El Cisne Negro [2]
El Diario Digital de la Historia y de la
Geopolítica
Jueves 7 de Febrero de 2.013.
El Diario de la Revolución IX
Por Rubén
Vicente
Durante la madrugada del
domingo diez de mayo de 1789, un contingente de casi mil efectivos (1.000) del cuerpo francés (l ´armée)
del ejército sacro imperial (das reich wehrmatch), al mando del comandante
general de la caballería, es decir, de su alteza, el duque de Lunay, Tte. Cnel.
Gral. RW Dr. Bernard René Jordan, de treinta y nueve años de edad (léase: El
Duque de Lunay), ingresó al rcinto urbano de la capital francesa (París), con
el objetivo de proceder a la recuperación, pero a sangre y fuego (léase: la
devastación) de El Palacio de las Tullerías, que es el asiento del insólito
gobierno revolucionario, liderado por su alteza, el duque de Mulon, como así
también, jefe del estado mayor general (JEMG) del cuerpo francés rebelde (l´
armée revolucionnaire) del ejército sacro imperial (das reich wehrmatch),
además, de presidente de la asamblea nacional (el nuevo parlamento francés
revolucionario) y, a la vez, primer ministro de hecho (el secretario de estado
de facto = el canciller imperial revolucionario) de el gobierno de su magestad,
Mcl. RW ® Dr. Dn. Jean Silvain Bailly (a) El Astrónomo (a) Macri (54).
En un comienzo, la marcha
era lenta y ampulosa, como para que los insurrectos tuvieran tiempo suficiente
de evaluar las chances de resistencia ante la maniobra militar que,
evidentemente, amenazaba convertirse en una carnicería espantosa, y nada más,
claro está.
Pero nada. No pasaba
nada. Bajo semejantes condiciones, la conclusión era: ¡Aguante Bailly, carajo¡ ¡Vamos
zurdos¡¡Fuerza Gorriarán¡
Todo tranquilo como agua
de tanque en la ciudad pero, justo cuando cantó el gallo (léase: el gran gallo
de la revolución francesa), exactamente de la nada, increiblemente, salieron a
las calles, nada más ni nada menos, que unas tres mil personas (3.000), incluídos hombres, mujeres,
niños y ancianos, liderados por los miembros de las principales bandas
criminales parisinas (léase: los sin calzón = les sans culotes), lideradas por
sus jefes (les chefs = the bosses = i capis = die fuhrers) que, en su conjunto,
integraban algo así como el alto mando criminal (léase: la mafia) que,
no obstante, no parecía tener un jefe máximo definido o visible, pero que
empezaron a incendiar absolutamente toda la capital francesa (París), causando
un gran desorden general (el caos), que obligó a El Duque de Lunay,
sencillamente, a retirarse a las afueras, estableciendo un gran campamento, que
establecería El Sitio de París (¡¡¡).
En otras palabras, se
acababa de operar el primer combate de La Batalla de
París, en el marco de la guerra de la revolución, en la cual, obviamente,
había ganado la revolución que, como estaba visto era, de verdad (léase: sin
joda), la revolución de los sin calzones, y nada más, claro está.
Dicho de otro modo, a
París, vos no entrás, y listo. Bajo esa comprensión, en principio, la
revolución francesa ya tenía controlado el centro neurálgico del imperio
francés, que era la primera potencia mundial (léase: el hegemón), obvio (¡¡¡).
Perdón, pregunta: ¿Cómo
pudieron tres mil indigentes, pésimamente armados, sacar de la ciudad a tantos
efectivos militares, bien organizados para la guerra y, sobre todo, armados
hasta los dientes? Respuesta: Yo no lo sé ((léase: Je ne sais pas). ¡Gordo,
vos usás el traductor de Google, no me jodas, ja ja já¡¡Dale! ¡Seguí que está
bueno!
No le hagan caso. Tuve
francés hasta cuarto año. Sigo. Uno puede especular, diciendo que fue el
ejército de la divinidad (léase: la divina
providencia) el verdadero defensor de la ciudad o bien, que El Duque de Lunay,
sencillamene, no quizo ser el responsable ante la historia de la masacre de la
población civil o, aún, que recibió órdenes de El Cardenal Tayllerand de
hacerle perder a Luis XVI, nada más ni nada menos, que el primer combate de La
Batalla de París, para generar condiciones favorables para concresión de la
revolución francesa, o algo por el estilo.
