domingo, 7 de octubre de 2012

395 Historia (Argentina)


Año II – Primera Edición – Editorial: 00000395 [1]

 

El Cisne Negro [2]
El Diario Digital de la Historia y de la Geopolítica
Domingo 7 de Septiembre de 2.012.





La Izquierda Nacional III.a
Por Rubén Vicente 

Don Santiago Lugones (35) era el propietario de La Estancia Santa María, extendida a ambos lados de la frontera entre las provincias de Santiago del Estero y de Córdoba.  

Allí vivía con su flamante mujer, Dña. Custodia Arguello (22), y el sábado trece de junio de 1874, mientras la crisis económica mundial se extendía al imenso país gobernado por Nicolás Avelleneda, con el sol en la constelación de los gemelos (géminis) y con la luna en la casa del perro (léase: acuario), en tanto que la cristiandad celebraba la festividad de San Antonio de Padua, sobrevino el nacimiento de un varón católico apostólico romano (el primogénito), que fue bautizado bajo el nombre de Leopoldo Lugones Arguello. Y después les nacerían tres hermanos (Santiago Martín, Ramón Miguel y Carlos Florencio). [3] y [4] 

En 1880, Leopoldito empezó la primaria con los dominicos en la villa santiagueña de Los Quebrachos. Después se fue a vivir con su abuela materna a Buenos Aires, ingresando al Colegio Nacional de Buenos Aires (1887-1891). En 1892 comenzó a estudiar letras, en la facultad de filosofía y letras de la UBA, graduándose en 1894, y ahí nomás, publicó su primera obra literaria (de opera prima), titulada con el nombre de Los Mundos. [5] 

Al año siguiente (1895), se radicó en Córdoba Capital, se casó como estaba pactado entre las dos familias, con missia Juana Agudelo (19), y empezó a trabajar como periodista en el diario El Pensamiento Libre, de tendencia atea y anarquista, comenzando a publicar poseías, bajo el pseudónimo de Gil Paz, participando en el acto de apertura del primer centro socialista local (¿?). [6]
 
La cuestión es que en 1896, Leopoldo Lugones se mudó nuevamente a Buenos Aires y comenzó a publicar poemas y cuentos, en las páginas del diario La Nación, comenzando a frecuentar el círculo íntimo de escritores, integrado por José Ingenieros, Alberto Gerchunoff, Manuel Baldomero Ugarte y Roberto Payró.  

Paralelamente, el Lic. Leopoldo Lugones Arguello (a) Leopoldo Lugones (a) Gil Paz (22), empezó a escribir artículos políticos, en el órgano oficial del partido socialista (La Vanguardia), haciéndose amigote del Dr. Alfredo Palacios (a) El Payaso. Pero también, comenzó a escribir para el diario La Tribuna, de tendencia roquista (¿¿??). [7] 

En 1897, sobrevino el nacimiento de su primogénito (Leopoldo Lugones Agudelo (a) Polo), y publicó su segunda obra literaria, titulada con el nombre de Montañas de Oro, donde evidenció su preferencia por el simbolismo francés; publicándose algunos capítulos en la revista La Biblioteca, dirigida por Paul Groussac. 

En 1899, Leopoldo Lugones fue iniciado en un taller especulativo (léase: filosófico), dependiente de La Hermandad del Supremo Grado Treinta y Tres (SG-33), que era la rama vernácula conservadora-liberal de la francmasonería universal colorada, que brega por el éxito de El Plan Divino de Salvación, tomando el nombre esotérico de Carlos Martel. [8] 

Pero se afilió al Partido Socialista (PS), liderado por el Dr. Juan Baustista Justo. Sin embargo, lo expulsaron en 1903, por haber apoyado abiertamente la candidatura presidencial conservadora moderada de Manuel Quintana. Y en 1905, pegó el batacazo, cuando publicó La Guerra Gaucha, que fue un auténtico best seller.  

En otras palabras, Lugones era ateo y socialista, pero también, aunque fuera una incoherencia tipicamente geminiana, era un conservador, que puso su talento literario al servicio de la causa patriótica del naciente nacionalismo argentino, mezclándosele en la cabeza y en el corazón esas dos doctrinas que son teóricamente irreconciliables, porque el socialismo es internacionalista por definición, obvio. 

En 1906, siendo ya famoso en la Argentina, Leopoldo Lugones llevó a cabo su primer viaje a Europa, tomando contacto con distinguidos literatos y políticos, que abrevaban en la extraña confluencia ideológica de el socialismo verdadero (léase: el socialismo nacionalista = el nacionalismo socialista = el socialismo nacional = el nacional socialismo = el nazismo decimonónico = el nazismo original = el nazismo democrático de izquierda = la social democracia = el laborismo = el grünismo = el prohudonismo = el engelismo = la doctrina social de la iglesia = el sionismo). [9][10]. 

