le pasó por
un costado, siendo el modelo nazi a
imitar por El Japón del Almirante Tanaka, por La China de Chián Kai
Sheck, por El Afganistán del Agha Khan, por La Persia de Maxim Pathlevy, por La
Arabia Saudita de Los Al Saud, por La Italia de Mussolini, por La España de
Franco, por La Portugal de Oliveira Salazar y por La Alemania de Hitler.
Por
eso digo que Turquía fue el primer estado nazi de la historia universal.
Y
si me dijeran que estoy muy equivocado, respondería que veremos, veremos y pronto lo
sabremos.
[1] La libre
expresión y la segura circulación de la información contenida en el presente
documento se halla jurídicamente garantizada por la Declaración Universal de
los Derechos Humanos de 1948 (Art. 19), la Constitución Nacional de la
República Argentina de 1995 (Art. 14),
la Ley Nacional N° 26.032 de 2005 y el Código Penal de la Nación (Arts.
153 y 155).
[2] Para uno de Los Siete
Grandes Sabios de Grecia (Solón) El
Cisne Negro es un hecho teóricamente posible que todos creen que es
prácticamente improbable, pues si ocurriera sería castastrófico.
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