sábado, 18 de febrero de 2012

163 Geopolítica (Argentina)

Año I – Primera Edición – Editorial: 00000163 [1]

El Cisne Negro [2]
El Diario Digital de la Historia y de la Geopolítica
Sábado 18 de Febrero de 2.012.




La Lechuga Es La Prima del Girasol
Por Rubén Vicente

Siendo las seis y media de la mañana de este sábado de carnavales, mientras Ema duerme como una osa en el invierno, y después de la ducha y del desayuno, quiero contarles lo muy poco que le entendí a la Lic. Paula Hernandez, que es bióloga y empleada pública de La Estación Castelar del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), que ofreció un reportaje a la conductora (¿?) del programa Tranqueras al Mundo, que se emite por AM 1170 Radio El Mundo de la ciudad autónoma de Buenos Aires.

Empezó diciendo lo que ya sabemos, y es que la tecnología y la biología están confluyendo en la nueva ciencia post contemporánea de la biotecnología. Prosiguío explicando otra cosa que también sabemos, que es que una de las disciplinas de la biotecnología es la genómica, que estudia el código genético de los seres vivos (los microbios, las plantas, los animales y los seres humanos). Pero hasta ahí llegué, porque todo lo que dijo después, es nuevo para mi, y supongo que para mucha gente a la que le interesa estos temas, nada más que para sentirnos un poco menos burros, ja ja já.

La Lic. Hernandez dijo que hay otra disciplina de la biotecnología que es la transcriptómica, que estudia los transcriptomas, que son los códigos genéticos exclusivamente referidos a las enfermedades, en este caso, del girasol. Explica que la biotecnología ha transcripto los genomas de varios cultivos como, por ejemplo, la soja, el trigo, el maíz y el arroz, pero el del girasol todavía no.

Por eso, el departamento de agricultura del gobierno de los EEUU, financia un programa de investigación biotecnológica que desarrollan varias universidades argentinas y dos estaciones experimentales del INTA (Balcarce y Castelar), destinado a transcribir el genóma agronómico del girasol, obtenendo el transcriptoma, es decir, el mapa de los genes responsables de las enfermedades que habitualmente padece el girasol, acá y en todo el mundo (orbis).

Agrega la Lic. Hernandez que el INTA ya ha concretado el objetivo del proyecto binacional, registrándose la patente de invención del transcriptoma del girasol a nombre del departamento de agricultura norteamericano, pero también, del ministerio de agricultura argentino, es decir, a nombre compartido de los gobiernos de los EEUU y de la Argentina. En la práctica, ello significa que los dos paises pericibirán regalías mundiales por las transferencias de tecnología agronómica vinculada con el transcriptoma del girasol (los royalties).

Pero ahí no termina todo, porque esa sólo es la fase biológica del proyecto. Ahora, dice la Lic. Hernandez, el INTA tiene avanzada una investigación vinculada con la fase tecnológica, tendiente a desarrollar un microcircuito electrónico robot, es decir, un chip, que es capaz de detectar el transcriptoma del girasol en el propio campo de cultivo, esté en el lugar en el que esté (Oceanía, Asia, Africa, Europa, América, Antártida, Luna, Marte, etc). Y este chip también está patentado a nombre de los gobiernos de ambos paises.

La Lic. Hernandez no dijo cuál o cuáles empresas estadounidenses se beneficiarán con la primera licencia de fabricación del chip de detección de transcriptoma del girasol, pero aclaró que en nuestro país, esa tarea estará a cargo de la firma Arpenta SA, o algo por el estilo, que no dijo si es de capitales argentinos o extranjeros.

Por último, la Lic. Hernandez dijo que el chip de detección del transcriptoma del girasol será públicamente presentado durante un congreso mundial de agronomía que se celebrará este año en la ciudad balnearia bonaerense de Mar del Plata. ¿Qué tull?

En otras palabras, capital estadounidense y cerebro argentino, para que ambos estados se llenen de guita con sus inventos compartidos, y para que la agricultura mundial se beneficie con la multiplicación exponencial del cultivo del girasol libre de enfermedades, contribuyendo al desarrollo de la agricultura y de la agroindustria de la alimentación, abriendo fuentes de trabajo y dándole de comer al mundo.

Ya sé que lo ideal sería que ese mismo proyecto hubiera sido autofinanciado con capital estatal pura y exclusivamente estatal argentino, pero hay que tener en cuenta dos cosas. La primera, es que el erario público nacional se ve que no estaba en condiciones de poner los mil seiscientos millones de pesos que damandó el proyecto, es decir, trescientos sesenta y siete millones de dólares (367 MD´s). Y la segunda es que, tanto los EEUU como la Argentina son dos paises productores y exportadores mundiales de productos derivados de la agricultura y de la agroindustria de la alimentación, es decir, dos grandes potencias agroalimentarias y, obviamente, más nos conviene cooperar que competir, porque ponérselos en contra en una materia geopolíticamente tan sencible como es la biotecnología, directamente, sería paquilombo, y no hace ninguna falta. ¿Verdad?

Ah, y otra cosa curiosa que dijo la Lic. Hernandez, que se ve que de esto sabe un tocaso es que, desde el punto de vista biotecnológico, el genoma del girasol es casi idéntico al de la lechuga, pudiéndose concluir que ambas especies vegetales vienen a ser algo así como primas hermanas, o algo por el estilo.

Entonces, yo me quedé pensando que el INTA podría también desarrollar el transcriptoma de la lechuga, y el chip de detección del transcriptoma de la lechuga, nada más que para seguir haciendole el pito catalán agroalimentario al Brasil, claro está, ja ja já…

Y si, porque a ellos les encanta andar con los chinos, con los rusos, con los indios y con los sudafricanos del BRICS, y dejarnos a nosotros afuera de sus programas vinculados con la biotecnología, y bueno es que entiendan que no son, como ellos se creen estúpidamente, o pais mais grande su mundo porque, para que aprendan, nosotros no somos moco de pavo porque, además, acabamos de firmar con el gobierno de Nueva Delhi un convenio para la instalación de la primera planta de producción de aceite de girasol y de biocombustible elaborado a base de aceite girasol, en la ciudad de Bangalore, siendo la India el primer consumidor mundial de ambos productos. ¡Tomá!

Y ya que el girasol es la primo de la lechuga, yo digo que faltaría que el INTA descubra el genoma y elabore el chip de detección del transcriptoma de el billete verde, para solucionar la crisis mundial, ja ja já.

Y si me dijeran que estoy muy equivocado, respondería que veremos, veremos y pronto lo sabremos.


[1] La libre expresión y la segura circulación de la información contenida en el presente documento se halla jurídicamente garantizada por la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 (Art. 19), la Constitución Nacional de la República Argentina de 1995 (Art. 14),  la Ley Nacional N° 26.032 de 2005 y el Código Penal de la Nación (Arts. 153 y 155).
[2] Para uno de Los Siete Grandes Sabios de Grecia (Solón) El Cisne Negro es la alegoría de un hecho que es teóricamente posible, pero que todos creen que es prácticamente improbable, pues si ocurriera sería catastrófico.

No hay comentarios:

Publicar un comentario