El Diario Digital de la Historia y de la Geopolítica
Viernes 12 de Octubre de 2.012.
La Izquierda Nacional IV.c
Por Rubén Vicente
Antes de que terminara el 1950, con el apoyo
subrepticio del gobierno peronista, se arreglaron las elecciones
internas de la UCR, y Moisés Lebensohn (43) fue nombrado presidente del
comité central del partido de Leandro Alem en la provincia de Buenos Aires,
gobernada por el Cnel. EA ® Dn. Domingo Mercante (52).
Pero ya sabemos cómo son los hombres, y cómo es de
sucia la política, y más cuando están forjándose grandes acuerdos nacionales.
Balbín y Mercante querían destrozar El Pacto Perón-Lebensohn, porque los
militares de El GOU le metieron en la cabeza a Mercante, que él debía primero acompañar
a Perón en 1952, y luego suceder a Perón, en 1958.
Y la rama naval del GOU (léase: Alberto
Tessaire), que no quería saber absolutamente nada con Mercante, le insinuó a
Balbín que ya era hora de contribuir con la causa de el tercer golpe de
estado de la historia moderna de la Argentina (¿?).
El Chino entendió perfecto el mensaje naval, y como
era habilísimo, se empezó a mover en las sombras, al mejor estilo
Yrigoyen de los primeros tiempos. Por eso llamó a su amigo, Raúl Damonte
Taborda a Montevideo, para que le contara a La Comisión Visca que Lebensohn
andaba metido en una conspiración cívico-militar destituyente (¿¿??). [3]
Visca y Apol lo convencieron a Perón de que
Lebensohn sería el presidente de la nación de los militares antiperonistas,
y El Pocho se calentó mal, y mandó clausurar el diario Democracia de
Junín, rompiendo las tratativas de Evita para forjar El Pacto Perón-Lebensohn
(1951).
Fue un desastre en toda la línea para Lebensohn, que
con Evita ya muy enferma, empezó a pensar en su retiro de la vida política
activa. Pero no había nadie en la UCR que fuera capaz de conducir el partido, ni
de restañar los más que necesarios puentes del entendimiento con Perón.
Por eso, a los pocos meses, con la ayuda subrepticia
de La Oficina de Control de Estado (léase: La Side), liderada por el Myr. SS
Dr. Rudoph Freude (a) Rodolfo (a) Rudi (a) El Amor Imposible de Evita (30), que
puso la guita, el Dr. Moisés Lebensohn fue nombrado presidente del comité
nacional (1952), y tras cartón, Perón ordenó el levantamiento de la
clausura del diario Democracia de Junín, porque se dio cuenta de que
Lebensohn no anduvo metido en ninguna conspiración cívico-militar, ni nada por
el estilo, sino más bien, todo lo contrario.
Y vino el acuerdo intra GOU, entre el ejército y la
marina, y la fórmula presidencial fue Juan Perón-Alberto Teissaire (léase: un
general y un almirante elegidos por el pueblo). Conste.
Bajo esa comprensión, el peronismo le reservó a
Lebensohn el rol de presidente del principal partido de oposición, y a Balbín,
el de lider de la bancada radical en la cámara de diputados de la nación, y paz,
por lo menos, con el radicalismo, que ya estaba lo suficientemente herido como
para perdonarle al peronismo las afrentas inflingidas y, a la primera de
cambio, se subiría a cualquier trole bus que lo condujera a nuevo intento destituyente,
de un segundo gobierno justicialista, que ya pintaba tan transformadador,
pero también, tan desdeñoso de los formalismos institucionales como el
primero, o más, comenzando a parecerse a una dictadura.
Moisés Lebensohn (55) recuperó la fe, y se planteó
el doble objetivo de dejar que el peronismo hiciera lo que quisiera, pero a la
vez, de esperar paciéntemente las elecciones parlamentarias de 1954, para
tratar de formar un frente liderado por el radicalismo, en el que estuvieran todas
las fuerzas antiperonistas, posicionándose como alternativa de poder válida
desde 1956, conquistando a la mayoría del electorado peronista en 1958,
en que se haría cargo de la presidencia de la nación, con la fórmula Moisés Lebensohn-Arturo
Frondizi o bien, Moisés Lebensohn-Alejandro Gomez.
Pero se ve que La Argentina estaba meada por los
perros, porque fallaron cuatro cosechas (dos gruesas y dos
finas), y el banco central se quedó sin oro y sin dólares para
financiar el segundo plan quinquenal, y hubo devaluar el peso y racionalizar el
consumo popular, y si ya tenía en contra a las fuerzas armadas, ahora
Perón ya no contaba con el apoyo del empresariado nacional (léase: sin
plata, se me acabó el amor). [4]
Y en ese contexto ciertamente álgido, la UCR de
Lebensohn ya empezaba a ser visualizada por el pueblo argentino en su conjunto
como la alternativa futura de recambio institucional, en un país que era
mayoritariamente nazi democrático (léase: laborista), fuera que
anduviera con la camperera peronista de la centro izquierda o con el saco y la
corbata radical de la centro derecha, porque en el fondo, ambos partidos laboristas
eran las dos únicas representaciones de el campo nacional y popular,
porque el resto, era una bolsa de gatos, transformados en sellos de
goma que, electoralmente hablando, no existían, obvio.
