viernes, 26 de abril de 2013

521 Historia (Mundial)


Año II – Primera Edición – Editorial: 00000521 [1]

 
El Cisne Negro [2]
El Diario Digital de la Historia y de la Geopolítica
Domingo 10 de Marzo de 2.013.




La Verdad de la Milanesa III
Por Rubén Vicente 

John Kennedy tuvo que apoyar la formación de dos paraisos financieros en el territorio de los estados de Dellawere y de Tennessee, porque El Sindicato del Crimen Organizado (SCO), es decir, la mafia (léase: the mob) se había quedado sin su cueva de piratas, gracias a la maldita revolución cubana de Fidel Castro.

Los líderes mafiosos estadounidenses la habían hecho fácil, porque habían empezado a lavar su dinero sucio en El Caribe Británico (léase: Bermudas, Bahamas, Turkos y Kaykos, Caymán, Saint Kids & Navis, etc.), que eran colonias, pero que de la noche a la mañana, se convirtieron en las flamantes repúblicas antillanas de la commonwealth, cuyos parlamentos sancionaron leyes de paraiso financiero, oficialmente destinados a obtener fondos para finaciar el desarrollo de la industria del turismo en el paraiso. ¡Qué glamour¡ ¿No? [3] 

Así que para la mafia, se había acabado Cuba, pero tenía opciones, en el caribe británico, en Dellawere o en Tenneessee. Entonces, la guerra por el control de la guita negra de la mafia norteamericana, entre Londres y Washington, se resolvió con La Conferencia de Montego Bay, que es la capital de Las Bahamas, donde se acordó, nada más ni nada menos, que El Magnicidio de Kennedy, que ahora ya sabés quién lo planificó (léase: El MI-6) y quién lo ejecutó (léase: la cossa nostra yanki). Okey?  

De ahí para adelante, las cosas empezaron a andar mal para la primera potencia del bando capitalista de la guerra fría, porque empezó la escacez de guita negra a paladas que, debidamente blanqueada, financiaba los impresionantes gastos públicos estadounidenes, tanto civiles como militares, hasta que la cosa no dio para más, y hubo que hacer lo que había que hacer. 

En 1971, Richard Nikon declaró la suspensión sine die de la convertibilidad entre el oro y el dólar, causando la hiperinflacion y la hipercarestía interna en los EEUU, que fue controlada en el mercado interno vía el aumento de las tasas de interés y de un flor de impuestazo, pero que empezaron a exportarse al mundo entero, bajo el nombre de el dólar débil, en el que estaban constituídas las reservas monetarias de casi todos los bancos centrales, y en el que se pagaban los commodities del comercio global. 

La comunidad internacional tomó nota de que los EEUU eran los lavadores de estado más grandes del mundo entero (orbis). Y la cuestión de la guita negra empezó a ser tomada muy en serio por las grandes potencias de la guerra fría. 

Ya cuando ellos vieron que se caía La Unión Soviética, se juntaron y conformaron El Grupo de los Siete (G-7), uno de cuyos objetivos es entablar la lucha mundial contra la amenaza global de lavado de dinero. Traducido: Ahora el lavado de estado, lo hacemos los EEUU, Canadá, Gran Bretaña, Francia, Alemania, Italia y Japón, y nadie más. ¿Capito? 

Y para que nadie se haga el vivo, inventaron la policía, llamada con el nombre de El Grupo de Acción Finaciera Internacional (GAFI). 

Te cuento. Si vos sos Nepal, Burundi o La Argentina, tenés que luchar contra el lavado de dinero, pero del modo que nosotros te decimos, que es a través de Las Cuarenta Recomendaciones del GAFI (léase: Las R-40).  

Si lo hacés, fenómeno, con vos está todo bien, y te ponemos en la lista blanca. Pero si fingís que lo hacés, y nosotros nos damos cuenta de que te estás haciendo el chancho rengo, te damos un tirón de orejas, y te ponemos en la lista gris. Y si te hacés el loco, como Irán o como Corea del Norte, te ponemos en la lista negra, y preparate, porque la vas a pasar negra, no sé si … 

En otras palabras, el lema secreto del GAFI es yo si, pero vos no. Right? 

Después de enterarte de cómo es la verdad de la milanesa de la guita negra mundial, a vos no te van a quedar ganas de saber qué es lavar dinero, ni cómo se lava el dinero, pero te puedo asegurar que vale la pena que le des bola a este tema, porque de su conocimiento depende, nada más ni nada menos, que la prosperidad de la gente como vos, de las ong´s de las que formás parte, de las empresas en las que trabajás, de los bancos con los que vos operás, de los gobiernos que te mandan, de la nación a la que servís, y del mundo en el que vivís, incluyendo a tu patria, La Argentina, obvio. 

Y si me dijeran que estoy muy equivocado, respondería que veremos, veremos, y pronto lo sabremos.



[1] La libre expresión y la segura circulación de la información contenida en el presente documento se halla jurídicamente garantizada por la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 (Art. 19), la Constitución Nacional de la República Argentina de 1995 (Art. 14),  la Ley Nacional N° 26.032 de 2005 y el Código Penal de la Nación (Arts. 153 y 155).
 
[2] Para uno de Los Siete Grandes Sabios de Grecia (Solón) El Cisne Negro es un hecho teóricamente posible que todos creen que es prácticamente improbable, pues si ocurriera sería castastrófico.
 
[3] Hasta los Beatles cooperaron con el lavado de estado británico, sacándose fotos en las playas de las Bahamas, en agradecimiento de lo cual, fueron hechos caballeros del imperio de su graciosa majestad. Se ve que John Lennon se dio cuenta de cómo lo habían usado, y por eso, se puso de culo con la corona, y vos vistes cómo terminó pobrecito, engrosando la cuenta bancaria de los familares de Mark Chapman, que ya te imaginarás para quién trabajaba en realidad.

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