El Diario Digital de la Historia y de la Geopolítica
Jueves 23 de Febrero de 2.012.
Defcom Cuatro
Por Rubén Vicente
En 1962, su majestad, el monarca de El Imperio Iraní (La Pequeña Persia), Mcl. EI ® Dr. Muhammad Reza I Pathlavy Aryamehr (a) El Shah, anunció su decisión de comenzar a ejecutar El Plan Nuclear Iraní (PNI), destinado a la producción de energía eléctrica y de radioisótopos de uso agronómico y médico (léase: los fines pacíficos), con capital y tecnología provista por Francia y con capacitación profesional suministrada por la Argentina; con el propósito declarado de contar con fuentes alterantivas a los hidrocarburos.
Las fases de las ciencias básicas (las matemáticas, la física y la química) y de las ciencias aplicadas (la cosmología, la geología, la biología y la antropología) se cumplieron íntegramente y sin ningún inconveniente, pero al caer la monarquía e instaurarse la república (1978), la iniciación de la fase de ingeniería quedó paralizada, ante las sospechas israelíes y estadounidenses de que el gobierno de Teherán planeaba diseñar y construir, nada más ni nada menos que la bomba atómica persa, igualándose a las superpotencias misilístico-nucleares (EEUU, Gran Bretaña, Francia, Pakistán, India, Rusia y China).
En clarísima respuesta a la comunidad internacional, Irán suscribió El Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP), autoinhiéndose para diseñar y construir bombas atómicas. Sin embargo, el gobierno de Teherán lanzó un plan nacional de diseño y construcción de armamentos convencionales (terrestres, marítimos y aéreos), pero también, de armamentos de disrupción, es decir, de armamentos estratégicos defensivos (las armas cibernéticas, criptológicas, robóticas, satelitales y misilísticas).
Bajo esa comprensión, todas las naciones de El Cercano Oriente y de El Occidente (europeo y norteamericano) comenzaron a recelar del armamentismo iraní, que sólo pretende la autonomía militar, destinada a suplir los faltantes derivados del embargo de armamentos impuesto por la comunidad internacional, como consecuencia del estallido de La Guerra Irán Irak (1980-1988), que continúa vigente.
En ese contexto, Alemania Occidental quebró la presión internacional, al anunciar su disposición a cooperar con Irán en el diseño y la construcción de reactores de baja potencia experimentales y de mediana potencia productores de electricidad y de radioisótopos. Concluída La Guerra Fría (1991), la posición alemana fue oficialmente asumida por Rusia, pero también, por China, que suministraron capacitación, alta tecnología, materiales de uso dual y sistemas de defensa antiaérea para La Planta de Busher, que es subterránea y en la cual, los servicios de inteligencia occidentales sospechan que allí avanza el proyecto de diseño y construcción de la bomba atómica persa (2005).
Desde entonces, una comisión internacional conformada por los miembros permanentes con derecho a veto del consejo de seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), a saber, EEUU, Gran Bretaña, Francia, Rusia y China, juntamente con Alemania, en el contexto de El Grupo Cinco Más Uno (G-5+1), comenzó a negociar con Irán la regulación específica a la que se pretende que se ajuste el PNI.
El G-5+1 pretende que el uranio que alimenta las plantas nucleares iraníes sea enriquecido por Rusia, pero el gobierno de Teherán lo aceptó sólo en forma transitoria, hasta que estuvieran en condiciones de controlar la voluntad su propio proceso de enriquecimiento de uranio, lo cual ocurre a partir de 2009.
En ese contexto, la Organización Internacional de la Energía Atómica (OIEA), dependiente del consejo económico y social (ECOSOC) de la ONU, ha llevado a cabo varias inspecciones de las plantas nucleares iraníes, en el marco del TPN, elaborando informes parciales ciertamente ambiguos, que no dejan del todo claro que el PNI tiene objetivos estrictamente pacíficos, como lo repite sin cesar el gobierno de Teherán, y lo niegan sistemáticamente Israel, la UE y los EEUU.
Bajo esa comprensión, a instancias de los EEUU, la ONU ha impuesto sanciones comerciales a Irán y sanciones financieras a Las Guardias Revolucionarias (Las Passdarán), cuyas fuerzas paramilitares de aire, mar y tierra ejercer en los hechos el control político de la Agencia Nacional Iraní de Energía Atómica (ANIEA).
En ese estado de La Cuestión Iraní, la UE dispuso suspender las compras de crudo iraní a partir del primero de julio próximo (el embargo europeo), mientras Irán respondió suspendiendo los envíos a Francia y a Gran Bretaña hace dos semanas (el embargo persa); condicionando las futuras ventas a Europa a que las mismas sean pagadas en oro; organizando maniobras militares defensivas y advirtiéndole a la comunidad internacional que, si fueran atacadas las instalaciones nucleares iraníes, el gobierno de Teherán ordenaría el bloqueo militar de El Estrecho de Ormuz, afectando los intereses vitales de las naciones petroleras de la margen sur de El Golfo Pérsico (Arabia Saudita, Irak, Kuwait, Bahrein, Qatar, Emiratos Arabes Unidos y Omán).
Mientras el gobierno de los EEUU mantiene una actitud tensamente cauta, por su parte, Israel evaluá la conveniencia de lanzar bombardeos áreos quirúrgicos sobre las plantas nucleares iraníes, causando que el precio de crudo europeo (brent) supere los ciento diez dólares el barril (1 BP = U$S 110,00).
Considerando que las alertas de defensa estadounidenses (léase: Las Defcom´s) se grafican con números y colores ascendentes (uno azul, dos verde, tres amarillo, cuatro naranja y cinco rojo), podríamos concluir que, al día de la fecha, La Cuestión Iraní acaba de ingresar a la zona de defcom cuatro (el alerta naranja), es decir, una antes de la defcom cinco (el alerta roja), que significa amenaza po-ten-cial de estallido de la tercera guerra mundial (el holocausto nuclear = el armagedón = el apocalipsis).
Según los expertos internacionales, Israel estaría en condiciones de atacar a Irán dentro de tan sólo tres meses (3). Sin embargo, mis propios cálculos me indican que la sangre no llegará al río en 2012, sino más bien, en agosto de 2014, reuniéndose las fuerzas enemigas de Irán y de sus aliados (China, Rusia, Corea del Norte y Venezuela) en La Llanura de Jezreell y, más precisamente, en El Valle de La Espada de Gedeón, es decir, de El Valle del Armagedón, que se se refería San Juan Apostol en El Libro de las Revelaciones (léase: El Apocalipsis), y nada más, claro está.
Y si me dijeran que estoy muy equivocado, respondería que veremos, veremos y pronto lo sabremos.
[1] La libre expresión y la segura circulación de la información contenida en el presente documento se halla jurídicamente garantizada por la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 (Art. 19), la Constitución Nacional de la República Argentina de 1995 (Art. 14), la Ley Nacional N° 26.032 de 2005 y el Código Penal de la Nación (Arts. 153 y 155).
[2] Para uno de Los Siete Grandes Sabios de Grecia (Solón) El Cisne Negro es la alegoría de un hecho que es teóricamente posible, pero que todos creen que es prácticamente improbable, pues si ocurriera sería catastrófico.
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