No sé. Lo cierto fue que, el hecho histórico incontrastable fue que la
chusma parisina venció al ejército francés lo cual, sencillamente, no
registraba precedentes, desde los tiempos romanos de Espartaco hasta esa
jornada memorable, y nada más, claro está.
Sólo dos días más tarde de el primer combate de La Batalla de
París, su
alteza, el duque de Alecon, conde de La Haudrie y, a la vez, principal
accionista, presidente del directorio y gerente general (The Chieff Executive
Officer = The CEO) de la firma Hebert et Cié SG de París, Dr. Jacques René
Hebert, de treinta y tres años de edad (léase: Jacques d´ La Houdrie), se
incorporó al parlamento imperial revolucionario (léase: la asamblea nacional).
Y transcurrió el resto del mes de
mayo, y pasó todo el mes de junio, es decir, pasaron casi cincuenta días
(50), y no pasó absolutamente más nada digno de
ser presenciado o contado, porque las cosas siguieron exactamente igual que
como estaban de jodidas.
Pero el jueves dos de julio, sin aludir en lo más mínimo a la violencia en las calles, a
través de su órgano de prensa, es decir, El Amigo del Pueblo (léase: L´ Ami de
Peuple), el principal accionista, presidente del directorio y gerente general (The
Chieff Executive Officer = The CEO) de la firma Marat et Cié de París, Dr.
Giovanni Paolo Mara Cabriol (a) Jean Paul Marat (a) El Oculista (a) El Tipazo (36),
comenzó a publicar una serie de artículos de su autoría, titulados con el
nombre de La Constitución, apoyando el objetivo de la asamblea nacional
(el parlamento imperial revolucionario) de hacer evolucionar el antiguo régimen
(l´ ancien regime) hacia el nuevo régimen (le nouvelle regime) de la
monarquía constitucional.
Sin embargo, nada dicían
los artículos de Marat sobre si la eventual constitución nacional francesa
debería o no incluir a los comunes en la asamblea nacional, ni tampoco, si
la futura carta magna debía o no incluir la declaración de los derechos del
hombre y del ciudadano de los comunes, o cuál era su posición ante la
insurgencia de las masas urbanas, dejando claro que Marat no era muy afecto a
los comunes (léase: los magnates judíos) ni a los sin calzones (les sans
culotes), mostrándose como lo que fue, es decir, como el primer famoso y
popular gorila comunista. Conste.
[3]
Mientras tanto, en su
castillo urbano de la capital francesa (léase: el palacio), su alteza, el duque
de Fersen y, a la vez, embajador sueco en París, Mcl. RW ® Dr. Johannes
Reinhold (a) El Rey de la Muscaria (a) Tinelli (54), recibia una extraña
encomienda. [4]
Se trataba de un
hermosísimo alhajero de oro macizo, forrado en finísimo terciopelo rojo, con
incrustaciones de perlas y esmeraldas en su exterior, con una esquela, que decía
que era un regalo de los amigos del rey (?), es decir, de su majestad,
el monarca de El Gran Imperio Francés (Le Plus Grand France), Gn. Mcl. RW ® Dr. Luis XVI Borbón (a) Le Roi
(a) El Gran Delfín (a) El Mayordomo Sacro Imperial (a) El Satanista (a) Cristina
(34).
También, había una nota
más explicativa, en la que se consignaba que los amigos del rey, lo estaban
ayudando a escapar hacia el reino de Bélgica (?), integrante del gran
reino de Holanda, que era la metrópolis del Imperio Holandés (La Gran Holanda),
gobernado por su majestad, el Gn. Alte. RKM ® Dr. Wilhelm Friedrich van Orange
Nassau (a) Guillermo V (a) El Estatuder (a) Máxima (40), pero por intermedio,
justamente, de Luis XVI; para luego conducir a la familia imperial francesa,
suscesivamente, hacia Alemania y hacia Austria, dándole asilo político en la
ciudad de Viena, para luego lanzar la guerra contra Francia (La France), para exterminar
la revolución francesa y todo lo que ella podía significar, en términos de
sojuzgamiento de la autoridad monárquica en toda Europa (La Gran Leitania) y en
el mundo entero (orbis).
