El
Diario Digital de la Historia y de la Geopolítica
Martes
2 de Abril de 2.013.
El Gran Negocio
Por Rubén Vicente
La
guerra es el enfrentamiento armado entre dos bandos oponentes. Las guerras
pueden ser civiles o internacionales. Y en este último caso, pueden ser
convencionales o estratégicas, según que se usen armas comunes o armas de
destrucción masiva (léase: las armas químicas, bacteriológicas o nucleares).
Y
Corea del Norte posee armas nucleares. Por eso, cuando el gobierno de Piong
Yang dice que está “.. en estado de guerra… “ (sic), contra Corea del Sur,
está diciendo que ambas Coreas están al borde de la guerra total, que implica
un juego de suma cero, donde uno gana todo, y el otro lo pierde todo, pero sin
atenuantes.
Puede
ser que la guerra que Corea de Norte le acaba de lanzar a Corea del Sur se una
guerra total, pero lo cierto es que, financiar el mantenimiento de toda clase
de aparato militar, con efectiva capacidad bélica, no es barato ni mucho
menos.
Así
que, por más que Corea del Norte tenga armas nucleares, no va a cometer el craso error de
lanzárselas a Corea del Sur. En la clave stalinista del gobierno comunista, es muchísimo más barato
organizar una guerra convencional, limitada a Corea del Sur.
Y
si, porque además de gastar mucha menos plata, se desagotan los arsenales
convencionales, cuyas municiones o proyectiles de todo tipo, incluyendo los
misiles balísticos tienen, igual que los medicamentos, fecha de vencimiento
y, sobre todo, porque en una guerra convencional, lo esperable, es que muera
mucha más gente, que estando viva, tiene la pésima costumbre de comer, y sabemos
que en Corea del Norte hace años que hay sobrepoblación y escacés alimentaria. ¿O
no?
Además,
cada bomba atómica explota de una sola vez, pero una guerra convencional es una
carnicería que puede durar años, durante los cuales, los servicios de
inteligencia norcoreanos, civiles y militares, bien podrían aprovechar la
coyuntura bélica para exterminar a centenas de miles de individuos disconformes
con la marcha de la revolución (léase: los disidentes = los contrarrevolucionarios).
En
otras palabras, a Corea del Norte le conviene mil por mil lanzar una
guerra convencional contra Corea del Sur, en vez de la pedorrada de suicidarse
como nación, lanzando la bomba atómica contra los EEUU.
Dicho
de otro modo, Kim Jung Woon puede que sea un presidente megalómano e
incendiario, pero las fuerzas armadas norcoreanas no comen vidrio, y le harán la guerra
convencional a Corea del Sur, pero sólo hasta que hayan exterminado a la
mayoría de los disidentes y de los hambrientos (léase: el genocidio
norcoreano), y hasta que los arsenales convencionales se hayan reducido
significativamente (léase: la necesidad de renovar el stock militar = el gran
negocio futuro de los grandes proveedores de armas), porque es más barato, por estos
del dólar débil. ¡Ah, claro¡
Dicho
de otro modo, el gran negocio norcoreano es la guerra convencional, y no la locura
de la guerra nuclear.
Pero
ya se sabe, que el gran negocio, te puede llevar a la quiebra, a vos, a
mi, a Corea del Norte y a cualquiera, por más bicho que sea. ¿Verdad?
Y
si me dijeran que estoy muy equivocado, respondería que veremos, veremos, y pronto lo
sabremos.
[1] La libre
expresión y la segura circulación de la información contenida en el presente
documento se halla jurídicamente garantizada por la Declaración Universal de
los Derechos Humanos de 1948 (Art. 19), la Constitución Nacional de la
República Argentina de 1995 (Art. 14),
la Ley Nacional N° 26.032 de 2005 y el Código Penal de la Nación (Arts.
153 y 155).
[2] Para uno de Los Siete Grandes Sabios de Grecia
(Solón) El Cisne Negro es un hecho
teóricamente posible que todos creen que es prácticamente improbable, pues si
ocurriera sería castastrófico.
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