domingo, 28 de abril de 2013

523 Historia (Mundial)


Año II – Primera Edición – Editorial: 00000523 [1]

 
El Cisne Negro [2]
El Diario Digital de la Historia y de la Geopolítica
Martes 12 de Marzo de 2.013.



                              Victoria Figge

La Verdad de la Milanesa V
Por Rubén Vicente

Rudyar Kiplin habló de todo esto con un estilo magistral, llamándolo con el nombre inmortal de el gran juego. 

Y si, porque está más que claro que el lavado de dinero es la herramienta que ha posibilitado que las grandes potencias sean lo que son, y que a la vez, que los paises pobres jamás lleguen a serlo, no se sí … 

Pero la verdad, es que los musulmanes no son ningunos giles, porque aceptaron Las Cuarenta Recomendaciones del Gafi (léase: Las R-40), pero demostraron que Alá Es Grande (léase: Allah Akbar). 

Algunos clérigos (los muftíes) del islam de la tradición (la sunna = el sunismo = los sunitas), que tenían sus mezquitas en Europa y en América del Norte, es decir, en El Occidente Cristiano, empezaron a hacer lo mismo que los curas católicos (léase: el óbolo = la limosna eclesiástica = el divino mangazo). 

Los feligreses sunitas empezaron a poner plata blanca, para financiar los gastos de mantenimiento de los templos. Y atrás de ellos, los magnates musulmanes del occidente empezaron a hacer donaciones millonarias, teniendo los muftíes que terminar abriendo cuentas bancarias, que daban intereses, obvio. 

Tanta plata blanca empezaron a acumular, que las mezquitas de los paises mulsumanes del cercano oriente empezaron a parecer covachas al lado de las del occidente. Por eso, desde la tercera etapa de la guerra fría (1975-1991), las mezquitas del occidente empezaron a hacerle donaciones a las del oriente (léase: las bancaban desde afuera), sólo con los intereses. 

Pero también estaban los clérigos ( los moullah) del islam de la sangre sagrada del profeta (léase: la shia = los shiitas), básicamente de Afganistán, de Irán, de Kuwait y del norte de Siria y de El Líbano, a cuyos templos (léase: las husseinias), nadie les aportaba un mango, ni disfrazado de oso carolina, ni del cercano oriente, ni de ningún lado. 

Por eso, los moullah shiitas de Irán se chivaron mal, y decretaron que los fieles que no abonaran el impuesto islámico (léase: la jawala), directamente, se irían al infierno, y no habría Cristo que los salve, obvio. 

Así que, si el tipo quería ser un buen shiita, tenía que ponerse con el impuesto islámico (léase: la jawala), que se empezó a cobrar en todo el mundo (orbis), convirtiendo a la ciudad sagrada persa (léase: Quom) en la sede planetaria de La Afip musulmana. 

Y las tortas de guita blanca que se formaban eran infernales, hasta que unos profesores de teología pakistaníes de la Universidad de Peshawar (léase: la universidad roja de los shiitas), se preguntaron por qué no empezamos a financiar la guerra santa musulmana contra el occidente cristiano (léase: la jihad), justamente, con la guita blanca de la jawala, que no puede ser controlada por El Gafi, ni por absolutamente nadie, porque es guita blanca blanquísima. ¿O no?  

Entonces, empezaron a lavar dinero, pero con guita blanca, que por ser blanca, quedaba fuera de los controles del Gafi, inventando la genialidad de el financiamiento del terrorismo. ¡Ma-ra-vi-llo-so!¡El ingenio musulmán no descanza nunca! 

Las fases son exactamente las mismas que las de una operación de lavado (léase: la inserción, la decantación y la integración); sólo que una operación de lavado tiene por objetivo ocultar el origen espúreo del dinero sucio, mientras que, una operación de finaciamiento del terrorismo, tiene por objetivo ocultar el destino clandestino de una guita que es inicialmente blanca, convirtiéndola en guita negra, pero sólo después de que la misma haya salido del circuito financiero legal. Right? 