Entonces, para principios del siglo veinte (el siglo de la alta tecnología), sustancialmente católico, francmasón y nazi, pero formalmente todavía ateo y socialista, con buenos contactos y simpatías con el conservadorismo y con el liberalismo, pero incipientemente nacionalista.  

En otras palabras, a pesar de que ya era una celebridad del mundillo de los escritores argentinos, a los treinta años de edad, Leopoldo Lugones tenía en su cabeza, en su corazón, en su vida y en su obra, nada más ni nada menos, que una ensalada importante. 

Y si me dijeran que estoy muy equivocado, respondería que veremos, veremos y pronto lo sabremos.

[1] La libre expresión y la segura circulación de la información contenida en el presente documento se halla jurídicamente garantizada por la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 (Art. 19), la Constitución Nacional de la República Argentina de 1995 (Art. 14),  la Ley Nacional N° 26.032 de 2005 y el Código Penal de la Nación (Arts. 153 y 155).
 
[2] Para uno de Los Siete Grandes Sabios de Grecia (Solón) El Cisne Negro es la alegoría de un hecho que es teóricamente posible, pero que todos creen que es prácticamente improbable, pues si ocurriera sería catastrófico.
 
[3] Desde el punto de vista estrictamente astrológico, Leopoldo Lugones fue un individuo nacido para tener una vida signada por la inteligencia, la comunicación, el comercio, la visión universalista y una actitud solidaria para con el prójimo, que bien podía llegar a proyectarse hacia lo social, lo cultural o, incluso, hacia lo político, con ideas auténticamente transformadoras.
 
[4] Fernando Martín Bouhöes Azevedo fue un monje católico portugués del siglo once de nuestra era, que perteneció a la orden de El Cister (léase: los cistercienses),  liderada por fray Bernardo Plantagenet (a) San Bernardo, que redactó la constitución de la orden de los monjes guerreros de la tierra santa (léase: Los Templarios), a la que se incorporó fray Fernando quien, luego de su muerte, fue canonizado y elevado a los altares con el nombre eclesiástico de San Antonio de Lisboa, más conocido en Italia como San Antonio de Padúa (léase: San Antonio de Padua).
 
[5] En realidad, Lugones jamás se graduó, pues dejó la facultad en cuarto año. Sin embargo, cuarenta años más tarde, el gobierno de Uriburu dispuso por decreto el reconocimiento de su doctorado honoris causae de la UBA. Conste.
 
[6] Ya hemos visto en otros artículos de El Cisne Negro que el anarquismo viene del liberalismo, y que el socialismo es la doctrina heterodoxa de la ideología del asociacionismo, pero bueh, pongámosle que en esos años mozos, Lugones era un joven de izquierdas que, no obstante, aún no estaba plenamente definido ideológicamente. Además, como ya hemos visto en el artículo anterior, en el amplio espectro del socialismo de aquel entonces, tanto en Europa como en América, funcionaban individuos de todas las ideología de izquierda, incluyendo a los radicales, los anarquistas, los socialistas y los comunistas. Conste.
 
[7] Un liberal ultra extremo (léase: un anarquista), que también es socialista, pero que escribe en clave conservadora roquista. Está más que claro que Lugones escribía en dónde lo dejaban, y en ese entonces, para él, la política no era más que un medio para hacerse conocer en el ambiente porteño. Multifacetismo geminiano que le dicen.
 
[8] En el año 732 d.C., los francos se enfrentaron a los musulmanes en La Batalla de Poitier, frenando el avance islámico sobre Europa, y dejándolo limitado al sur y al centro de la península ibérica. En esa ocasión, el ejército franco fue dirigido por Carlos Martel, que es el ícono de la recristianización del viejo continente. Conste.
 
[9] Para los orígenes y la evolución del socialismo nacional, véase El Cisne Negro (Editorial 28).
 
[10] Yo estoy más que convencido de que cuando estuvo en Viena, Leopoldo Lugones pudo haber sido afiliado en forma honoraria al Partido de los Obreros Alemanes (Die Deutsche Arbertei Partei = DAP) de Austria, entonces liderado por su primer secretario general, es decir, por el Cro. Dr. Anton Drexler (a) El Cerrajero. En 1916, el DAP mudó su sede a la ciudad bávara de Munich y obtuvo personería jurídica en Alemania. Desde 1920, el nuevo secretario general del DAP fue el Agte, III-D C-3 Cbo. Pro. RW ® Ing. Adolf Hitler (a) Johannes Deusche (a) El Fuhrer (31), que le cambió su nombre a la agrupación, por el nuevo de Partido Nacional Socialista Obrero Alemán (PNSOA). Conste.

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