sábado, 9 de febrero de 2013

493 Historia (Francia)




Año II – Primera Edición – Editorial: 00000493 [1]

El Cisne Negro [2]
El Diario Digital de la Historia y de la Geopolítica
Sábado 9 de Febrero de 2.013.


 

El Diario de la Revolución XI
Por Rubén Vicente

Exactamente el martes catorce de julio de 1789, que era el céntecimo nonagécimo día del año, con el sol en la constelación del cangrejo (cáncer) y con la luna en la casa del gallo (léase: capricornio), mientras la cristiandad católica apostólica romana celebra la festividad de La Beata Kathereen Tekakwida (a) La India del Canadá Oriental (1651-1677); habiendo transcurrido ya, un poco más de un mes (1), desde que comenzaron los enfrentamientos armados (léase: las escarmuzas y los combates), concluyó La Segunda Batalla de París, nada más ni nada menos, que con La Toma de La Bastilla.

La bastilla era el asiento de La Guarnición Militar París (GMP), del cuerpo francés (l´armée). del ejército sacro imperial (léase: das reich wehrmatch), liderada por el jefe de su estado mayor (JEM), es decir, por su alteza, el duque de Lunay, Tte. Gral. RW Dr. Bernard René Jordan (39), que fue tomado prisionero en su propio campamento de las afueras de París (?), y llevado por sus captores a la fortaleza.

De hecho, vaya a saberse por qué, pero lo cierto es que luego, de la captura, sus casi mil efectivos (1000), se retiraron hacia El Palacio de Versalles, dejando a la capital francesa a merced de los forajidos, que bramaban que se vayan todos, que no quede ni uno solo, ja ja já.

Fue entonces cuando el director general de la agencia francesa de inteligencia y de seguridad nacional (léase: Mariamne = Mariana = La Side), como así también, principal accionista, presidente del directorio y gerente general (The Chieff Executive Officer = The CEO) del Banque Poincaré SG  de París, matriz del Grouppe Poincaré de Francia, Cnel. Gral. RW ® Dr. Romuald Louis Poincaré (a) Aristide Ferrol (a) El Seguro (a) El Mago (ng) Pegasus (a) El Chango Icazuriaga (53), tomó una serie de medidas preliminares.

La primera fue ordenar que se adopten los recaudos que fueran menester, a efectos de evitar que los sin calzón fueran manipulados por el enemigo real, es decir, por el servicio de inteligencia británico (léase: the british royal secret service), y por sus aliados vernáculos, esto es, por los frailes de la orden de los molotinos, es decir, de los jesuitas reciclados (léase: los jacobitas = los jacobinos).

Bajo esa comprensión, los insurrectos habían logrado, nada más ni nada menos, que establecer el control de el principal arsenal de absolutamente todo el imperio francés, mientras eran liberados todos los prisioneros allí alojados, incluso uno, que era muy pero muy viejo, y que tenía puesta una especie de escafandra, completamente soldada con su cuero cabelludo (léase: el hombre de la máscara de hierro), que murió mientras trataban que quitársela, por la sencilla razón de que se le arrancaron toda la piel, dejándolo con el rostro desfigurado y perdiendo el ojo derecho en el brutal intento, sin que por ello nadie pudiera confirmar lo que el infortunado les gritaba, mientras les hacía señas antes de perecer (léase: el penado catorce).

Él sólo quería que supieran que era el hermano mellizo del padre del rey (Luis XV), y nada más, pero ya era demasiado tarde para que a alguien pudiera importarle en lo más mínimo, claro está.

En síntesis, había comenzado la ferocidad sin límites, es decir, la fuerza bruta pura (léase: la atrocidad), esto es, la tan temida revolución francesa de verdad, y nada más, claro está.

