martes, 21 de febrero de 2012

166 Historia (Gran Bretaña)

Año I – Primera Edición – Editorial: 00000166 [1]

El Cisne Negro [2]
El Diario Digital de la Historia y de la Geopolítica
Martes 21 de Febrero de 2.012.



La Muerte de los Dioses
Por Rubén Vicente

Empezaron siendo unas islas desiertas, que fueron sucesivamente conquistadas por los atlantes, los gaélicos, los romanos, los anglos, los sajones y los normandos, instaurándose cuatro reinos (Anglia, Gales, Escocia e Irlanda). Después, bajo el liderazgo anglo sajón los tres primeros se unieron para formar el gran reino de Inglaterra, con capital en la ciudad de Londres, gobernado por la dinastía de los Tudor, siendo sus grandes enemigos España, Francia y Escocia.

Y generaron sus revoluciones nacionales, la primera religiosa (1534), la segunda política (1688) y la tercera industrial (1702), transformándose a lo largo del siglo dieciocho en una gran potencia económica, diplomática y militar, anexando Escocia y convirtiéndose en la unión de los reinos (el reino unido) de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, gobernado por la dinastía anglicana de los Mountbaten, pero a través del pueblo, de los partidos políticos (los conservadores y los liberales), del parlamento y del consejo de ministros del gobierno de su graciosa magestad, bajo el régimen de la monarquía constitucional democrática.
Una nación en la cual, como en ninguna otra en la historia universal, el monarca reinaba pero no gobernaba y, sin embargo, era ya la primera potencia de Europa, que le disputó la supremacía mundial a Francia, ganando sus vastos dominios en la India y el Canadá, pero al precio de perder en el camino las trece colonias norteamericanas (La Nueva Inglaterra), que luego se convertirían en los EEUU; venciendo en la quinta guerra mundial (léase: las guerras napoleónicas) y destruyendo para siempre el poder del Sacro Imperio Romano de la Nación Alemana (La Gran Alemania = Das Reich = El Imperio de los Mil Años = 800-1815 = La Europa Cristiana = La Proto Unión Europea). [3]
Desde entonces, a pesar de las apariencias de La Europa de las Naciones, formalmente liderada por La Santa Alianza (Gran Bretaña, Francia, Suecia, Rusia, España y Portugal), la verdad es que quedó configurado un mundo decimonónico bipolar, protegonizado por dos grandes potencias realmente antagónicas, la una terrestre (Rusia) y la otra marítima (Gran Bretaña), a las cuales, la dinámica del conflicto, debieron alinearse absolutamente todos los estados de la tierra.
Con su revolución industrial, Gran Bretaña estaba cien años adelante del resto, pero a lo largo del siglo diecinueve surgieron países prorusos que se convirtieron en cadas vez más fuertes competidores, comenzando con Francia, siguiendo con Alemania, prosiguiendo con los EEUU y terminando con Japón; mientras Rusia marchaba a la decadencia y la otrora todopoderosas Mongolia y Turquía desaparecían de la historia.
Al iniciarse el siglo veinte, el veinticinco por ciento del total de las tierras emergidas pertenecían a Gran Bretaña (25%), organizadas como posesiones, colonias y dominios, tanto metropolitanos como ultramarinos; controlando a voluntad la navegación y el comercio mundial, medido en la moneda británica (la libra esterlina), completamente respaldada en gemas y metales nobles (oro y plata), bajo el patrón plata-libra.
Sin embargo, La Gran Guerra Mundial (1914-1918), La Crisis Mundial (1929-1935) y La Segunda Guerra Mundial (1939-1945), fueron tres golpes devastadores (3), que le hicieron perder a Gran Bretaña una supremacía mundial de la que disfrutó sólo ciento treinta años (1815-1945), iniciándose durante La Guerra Fría (1946-1991) las fases históricas del declive, de la decadencia y del ocaso, pero en forma progresiva (léase: el desmoronamiento del poder imperial).
Perdieron Irlanda del Sur; quieren independizarse completamente Escocia y Australia; la India compite con la metrópolis; les discuten sus derechos de soberanía en Gibraltar y las Falkland´s; y tuvieron que aliarse con Europa y con los EEUU para no dejar de existir como nación.
Y en medio de semejante derrumbamiento, en Gran Bretaña sigue psicóticamente intacta la soberbia imperial, participando de cuanta guerra organicen los EEUU en todo el mundo (orbis), o planificando y ejecutando operaciones  militares retaliatorias por su cuenta y aliada sólo con Francia (léase: Somalía y Libia), supuestamente, en el marco de la guerra mundial contra el terrorismo (léase: la segunda guerra fría = la octava cruzada), aún en el contexto centrífugo de la crisis mundial (el efecto jazz = la gran rescesión = la segunda gran depresión).
¿Qué es lo que pasará con Gran Bretaña en los próximos noventa años? Respuesta de Vicentico (léase: yo): En el momento menos esperado, todo cambiará, pero para que nada cambie en realidad. ¿Qué? Nada, digo que las estrellas me anuncian que cuando muera Isabel II, Carlos iniciará una gran transformación, que le hará creer al mundo entero (orbis) en la resurrección británica, o algo por el estilo que, en realidad, sólo será el canto del cisne, pero bajo William, todo se perderá de un modo sólo aparentemente insólito, y bajo Harry, Gran Bretaña desaparecerá como nación de la faz de la tierra, pero de una vez y para siempre, y nada más, claro está.
Y si me dijeran que estoy muy equivocado, respondería que veremos, veremos y pronto lo sabremos.  





[1] La libre expresión y la segura circulación de la información contenida en el presente documento se halla jurídicamente garantizada por la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 (Art. 19), la Constitución Nacional de la República Argentina de 1995 (Art. 14),  la Ley Nacional N° 26.032 de 2005 y el Código Penal de la Nación (Arts. 153 y 155).
[2] Para uno de Los Siete Grandes Sabios de Grecia (Solón) El Cisne Negro es la alegoría de un hecho que es teóricamente posible, pero que todos creen que es prácticamente improbable, pues si ocurriera sería catastrófico.

[3] La primera guerra mundial fue La Guerra de los Treinta Años (1618-1648). La segunda guerra mundial fue La Guerra de Sucesión Española (1702-1715). La tercera guerra mundial fue La Guerra de Sucesión Austríaca (1740-1748). La cuarta guerra mundial fue La Guerra de los Siete Años (1762-1769). Y la quinta guerra mundial fueron Las Guerras Napoleónicas (1793-1815). Las cinco fueron guerras mundiales porque sus combates y batallas se libraron en los cinco continentes (Oceanía, Asia, Africa, Europa y América) y en los cinco océanos (Atlántico, Pacífico, Indico, Artico y Antártico). Los conflictos bélicos planetarios del siglo veinte fueron grandes guerras mundiales, porque además de combatirse en mar y tierra en todo el mundo (orbis), se libraron batallas en el cielo (la guerra aérea) y se emplearon armas químicas, bacteriológicas y nucleares (QBN), es decir, armas de destrucción masiva (ADM´s). Conste.

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