Bajo esa comprensión, los
amigos del rey le explicaron a Tinelli, perdón, quise decir a El Duque de
Fersen, que su eventual involucramiento en el plan de fuga de la familia
imperial francesa implicaría, obviamente, un gran riesgo personal, pero
también, la promesa del monarca de El Sacro Imperio Romano de la Nación Alemana
(léase: La Gran Alemania = Das Reich = El Imperio de los Mil Años = 800-1815 = La
Primera Unión Europea), Gn. Mcl. RW ® Dr. José II Hagsburrg (a) El Kaiser (a)
El Sacro Emperador (a) Obsma (48), de que él
(léase: El Duque de Fersen) sería debidamente recompensado, nada más ni nada
menos, que con el cargo de futuro primer ministro sacro imperial (el
gran canciller del reich), convirtiéndose entonces en el hombre más poderoso
del mundo, después de el papa, de el sacro emperador y de el emperador de los
franceses, obvio.
Sinceramente, no se
comprende como un verdadero mequetrefe como era El Duque de Fersen podría
creerse semejante estupidez, pero lo cierto es que la creyó sin dudar,
comenzando a pasearse por la gran recámara jugando a que él es, nada más ni
nada menos, que el gran canciller del reich y que todos le hacen
reverencias a su paso, dándose cuenta cualquiera que lo viera que él no era
otra cosas que un reverendo pelotudo, que ni siquiera se preguntaba
quiénes eran esos amigos del rey, que le regalaban semejante alhajero y que lo
linsonjean, nada más que para que él (El Duque de Fersen) se involucrara en el
plan de fuga de la familia imperial francesa, siguiendo las órdenes de no
se sabía quién mierda las estaba dando en realidad.
En otras palabras, un jefe
narco que, en realidad, era un perfecto idiota, pero eso si, con rango de embajador,
claro está. No sé si …
Y si me dijeran que estoy
muy equivocado, respondería que veremos, veremos y pronto lo sabremos.
[1] La libre expresión y la segura
circulación de la información contenida en el presente documento se halla
jurídicamente garantizada por la Declaración Universal de los Derechos Humanos
de 1948 (Art. 19), la Constitución Nacional de la República Argentina de 1995
(Art. 14), la Ley Nacional N° 26.032 de
2005 y el Código Penal de la Nación (Arts. 153 y 155).
[2] Para uno de Los Siete Grandes Sabios de Grecia (Solón) El Cisne Negro es un hecho teóricamente
posible que todos creen que es prácticamente improbable, pues si ocurriera
sería castastrófico.
[3] Viendo durante décadas cómo es el comportamiento de el
electorado porteño (que vota a Zamora en La Recoleta y a Macri en Villa
Lugano), se me ocurrió caracterizarlo sociológicamente, poniéndoles el nombre
de los gorilas
comunistas, porque anhelan vivir como si fueran riquísimos (léase:
los gorilas), pero gustan expresarse como gente de avanzada (léase: los
comunistas). El ícono de los gorilas comunistas argentinos es Lilita Carrió,
que para mi, es la mejor alumna vernácula que tuvo Marat, aunque él no la haya
conocido jamás, obvio.
[4] En los bosques sagrados de Escandinavia, los vikingos recolectaban
un hongo, y lo mezclaban con el excremento de los insectos, generando un potentísimo
alucinógeno, que llamaban con el nombre de la muscaria, que la usaban los chamanes en los oficios
religiosos, en los que veneraban al sol (Odín). En los tiempos del imperio
romano, la muscaria era a Europa, lo que el opio era al Asia, o la cocaina era
América. Así que ahora sabemos quién manejaba el comercio de la muscaria en la primera
potencia mundial en decadencia de finales del siglo dieciochos (léase: en
embajador sueco en París), demostrando que los vikingos no están muertos ni
mucho menos, y que los narco
servicios exteriores tampoco. Right?
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