Desde entonces, su alteza, el duque de Mulon y, a la vez, jefe del estado mayor general (JEMG) del cuerpo francés revolucionario (l´ armée revolucionnaire) del ejército sacro imperial (das reich wehrmatch), como así también, alcalde del municipio revolucionario de la capital imperial (léase: La Comuna de París), presidente de la asamblea nacional (el nuevo parlamento francés revolucionario) y, a la vez, primer ministro del gobierno revolucionario de su majestad (el secretario de estado ilegal = el canciller ilegítimo), Mcl. RW ® Dr. Jean Silvain Bailly (a) El Astrónomo (a) Macri (54), se posicionó, sencillamente, como el dueño del centro del escenario político de la primera potencia mundial, esto es, de El Gran Imperio Francés (Le Plus Grand France), oficialmente gobernado por su majestad, el Gn. Mcl. RW ® Dr. Luis XVI Borbón (a) Le Roi (a) El Gran Delfín (a) El Mayordomo Sacro Imperial (a) El Satanista (a) Cristina (34), pero por intermedio de El Cardenal Tyllerand (a) Anibal Fernandez.

Por eso, desde ese día, en Francia había tres hombres clave (3), que eran Luis XVI (lease: Cristina), El Cardenal Tayllerand (léase: Anibal Fernandez) y El Duque de Mulon (léase: Mauricio Macri), claro está.

Esa noche, en El Palacio de Versalles, denotando ignorancia o desprecio, Luis XVI anotó en su twitter una sola frase: “Hoy no ha sucedido nada digno de mencionar” (sic).

Al día siguiente, los principales jefes de las bandas criminales parisinas (léase: los sin calzones = les sans culotes = las chusma embestializada = las fieras satánicas), resolvieron eliminar, mediante decapitación, a El Duque de Lunay.

Bajo esa comprensión, el mensaje era clarísimo, es decir, o aparecía la comida, de donde fuera, o se pudría todo, y vamos por todo, no sé si…

Siendo así, la monarquía, la nobleza, el clero y la aristocracia, seguramente, no tendrán ningún inconveniente en acatar la decisión de la asamblea nacional, de autorizar la importación de trigo, originario y procedente de Rusia y de Turquía, y nada más, claro está. ¿Verdad?

Al otro día (dieciseis), sorprendiendo al mundo entero (orbis), Luis XVI emitió un decreto imperial (de raescriptum = el rescripto) en cuya virtud, sencillamente, relevó de su cargo a su primer ministro legítimo (léase: El Cardenal Tayllerand (a) Anibal Fernandez).

Y en su reemplazo, Luis XVI nombró, nada más ni nada menos, que al primer ministro ilegítimo (léase: El Duque de Moullon (a) Mauricio Macri), porque era el hombre que tenía en sus manos el poder material, mientras que El Cardenal Tayllerand fue nombrado como nuevo ministro de asuntos exteriores (léase: enroque).

En otras palabras, se había consolidado la revolución francesa, y nada más, claro está (¡¡¡). Y ojo, que los comunes no tuvieron arte ni parte, y la nobleza y el clero que no aceptó sumarse a la asamblea nacional, tampoco.

Fueron los conservadores y los liberales en el parlamento, y los anarquistas el campo y en la ciudad. Right?

Dicho de otro modo, se reeditó por enésima vez en la historia de todos los tiempos, el lema sempiterno de la francmasonería universal, de que todo debe cambiar, pero para que nada cambie en realidad, porque así lo exige el plan divino de salvación, y nada más, claro está.

Y si me dijeran que estoy muy equivocado, respondería que veremos, veremos y pronto lo sabremos.


[1] La libre expresión y la segura circulación de la información contenida en el presente documento se halla jurídicamente garantizada por la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 (Art. 19), la Constitución Nacional de la República Argentina de 1995 (Art. 14),  la Ley Nacional N° 26.032 de 2005 y el Código Penal de la Nación (Arts. 153 y 155).

[2] Para uno de Los Siete Grandes Sabios de Grecia (Solón) El Cisne Negro es un hecho teóricamente posible que todos creen que es prácticamente improbable, pues si ocurriera sería castastrófico.

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