Si yo fuera vos, leería el párrafo anterior varias veces, hasta que se me meta en la cabeza la diferencia entre lavar dinero y financiar el terrorismo que, evidentemente, no es lo mismo, no por asomo. 

Te explico. Los clérigos musulmanes shiitas del occidente recaudan la jawala, y la depositan en sus cuentas de los bancos europeos y nortamericanos, y así,  entran la guita blanca al circuito blanco (la inserción).  

De ahí, vía trasferencias electrónicas de fondos (léase: las tef´s), la guita blanca va a parar a cuentas abiertas en bancos que operan en los paraisos financieros (like Bahamas, Suiza, etc.), y ya decantada, la guita se vuelve más blanca que la nieve, pero dejar de tener dueño conocido.  

Y de ahí va a parar a las cuentas de ciertos magnates shiitas del cercano oriente, que hacen donaciones de guita blanca a ciertos ex pobres alumnos de la Universidad de Peshawar, que por supuesto, son discípulos de sus antiguos profesores de teología islámica (léase: la integración). 

Listo. Hasta ahí, el lavado de guita blanca. Pero después, bajo las órdenes de esos profesores de teología, los ex alumnos pobres de la Universidad de Peshawar (léase: los becarios), practican micro retiros de guita blanca de los bancos del norte de Pakistán, figurando que cobran el subsidio estudiantil. 

Supuestamente, emplearán los subsidios en la compra de textos de la religión musulmana, o en la compra de electrónicos para estudiar. Y ahí se acabo el circuito financiero, con toda la jawala en Peshawar, figurando como guita ultra blanca, y retirada de los bancos (lease: cero control). Y desde ese momento, misterio  

La guita blanca sigue siendo supuestamente blanca, pero la verdad, es que termina reuniéndose en no se sabe dónde, para formar el capital de giro de los compradores de los armamentos chinos y rusos, que usan los guerrilleros islámicos (léase: los muhaidines), que son los estudiantes coránicos de Afganistán, de la provincia pakistaní de Chachemira Occidental y de la provincia indostaní de Chachemira Oriental (léase: los talibanes). 

Así, por culpa de la desnaturalización del impuesto islámico (la jawala), estamos hablando del financiamiento del terrorismo, que es el causante, justamente, de la guerra mundial contra el terrorismo (léase: la octava cruzada = el choque de las civilizaciones = la segunda guerra fría = 2001-2014). 

Por eso, desde La Operación  ´Libertad para Irak´ (2003), El Gafi empezó a romperle las pelotas a todo el mundo con que dictaran leyes contra el financiamiento del terrorismo, en base a La Nueve Recomendaciones (léase: Las R-9), elaboradas, nada más ni nada menos, que por La CIA, y al carajo con los bancos capitalistas occidentales, que se ve que no entienden lo que es la seguridad nacional de la hiperpotencia global (léase: el gran hermano). 

Por eso, El Gafi es la policía financiera global, especializada en la lucha contra el lavado de dinero y contra el  financiamiento del terrorismo, es decir, contra todo intento de debilitar la capacidad de El G-7 de mantener incólume el privilegio de ejercer el monopolio de esos dos negocios gigantezcos, de los que depende la prosperidad del primer mundo, obviamente, bajo lema de yo si, pero vos no. Right? [3] 

Y para terminar, te voy a contar cómo hacen paises pedorros para zafar del juego diabólico de las grandes potencias. 

Panamá era considerado una cueva de piratas, hasta que en 1995, el nuevo presidente de la república bananera (Ernesto Valladares (a) El Toro), que supuestamente era más pro yankie que el hot dog con pepinillos, se pudrió de que su pobre país no fuera lo que debía ser, es decir, algo así como La Suiza de América Latina, y que tanto joder con los malditos johnnies. 

