viernes, 5 de octubre de 2012

393 Historia (Argentina)


Año II – Primera Edición – Editorial: 00000393 [1]

 

El Cisne Negro [2]
El Diario Digital de la Historia y de la Geopolítica
Viernes 5 de Octubre de 2.012.






La Izquierda Nacional II.a
Por Rubén Vicente 

Quiero empezar diciendo que este segundo artículo dedicado a la izquierda nacional tiene la intención que no se lleven los laureles quienes no se lo merecen, apropiándose de ideas que no les pertenecen. Right?  

Dicho esto, aclaro que sería recomendable que el lector preste atención a lo expuesto en El Cisne Negro (Editoriales 28, 340, 345 y 346), para que la comprensión sea diáfana. 

Suponiendo que haya hecho lugar a la recomendación, o que no haya dado ni cinco de bola, lo mismo da (léase: sé igual señó, ja ja já), comienzo deciendo que mientras acá gobernaba Rosas, en la ciudad bávara de Neuremberg, sobrevino el nacimiento de un varón católico apóstólico romano, que fue bautizado bajo el nombre de German Avé Lallemant (1835). 

German hizo la primaria y el segundario con los dominicos, y después se graduó suscesivamente como ingeniero civil y como doctor en agronomía y en geología (léase: tres carreras), con diplomas expedidos por las universidades de Munich y de Frankfurt (1864). 

Ya desde que era ingeniero civil comenzó a frecuentar canáculos de pensamiento vinculados con la ideología de el socialismo verdadero de Karl Grün. [3] 

Y desde que se graduó como doctor en geología, comenzó a trabajar para una empresa constructora, que era la concesionaria del goberno bávaro que tenía a su cargo el diseño y la construcción de El Castillo de La Nueva Roca del Cisne (Neuschanstein). ¡Guau¡ [4] 

Lallemant se encargó de diseñar y de dirigir personalmente la construcción de las instalaciones sanitarias (léase: las cloacas) y de provisión de agua potable, tanto fría como caliente, mplementando sistema de tratamiento de aguas servidas, para la trasnformación de los desechos sólidos en abonos para la agricultura bávara. ¡Vamos la ecología todavía¡ 

Siete años más tarde (1871), el padre de Lallemant fue nombrado consul general de Alemania en la Argentina, gobernada por su presidente francmasón-liberal, Prof. Domingo Faustino Sarmiento (a) El Loco (60).
Fue entonces cuando su primogénito, es decir, el Dr. German Avé Lallemant (38), tomó la decisión de abandonar su patria natal (Alemania), para radicarse en la Buenos Aires.
Meses más tarde, el Dr. Lallemant se posicionó como el principal accionista, presidente del directorio y gerente general (The Chieff Excutive Officer = The CEO) de una nueva sociedad comercial, que comenzó a girar bajo la razón social de La Compañía Exploradora Argentina, con domicilio legal en la ciudad de Buenos Aires.
Sobre el final de ese año, dicha empresa argentina de capital alemán, se benefició con el otorgamiento de una concesión de exploración y de explotación de minerales acuíferos, líticos, metalíferos e hidrocarburíferos, en todo el territorio de la provincia de San Luis.
Cuatro años más tarde (1875), Lallemant (42), contrajo matrimonio católico apostólico romano con su prometida, missia Enriqueta Lucio Lucero (a) La Sobrina Nieta del Gran Caudillo Puntano (20), naciéndoles al año siguiente una hija (Amelia).
En 1880, la firma del Dr. Lallemant sometió a consideración del gobierno de la provincia de San Luis, una memoria geológica y minera de todo el territorio provincial, que incluyó información sobre las existencia de uranio, de tungsteno y de tierras raras, pero también, de oro, plata, cobre y marmol verde (léase: onix), con factibidad técnica y rentabilidad financiera suficiente como para considerar aconsejable la organización de la minería del oro, destinada a la producción, la industrialización, la distribución, la comercialización y la exportación.
Y el treinta de diciembre del año siguiente (1881), un grupo de inmigrantes alemanes, entre los que figuraban pequeños empresarios y profesionales universitarios de todo el país, como así también, unos pocos obreros, que eran dirigentes informales de las sociedades de resistencia de las primeras fábricas de la capital federal, se unieron para conformar una nueva asociación civil sin fines de lucro, que comenzó a funcionar con el nombre de El Club Social y Cultural Abran Paso (léase: Die Sociale Und Kulturelle Verein der Vorwärts), con sede en el local comercial sito en la calle Humberto Primo 800, del barrio porteño de San Telmo.
Como primer presidente de la nueva entidad fue elegido el Ing. Emilio Bieckert (a) El Barón Alsaciano (a) El Cervecero (63), y en la nómina de socios fundadores figuraban Augusto Kühn, Augusto Latzky, Albert Liedtke, Arthur Uhle, Johan Luther, Wilhelm Luther, Karl Müccke, Gustav Nocke, Johannes Schroder, Karl Schulz, August Thiel, Eugene Volkman, Theodore Weber, Friedrich Weiss y el Dr. German Avé Lallemant.
El objetivo de la nueva entidad porteña era promover en la Argentina la inmigración alemana, la urbanización y la industrialización, pero a base de capital, de tecnología, de maquinaria y de técnicos alemanes. Right?
Y si me dijeran que estoy muy equivocado, respondería que veremos, veremos y pronto lo sabremos.

[1] La libre expresión y la segura circulación de la información contenida en el presente documento se halla jurídicamente garantizada por la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 (Art. 19), la Constitución Nacional de la República Argentina de 1995 (Art. 14),  la Ley Nacional N° 26.032 de 2005 y el Código Penal de la Nación (Arts. 153 y 155).
 
[2] Para uno de Los Siete Grandes Sabios de Grecia (Solón) El Cisne Negro es la alegoría de un hecho que es teóricamente posible, pero que todos creen que es prácticamente improbable, pues si ocurriera sería catastrófico.
 
[3] El socialismo verdadero es la convengencia del nacionalismo con el socialismo, generando la sínteis superadora de el socialismo nacional (léase: el nacional socialismo = el nazismo decimonónico = el nazismo orginal = el nazismo democrático = el laborismo = la social democracia = el grünismo = el phohudonismo = el engelismo = la doctrina social de la iglesia). En tal sentido, vuelvo a pedir que se tengan presentes los artículos de El Cisne Negro (Editoriales 28, 340, 345 y 346).
 
[4] En ese más que hermosísimo castillo alemán, que es una auténtica maravilla turistica, se inspiró Walt Disney, para el logo de Disneylandia.

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