Pero si, a veces pasa, porque siempre hay
imponderables, y cuando nadie lo hubiera esperado, un ataque cardíaco
terminó con la gran esperanza nacional de aquel entonces, cuando el
sábado trece de junio de 1953 murió Moisés Lebensohn.
Ya sé que si mi abuela no se hubiera muerto…, pero
la verdad, es que con la muerte de Moisés Lebensohn, nuestra nación,
transformada en una gran potencial mundial gracias a Perón, se perdió la
gran oportunidad de alcanzar una calidad institucional tan refinada como
la británica o la estadounidense con Lebensohn, y sobre todo, se hubiera
evitado la tercera guerra civil argentina (1955-1983), y nada más, claro
está.
Y si me dijeran que estoy muy equivocado,
respondería que veremos, veremos y
pronto lo sabremos.
[1]
La libre expresión y la segura circulación de la información contenida en
el presente documento se halla jurídicamente garantizada por la Declaración
Universal de los Derechos Humanos de 1948 (Art. 19), la Constitución Nacional
de la República Argentina de 1995 (Art. 14),
la Ley Nacional N° 26.032 de 2005 y el Código Penal de la Nación (Arts.
153 y 155).
[2] Para uno de Los Siete Grandes Sabios de
Grecia (Solón) El Cisne Negro es la
alegoría de un hecho que es teóricamente posible, pero que todos creen que es
prácticamente improbable, pues si ocurriera sería catastrófico.
[3]
En 1941, el presidente radical antipersonalista de la Argentina (Roberto
Marcelo Ortiz) envió al parlamento un proyecto de ley en cuya virtud quedó
conformada la Comisión de Actividades Anti Argentinas (CAA), para investigar
las presuntas acciones encubiertas en nuestro país de gobiernos totalitarios
extranjeros (léase: Rusia y Alemania), que fue presidida por el propietario de
El Diario Crítica y diputado radical antipersonalista, Dr. Raúl Damonte
Taborda. En la segunda mitad del año 1943, Damonte Taborda se hizo muy amigo
del Cnel. Perón, pero al año siguiente (1944), el gobierno del Gral. Farrel
ordenó la clausura de El Diario Crítica, y Damonte Taborda mudó su publicación
a Montevideo. Desde 1946, El Diario Crítica de Montevideo (Damonte Taborda)
lanzó una furibunda campaña de prensa antiperonista. En 1949, Perón envió al
congreso un proyecto de ley de reinstauración de la CAA, cuyo primer
presidente fue un periodista y político conservador de Zárate, que se hizo peronista
(José Emilio Visca); motivo por el cual, comenzó a ser conocida como La Comisión Visca, que operaba
en línea con el secretario de prensa y difusión de la presidencia de la nación,
Drl Raúl Apol (1898-1980).
[4] Durante
el primer gobierno de Perón, estuvo vigente la paridad inconvertible
entre el peso moneda nacional y el dólar estadounidense (1:1). La política económica del ministro Miranda, era financiar el
desarrollo tecnológico, industrial y social, con reservas del banco central,
cuyas arcas, literalmente, se vaciaban y se volvían a llenaban cada año,
configurándose las mismas como una suete de ruleta rusa, hasta que la
sequía hizo lo suyo, dejando al segundo gobierno peronista sin fondos públicos
que financiaran el segundo plan quinquenal. El nuevo ministro de hacienda, Dr.
Alfredo Gomez Morales, hizo lo único que podía hacerse, que fue reconocer la
realidad insoslayable, y dispuso una mega devaluación del peso frente a dólar
del ciento por ciento (100%).
Desde entonces, el dólar comenzó a cotizar a dos pesos moneda nacional (2:1). De esa forma, el circulante volvió
a quedar completamente respaldado en oro y en dólares, manteniéndose el
régimen de inconvertibilidad. Pero esa inflación del 100%, comenzó a
traducirse en el inicio de un aumento constante y permanentemente ascendente de
los precios, los salarios, las tarifas, los cánones, las multas y los tributos
(léase: la carestía), que no
fue contrarrestada mediante el aumento de las tasas de interés y/o la proporcional reducción del gasto público
municipal, provincial o federal y/o el proporcional aumento de la presión
tributaria. Fue entonces, como nunca antes en la historia de nuestra nación, el
sector público del estado comenzó a padecer el problema de el doble deficit
(fiscal y comercial). Conste.
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