Logró que el parlamento pañameno aprobara un proyecto de ley anti lavado que era auténticamente dra-co-nia-na, porque no se iba a salvar nadie, pero nadie. ¿Me oís? 

Cuatro años más tarde (1999), cuando los EEUU le restituyeron El Canal de Panamá, y concluía el mandato del presidente Valladares, ante quinientas personas, de los cinco contientes, que entendían del tema (los expertos), la presidente de la unidad de inteligencia financiera panameña (Victoria Figge, mirá la foto), declaró: 

“Gracias al sistema anti lavado del presidente Valladeres, las estadísticas criminales han registrado una evolución tan absolutamente favorable, que el Gafi acaba de sacar a Panamá de la lista negra de los paises no cooperantes, para posicionarla, no en la lista gris de los paises dudosamente cooperantes, sino en la lista blanca de los paises que están comprometidos, a vida o muerte, con las inversiones sanas, y con la lucha sin cuartel contra el lavado de dinero y contra el financiamiento del terrorismo” (sic). 

Pero en un a parte del cocktel de cierre del evento, parada entre el presidente de la asociación de bancos panameña a su derecha; ante el fiscal anti lavado panameño a su izquierda, y ante un servidor de frente a ella, la Dra. Figge aclaró ante mi pregunta jodidita: 

“Mira Rubén. Nuestra ley la aplicamos con todos, menos con los amigos de Panamá. Por eso te digo que Saddam tiene las empresas de su grupo domiciliadas aquí, y su dinero lo tiene aquí... ¿Sabés que creo? Que que ustedes los argentinos no compreden lo que es El Modelo Panamá, pero yo espero que gane quien gane las elecciones en tu país, lo implemente, porque es la salvación de América Latina…” (sic). 

Y juro por Dios, por La Santísima Virgen María y por le memoria de mis padres, que a los dos conspícuos panameños que estaban con ella, sencillamente, no se le movió ni un pelo, porque sabían que la tipa tenía toda la razón.  

Y tan es así, que desde el año de la crisis mundial (2008), en los congresos anti lavado a los que accedo vía Internet, nadie para de cantarle loas a El Modelo Dominicana, que es un clon del panameño, y podría ser el argentino, no jodamos, en vez de la pedorrada que supimos conseguir, gracias a Sbatella y compañía, no se sí …. [4] 

Y si me dijeran que estoy muy equivocado, respondería que veremos, veremos y pronto lo sabremos.


[1] La libre expresión y la segura circulación de la información contenida en el presente documento se halla jurídicamente garantizada por la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 (Art. 19), la Constitución Nacional de la República Argentina de 1995 (Art. 14),  la Ley Nacional N° 26.032 de 2005 y el Código Penal de la Nación (Arts. 153 y 155).
 
[2] Para uno de Los Siete Grandes Sabios de Grecia (Solón) El Cisne Negro es un hecho teóricamente posible que todos creen que es prácticamente improbable, pues si ocurriera sería castastrófico.
 
[3] Ahora ya sabés por qué lo cagaron a Menem, que lo único que quería era  que La Argentina se convirtiera en un gran exportador de armas para el terrorismo, musulmán, o de lo que catso sea, porque es un negoción, que da mucha plata que, debidamente lavada, hubiera hecho que ya no sean necesarios los préstamos del FMI (léase: la independencia económica). Pero se ve que los competidores mundiales del menemismo, tuvieron el suficiente poder para acostarlo mal (léase: La Voladura de Río Tercero y El Caso Armas). Si no te quedó claro, te lo puedo explicar en yiojano, pero no creo que haga falta. ¿Verdad?
 
[4] Parace mentira, que un tipo tan bien formado y experimentado como José Sbatella, en nombre y por cuenta de La UIF de La Argentina, haya salido a declarar en Nueva York, con tanta absoluta torpeza, que en vez de controlar tanto a nuestra nación, mejor haría el Gafi en controlar Las Finanzas de El Vaticano (sic), entendiendo yo por qué La Argentina seguirá en la lista gris.

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