El Diario Digital de la Historia y de la Geopolítica
Viernes 13 de Julio de 2.012.
De
Delirum Tremend
Por Rubén Vicente
En
psiquiatría, se hace la distinción entre la neurosis y la psicosis, y la
diferencia radica en el hecho de que en la segunda existe un divorcio entre la
mente del paciente y la realidad.
Ese
divorcio psíquico se suscita en tres grados ascendentes (3), que son los de la demencia, el
delirio y la locura. Y el segundo grado (el delirio) puede ser grave (léase: permanente
= crónico) o agudo (léase: el brote histérico momentáneo), llamándoselo en el
caso agudo con el nombre de el delirio tremendo (de delirium tremend).
El
ejemplo de libro es el paciente que asegura que él es Napoleón, y que él es el
amo de mundo, o la paciente que perjura que ella es Cleopatra, y que sabe que
Julio César terminará abandonando a Calpurnia por ella, para ser la nueva
monarca del imperio romano. Pero mejor veamos un caso prácticoy real para
entenderlo a fondo.
Un
individuo nace en su país, va a la escuela, luego al colegio y después a la
facultad, graduándose y comenzando a trabajar, afiliándose paralelamente a un
partido político.
Supongamos
que ese individuo es elegido por el pueblo para ejercer como diputado nacional
de su patria. Y supongamos que ese individuo, durante su mandato legislativo, es
nombrado miembro de El Parlamento del Mercosur, es decir, de El Parlasur.
Finalmente, supongamos que es elegido como presidente de El Parlasur; que
concluye su mandato como diputado nacional; y que El Parlasur tiene programada
una reunión en un país que no es el de origen del individuo en cuestión, sino
de otro estado miembro.
Pregunta: ¿Puede El
Parlasur prohibirle la entrada a su presidente, argumentando su nacionalidad,
siendo que la no discriminación es una de las banderas defendidas?
Bueno, eso es
justamente lo que le pasó al Dr. Ignacio Mendoza, nada más que por ser
paraguayo (sic).
Por eso digo que ya
estamos cursando una fase psicótica, que es un delirio tremendo, obvio. ¿Se
entiende la idea?
Y si me dijeran que
estoy muy equivocado, respondería que veremos, veremos y pronto lo sabremos.
[1]
La libre expresión y la segura circulación de la información contenida en
el presente documento se halla jurídicamente garantizada por la Declaración
Universal de los Derechos Humanos de 1948 (Art. 19), la Constitución Nacional
de la República Argentina de 1995 (Art. 14),
la Ley Nacional N° 26.032 de 2005 y el Código Penal de la Nación (Arts.
153 y 155).
[2] Para uno de
Los Siete Grandes Sabios de Grecia (Solón) El
Cisne Negro es la alegoría de un hecho que es teóricamente posible, pero
que todos creen que es prácticamente improbable, pues si ocurriera sería
catastrófico.
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